Análisis de RIOT: Civil Unrest – Un curioso simulador de revueltas callejeras

Desde hace unos años las revueltas callejeras están muy de actualidad, desde que comenzaron primero en Egipto, se fueron contagiando por todo el mundo, desde el movimiento 15-M aquí en España hasta protestas contra el gobierno en Grecia y también en Italia. Leonard Menchiari participó en una de estas protestas civiles en Italia y de ahí le surgió la idea de un simulador de esas revueltas y ahora en 2019 llega hasta nuestras consolas RIOT: Civil Unrest.

Y en qué consiste, pues en una simulación de estos actos transformado en un juego de estrategia en tiempo real y basado en hechos reales. En RIOT podremos elegir entre dos campañas diferentes, la de los policías o la del pueblo, de tal manera que no hay malos y comprenderemos cómo actuar según la posición que tomemos, si somos policías, pues deberemos apaciguar de la forma más suave posible la rebelión mientras que si somos los manifestantes, deberemos, de igual manera, hacer que nuestra protesta triunfe.

Riot 1

La jugabilidad básicamente consiste en ir controlando una serie de grupos y cumpliendo unos objetivos que se nos marcan, por ejemplo si somos policías y la protesta ha construido una serie de tiendas en una zona, destruir esas tiendas y controlar la situación de la mejor manera posible. De igual manera si somos los manifestantes deberemos mantener esas tiendas de acampada en pie y alejar a la policía. Tendremos a nuestra disposición distintas tácticas en ambos bandos, desde los gritos y cartelería en los manifestantes, pasando por la protesta pacífica y sentadas hasta el lanzamiento de objetos y técnicas más agresivas. En la parte policial de igual manera hay técnicas pacíficas y otras más agresivas como el lanzamiento de pelotas de goma o mangueras de agua para disolver. Los grupos se dividen en clases y cada clase tendrá unas habilidades diferentes, por ejemplo, en la policía, según los grupos, desde la unidad táctica, de asalto, balística… y cada una de ellas tiene valores diferentes.

En qué táctica utilizar influye tanto la dificultad que pongamos, que va desde Muy fácil, donde las unidades resisten el miedo y el contrario reacciona lento a nuestros actos, Desafiante donde se equilbra más la balanza de miedo y reacción y Sin Ley que se produce un efecto inmediato de reacción. Y es que el miedo influye bastante para ambos mandos y no olvidemos que esto es un simulador, a veces nosotros querremos tomar acciones pacíficas y una parte del grupo no obedecerá a lo que queramos nosotros, debemos contar con este factor sorpresa que puede llevar al traste una manifestación pacífica y convertirla en una pelea campal entre manifestantes y policías. Además, a medida que vayamos avanzando se irán desbloqueando habilidades y unidades nuevas con las que tener más opciones de actuar.

Riot 2

Tenemos 3 modos de juego, el modo global con dos campañas, una por cada bando y en el que tendremos que ir jugando distintas misiones hasta conseguir el objetivo de reestablecer el orden o de hacer que triunfe la protesta y pasaremos por La Primavera Árabe, Keratea en Greia, donde se protesta por la colocación de un vertedero, Italia y la protesta contra una autovía y finalmente la campaña de los Indignados que nos lleva hasta España en plena Puerta del Sol. Tras cada acto, la opinión pública influirá en nuestra reputación y esto puede ser un factor negativo para nosotros. Por ejemplo, si hemos utilizado la violencia injustificada, en la siguiente misión tendremos más manifestantes y más agresivos en contra y será más complicado el hacer terminar bien la situación.

El modo Historia nos lleva directamente a una de esas campañas pero sin estar conectadas entre ellas, jugaremos las misiones simples sin preocuparnos por el factor de la opinión pública. Y finalmente tenemos un modo versus en el que enfrentarnos hasta 4 personas, dos por bando, en una manifestación.

Gráficamente RIOT tiene unos gráficos pixelados que permite reconocer cada acción y a los manifestantes pero no es uno de los puntos fuertes. Aunque los escenarios son reconocibles y están bien, se hacen reducidos.

Riot 3

Tampoco es un juego que destaque a nivel sonoro con el sonido ambiente de la manifestación y melodías repetitivas en los menús. Destaca que cuando jugamos en España,los lemas del 15M son reconocibles pero no va más allá de eso. Por suerte RIOT está traducido al español y nos enteraremos de todo.

RIOT: Civil Unrest pretende simular protestas masivas y en cierto modo lo consigue, no sin dejar patente la desigualdad entre policía y manifestantes. A la larga se hace repetitivo porque hay poca variedad de objetivos pero para pasar un tiempo con él e ir desbloqueando nuevas opciones, el juego cumple. No olvidemos que es un juego Indie y desarrollado a partir de Crowfunding y que ahora nos llega hasta nuestras consolas tras haber pasado por PC.