La oncóloga Maria Blasco, nueva patrona del Prado: “Es un error pensar que la ciencia no está en las humanidades”

La bióloga molecular Maria Blasco se dedica a la lucha contra el cáncer y, desde hace casi una década, dirige el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Ahora se inicia en el órgano de dirección del Museo del Prado, desde el que pretende conjugar ciencia y arte para “dar respuestas a las grandes preguntas de la humanidad”.

Esta científica de 55 años se dedica a estudiar algo en lo que el arte se lleva fijando desde siempre: la finitud del ser humano. El interrogante principal es por qué las personas son seres mortales y, en cambio, las células tumorales que provocan el cáncer tienen la trágica -en este caso- facultad de la inmortalidad.

Su campo de estudio es la biología molecular, una disciplina que tiene su relación con la historia del arte gracias a Salvador Dalí. El surrealista ya retrató la estructura helicoidal del ADN sólo cuatro años después de que se descubriera, tal y como atestigua el investigador Daniel López Rincón, de la Universidad de Barcelona, en una investigación sobre el ‘bioarte’.

Para Maria Blasco, arte y ciencia van de la mano y surgen de la necesidad de comprender lo que rodea al ser humano. En los próximos cinco años será una de las patronas del Museo Nacional del Prado tras ser nombrada por el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes. Desde su nueva posición también apuesta por “reescribir” la historia del arte y de la ciencia para “dar luz” a las mujeres.

– Desde el principio se nos acostumbra a la dicotomía ciencia-humanidades. A los estudiantes se les clasifica desde pequeños como ‘de ciencias’ o ‘de letras’, pero hay ejemplos de convergencia tanto en el arte como en la ciencia. ¿Su entrada en el patronato del Museo del Prado es un ejemplo de esa convergencia?

Lo que no tiene sentido es pensar que la ciencia no es parte de las humanidades. La ciencia es una actividad humana. La ciencia, como el arte, es el producto del intelecto y de la creatividad humanas. La ciencia, como el arte, busca respuestas a las grandes preguntas de la humanidad. La ciencia, como el arte, busca la transcendencia de la existencia humana. Los científicos, como los artistas, no tienen miedo de lo desconocido; lo desconocido puede ser su fuente de inspiración y su material de trabajo. La ciencia, como el arte, puede usar la experimentación para avanzar. En el arte, el resultado de la experimentación puede ser una obra de arte o un concepto. En la ciencia, el resultado de la experimentación es siempre una idea nueva, un descubrimiento. El científico, como el artista, es inconformista y quiere cambiar el mundo. Hay ejemplos de artistas que también se han interesado por la ciencia o la tecnología, desde Da Vinci, hasta Miguel Ángel. Decía la novelista Susan Sontag que cada mes se podría crear un nuevo movimiento artístico con tan solo leer la revista ‘Investigación y ciencia’. Científicos y artistas tenemos mucho en común. Ahora ya no se habla de formación STEM (acrónimo de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), sino de ‘STEM+A’, y la ‘A’ es de Arte. En el CNIO, tenemos la iniciativa ‘CNIO Arte’, cada año juntamos a un artista y a un científico para que se conozcan, interactúen, se inspiren, tengan un espacio común. La interacción culmina con la creación de una obra de arte nueva por parte del artista fruto de esa interacción. Ya vamos por la cuarta edición y, de momento, han creado obras para el CNIO artistas como Eva Lootz, Chema Madoz y Carmen Calvo.

– Su carrera ha estado centrada en la lucha contra el cáncer. Dirige el CNIO desde hace nueve años y ha trabajado de la mano de Margarita Salas. ¿Cuál es su apuesta en el Museo del Prado? ¿Qué perspectiva aporta una bióloga centrada en la oncología al patronato del museo más importante de España?

Mi objetivo es servir al Museo del Prado en todo lo que se considere que puedo aportar. Soy una amante del arte y devota de este museo. Si desde mi posición como científica con proyección internacional puedo ayudar a dar a conocer la importancia del Museo del Prado, estaré encantada de hacerlo. Como he dicho antes, creo que no tienen sentido las barreras entre ciencia y arte, y todo lo que pueda aportar en ese sentido al museo, estaré encantada de hacerlo.

– Ha comentado en varias ocasiones que su formación se ha visto rodeada de mujeres científicas. Ha abordado el papel de la mujer en la ciencia, pero, ¿y en el arte? Precisamente, el Museo del Prado ha sido de los más criticados por ‘ocultar’ a las artistas. Muchas han firmado sus obras con pseudónimos masculinos para poder exponer y la mayoría de cuadros firmados por mujeres están en el depósito o en el almacén del museo, pero no expuestos.

Tenemos que reescribir la historia del arte, de la ciencia, de la humanidad, intentando dar luz a las mujeres que han contribuido y que, a menudo, se han ignorado. Sin esa reescritura de la historia, el mundo no podrá avanzar en igualdad. La exposición de Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana me parece de las más interesantes y sorprendentes que ha organizado el museo en los últimos años.

– La medicina y, sobre todo, la enfermedad han tenido una impronta en el arte. Por ejemplo, la peste marcó ‘La Piedad’ de Tiziano y otros muchos cuadros de Rembrandt y otros artistas. ¿Cómo augura las manifestaciones artísticas tras la pandemia del coronavirus? ¿Qué consecuencias tendrá sobre el arte?

El coronavirus ha creado una de las mayores crisis de la humanidad. Hemos visto lo vulnerable que es la humanidad. Lo mejor que tenemos, que es, según mi opinión, que cada día tenemos un mundo más global, con menos fronteras y con más unidad internacional, ha tenido que ser parado temporalmente para frenar la expansión del virus. Afortunadamente, gracias a la ciencia y la tecnología, esta crisis no nos ha aislado y pronto veremos el virus controlado.

– Hasta ahora, ¿cuál ha sido su relación con el museo?

Soy Amiga del Museo del Prado y visitante habitual. He asistido a muchos de los cursos y conferencias organizadas en el museo. Últimamente, he tenido el honor también de ser ponente en alguno de los cursos organizados por la Fundación de Amigos del Museo del Prado.

– ¿Cuál es el cuadro que, si pudiera, se quedaría para sí misma? O, si no quiere llevárselo, su favorito.

¡Qué difícil!, hay muchos cuadros del Prado que son sublimes, inmensos y tienen que estar ahí para el disfrute de la humanidad. Algunos de mis ‘top’ son ‘El Descendimiento’, de Rogier van der Weyden; ‘Atalanta e Hipomenes’, de Guido Reni; ‘Las Meninas’, de Velázquez, o ‘El jardín de las delicias’ de El Bosco.

SERVIMEDIA