Desde que se anunciara el noviazgo y compromiso del por entonces Príncipe Felipe VI con Letizia Ortiz, todo ha sido polémica a su alrededor. La Casa Real no quería a la periodista por varias razones, algunas de ellas fueron que estaba divorciada, y que descubrieron que había abortado en el pasado. Pero eso no logró resquebrajar la pareja, la cual a día de hoy se muestra muy unida.
Eso sí, no son pocas las veces en las que el mundo se ha escandalizado al ver el comportamiento de Felipe VI en respuesta a algunos de los impulsos de Letizia. No cabe duda de que la Reina tiene un fuerte carácter, y parece ser que el Rey es algo temeroso a que lo utilice en su contra.
Así es el buenazo de nuestro Rey Felipe VI
No cabe duda de que la educación que ha recibido Felipe VI lo convierte en el Rey mejor preparado de España. Y es esto lo que pretende hacer con la mayor de sus hijas, la Princesa Leonor. Pero además de esta buena preparación, sus modales son inmaculados, y por supuesto, es un buenazo.
Así lo reconoce toda persona que conoce a nuestro Rey, pero hay una gran incógnita con respecto a Letizia que no logramos comprender. Ella es su Consorte, y su papel es el de estar al lado de su marido y apoyarle en todo momento, cosa que hemos visto en multitud de ocasiones que no hace.
El pánico de Felipe VI ante el comportamiento de Letizia
Sin importarle lo más mínimo, son muchos los desprecios que Letizia ha tenido contra su marido, y en público. Pero hay ocasiones en las que Felipe se debería haber impuesto, al menos para conservar la buena imagen de la Casa Real, y no ha reaccionado. Esto levanta aún más las sospechas acerca de la forma de ser de Letizia, agresiva e impulsiva, una mala combinación.
Prueba de ello lo tuvimos hace varios años, en la iglesia por la misa de Pascua. Todos recuerdan este momento tan bochornoso de la actuación de la Reina con la emérita. Esta trataba de hacerse una foto con sus dos nietas, pero ahí estaba Letizia para ponerse en medio e impedirlo. Felipe VI debería haber actuado firme, pero su reacción fue de lo más sosegada, casi con miedo a cómo podría reaccionar Letizia si no usaba las palabras adecuadas.
Un mal arreglo de imagen
Después de este bochornoso momento, en el que ni los medios, ni las personas presentes, ni nadie en absoluto comprendía la razón por la cual Felipe VI no hizo nada para corregir como es debido el comportamiento de Letizia, sucedió otro momento del que todos se burlaron. Lo más probable es que no formara parte del montaje, pero cerrar los ojos no te hace menos cómplice cuando sabes lo que está sucediendo.
Cuando Don Juan Carlos I fue hospitalizado y operado de urgencia, poco después del acto en la misa de Pascua, los reyes y su mujer acudieron varios días a visitarlo. Fue aquí cuando se produjo el montaje más deplorable de la Casa Real.
El peor espectáculo de la Reina
No hubo un alma que se creyera semejante teatro, y no comprendemos por qué Felipe VI dejó que continuara el show. Debido a los muchos titulares en los que se aseguraba que las reinas no se llevaban bien entre ellas, estas hicieron su ‘mejor’ actuación. Una vez llegaron a la puerta del hospital donde estaba Juan Carlos I, Felipe VI y Letizia salieron del coche en primer lugar.
Pero había alguien más, acto seguido la Reina abrió la puerta de los pasajeros, de donde salió la reina emérita Sofía. Parece un acto normal e inocente, pero nada más lejos de la realidad. Nunca nadie en la familia real le ha abierto la puerta del coche a nadie, para eso están las personas de seguridad, como mucho. Pero en un intento por disipar rumores sobre una posible mala relación, cometió este grave error. No sabemos cómo Felipe VI permitió la situación, ya que esto solo ha podido ser idea de su mujer, una mala maniobra de periodista.
Leonor y Sofía siguen a su madre
Pero la actuación en el coche de aquel día no fue la única. A la mañana siguiente, volvieron una vez más al hospital, en esta ocasión, viajaron con Leonor y Sofía. De nuevo, Letizia salió del coche para abrir la puerta de los pasajeros. En primer lugar, apareció su hija mayor. Inmediatamente después de haber salido del coche, le ofrece la mano a Doña Sofía para ayudarle a salir del coche, y enseguida, la infanta Sofía se une para finalmente ir las dos niñas de la mano de su abuela.
En la misa de Pascua, fue Leonor la que le dio el manotazo a su abuela, un gesto que no gustó nada en los medios, y que consideraron que debía haber sacado de su madre. En cambio, Sofía tan solo puso cara de susto cuando su abuela le cogió por el brazo para hacerse una foto aquel fatídico día.
El teatro de Leonor por orden de Letizia
Esta es la razón por la cual fue Leonor la que tuvo que comportarse de forma más cercana con su abuela. La cara de Felipe era un poema, a pesar de que trató disimular, él tenía muy claro que esto solo iba a ser echar más leña al fuego. Y es que habría sido mucho mejor dejarlo estar, y con el tiempo quedaría en el pasado. Pero ya sabemos cómo es el carácter de Letizia, y es muy probable que ella haya sido la que ingenió todo este teatro para intentar solucionar su gran error.
Y no solo eso, parece ser que la Reina tiene una norma no escrita, en la que prohíbe de forma rotunda que sus hijas estén a solas con Doña Sofía. Otra incógnita más con respecto al comportamiento de Felipe VI, quien debería imponerse ante tales comportamientos y acciones. Lo correcto sería plantar cara de una vez e imponer sus normas, pero no solo es un buenazo, también parece temer a su mujer, y hacer lo necesario por no tener que aguantar otra bochornosa situación.
El pasotismo de Letizia hacia Felipe
Antes incluso de entrar a la misa de Pascua, Letizia ya mostró su carácter, ignorando por completo el protocolo y el puesto de su marido, el Rey Felipe VI. Este se encontraba saludando a las personas que habían acudido a la misa, para a continuación entrar toda la familia unida.
En cambio, en lugar de esperar y saludar al igual que él, Letizia pasó de largo y entró en primer lugar. Esta y otras muchas acciones de la reina son las que demuestran que no está a la altura de su cargo, y su comportamiento con respecto a su marido. El hecho de que este no corrija sus malos actos en público, deja al descubierto el miedo que impone.
