El ictus es la principal causa de discapacidad en el mundo, (en España la cifra es de más de 330.000) y la segunda de muerte (la primera entre la mujeres), con datos superiores a los fallecimientos por causa del cáncer. Existen dos tipos de ictus:
- Los isquémicos, que se producen por una obstrucción de una arteria cerebral.
- Los hemorrágicos, que se deben a la rotura de una de estas arterias.
El Dr. Francisco Gilo, neurólogo responsable de la Unidad de Ictus del Instituto de Neurociencias de Madrid, del Hospital Nuestra Señora del Rosario, apunta las medidas para evitar la aparición de un ictus o su repetición.
Control regular de la presión arterial
Las arterias sometidas a presiones altas tienden a deteriorarse, endureciéndose y engrosándose, lo que favorece su oclusión. “La obstrucción de una arteria que produce un infarto cerebral puede ser debida al deterioro de las paredes de una arteria del interior del cerebro” afirma el neurólogo.
Medicación en caso de fibrilación auricular
La fibrilación auricular es el tipo de arritmia cardiaca más frecuente (en España la padecen más de un millón de personas y cada año se diagnostican 100.000 nuevos casos, según la Fundación Española del Corazón). “Esta patología impide una contracción efectiva de las aurículas del corazón. La medicación con anticoagulantes evita que la sangre forme coágulos al remansarse en las aurículas del corazón. Coágulos que pueden viajar hasta las arterias cerebrales provocando una obstrucción y, por ende, un ictus isquémico”, añade el Dr. Francisco Gilo.
Control de la arterioesclerosis
Cuando las paredes de las arterias carótidas, que son las principales arterias que aportan la sangre al cerebro, se engruesan de manera significativa por la arterioesclerosis (acumulación de ateromas en arterias como las carótidas), puede recurrirse a su limpieza quirúrgica o a la implantación de una prótesis tipo stent. De este modo se restablece un flujo sanguíneo adecuado en su luz y se previene la aparición de un ictus.
Control efectivo de la diabetes
Uno de los efectos que provoca la diabetes es el daño arterial. Además, los pacientes con pre-diabetes (con resistencia anormal a la glucosa o resistencia a la insulina) tienen aumentado el riesgo de enfermedad arterioesclerótica. “Por otra parte, en ambos grupos, la hiperglucemia está asociada a mayores daños cerebrales cuando se produce un ictus” aclara el responsable de la Unidad de Ictus de INEAMAD.
Control del uso de anticonceptivos y terapia hormonal postmenopáusica
Las hormonas externas que contienen estos tratamientos favorecen la coagulación de la sangre y, por tanto, de la formación de trombos que pueden llegar al cerebro y otras regiones del cuerpo como los pulmones.
Precaución con las manipulaciones cervicales
Éstas son una causa frecuente de ictus en personas jóvenes por un mecanismo denominado disección arterial. “Es la rotura de la pared de una arteria principal del cuello que estaba previamente sana, lo que genera una alteración del flujo que repercute en el cerebro” explica el Dr. Gilo.
No al consumo de drogas como la cocaína
Tienen un efecto vasoconstrictor. Esto conduce a una excesiva contracción de la musculatura de las paredes de las pequeñas arterias del cerebro, favoreciendo su cierre y la resultante isquemia.
Evitar la hipercolesterolemia
Los altos niveles de colesterol LDL (popularmente conocido como colesterol malo) hacen que esta grasa se instale en las paredes arteriales formando placas que obstruyen las arterias vasculares pudiendo provocar un ictus isquémico. “La hipercolesterolemia puede ser provocada, principalmente, por dos factores: la herencia genética y una mala alimentación. Por este motivo, es recomendable llevar una alimentación basada en la dieta mediterránea y ejercicio físico. En algunos casos, es necesario recurrir a medicación (estatinas), que siempre debe ser prescrita por un especialista” asevera el responsable de la Unidad de Ictus.
Consumo moderado de alcohol y no al tabaco
Incluso los fumadores pasivos se ven afectados por un deterioro a nivel arterial.