«Resultados contrastados» en la predicción precoz del Alzheimer

La Fundación CIEN, con el apoyo de la Fundación Reina Sofía, ha desarrollado una ecuación a partir de biomarcadores que permite identificar a personas con más probabilidades de desarrollar la enfermedad.

Científicos de la Fundación CIEN (dependiente del Instituto de Salud Carlos III), con sede en el Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía de Vallecas, han identificado una serie de biomarcadores que permiten diagnosticar tempranamente casos de Alzheimer, incluso en etapas presintomáticas. El objetivo es poder iniciar los tratamientos encaminados a detener la neurodegeneración antes de que ésta sea irreversible.

La investigación que se lleva a cabo dentro del proyecto Vallecas, que cuenta con el apoyo de la Fundación Reina Sofía, es un estudio longitudinal cuya base es una amplia muestra de más de 1.000 voluntarios mayores de 70 años. Anualmente se les extrae sangre y se escanea su cerebro. La evolución de todos los marcadores de estos voluntarios permite identificar pequeñas alteraciones –en sangre o en la imagen de la corteza cerebral- en aquellos que desarrollan Alzheimer.

De este modo, se van cruzando datos y extrayendo conclusiones que permitirán definir un algoritmo predictivo del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Pero por lo pronto, ya se dispone de una ecuación predictiva que identifica a individuos con mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad.

Para el director científico de la Fundación CIEN, Miguel Calero, la edad es un factor clave. «La mayor parte de los casos de enfermedad de Alzheimer son de inicio tardío (después de los 65 años) y presentan un componente genético muy poco definido». Para Calero, «la identificación de marcadores plasmáticos para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, especialmente en fases precoces, representa un reto considerable».

A esos voluntarios de más de 70 años se les somete a unas pruebas anuales para investigar el área de las alteraciones genéticas, los biomarcadores en líquido cefalorraquídeo, sangre y otros tejidos, patrones neuropsicológicos y se les realizan estudios de neuroimagen.

Antes de perder la memoria 

La neuroimagen juega aquí un papel importante. Se ha podido identificar a individuos con un estado de pre-demencia llamado deterioro cognitivo leve (DCL) y examinar retrospectivamente su estructura cerebral. Se ha determinado que la corteza entorrinal, el área afectada inicialmente en la formación de agregados de la proteína tau, muestra una densidad reducida de la materia gris en individuos cognitivamente sanos 1 año antes de que tengan síntomas de pérdida de memoria.

Bryan Strange, director del departamento de Neuroimagen, señala que a partir de estos datos han podido «construir una ecuación predictiva para identificar a los individuos dentro del proyecto Vallecas que con mayor probabilidad desarrollarán DCL. Esta ecuación, basada en datos de los primeros años del proyecto, funciona con notable precisión». Los resultados han sido enviados a una revista científica internacional para su publicación.

La pandemia

Según estos especialistas, en estos momentos de gran impacto social, reivindicar la importancia de la investigación en Alzheimer es más necesario ahora que nunca. «La pandemia no puede invisibilizar el impacto de las enfermedades neurodegenerativas, así como los esfuerzos científicos por desarrollar diagnósticos precoces y tratamientos efectivos», afirma Miguel Calero.

Más bien al contrario, según su opinión, «debe hacernos más conscientes de la necesidad de investigar en el ámbito de las enfermedades neurodegenerativas», pues la incidencia de la Covid19 «se dispara en personas mayores y con patologías previas», siendo el Alzheimer y la edad media de quienes lo padecen, un factor de riesgo evidente, señala la directora de la Fundación.

800.000 afectados 

El Alzheimer es una enfermedad mental incurable que va degenerando las células nerviosas del cerebro y disminuyendo la masa cerebral, de forma que los pacientes muestran un deterioro cognitivo importante que se manifiesta en dificultades en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para la resolución de problemas sencillos de la vida cotidiana.

Se sabe que las primeras lesiones pueden aparecer unos 15 o 20 años antes de que se muestre algún síntoma. En España hay 800.000 personas afectadas por la enfermedad (según la Sociedad Española de Neurología) y más de 5.000.000 de personas entre quienes la padecen y sus familiares cuidadores. Se estima que hay 47 millones de personas en todo el mundo, según la OMS, que actualmente padecen demencia.