Màxim Huerta rompe su silencio, desvela cómo fue su breve paso por el ministerio y lanza un par de dardos al Gobierno

Màxim Huerta será siempre recordado como el ministro más breve de la Democracia, por lo menos hasta ahora. El valenciano tuvo que presentar su dimisión como titular de la cartera de Cultura y Deportes a los seis días de haber sido anunciado a bombo y platillo por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, después de conocerse que defraudó 256.778 euros al fisco entre 2006 y 2008, según El Confidencial.

Huerta, en una entrevista concedida a ‘El País’, cuenta en primera persona por primera vez cómo vivió esos días y cómo se encuentra en la actualidad.

Asegura que tiene colgada la cartera de ministro en su vestidor, porque ha sido algo muy importante en su vida y una de las situaciones que más dolor le ha provocado.

Ahora, pasado el tiempo, confiesa que Pedro Sánchez le llamó tres veces con número oculto pero que sólo en la última descolgó. Hasta ese momento sólo habían charlado un par de veces. El recién estrenado presidente del Gobierno le urgió a darle una respuesta en ese momento «No cuelgo. Tienes que decirme si aceptas. Y acepté», asegura.

Reconoce que a partir de ese momento, y hasta que se produjo el anuncio (ya que sólo lo sabía su madre), intentó llevar una vida «normal» siguiendo con la firma de sus libros al tiempo que hablaba con Sánchez sobre los asuntos que marcarían la línea del ministerio. «Dentro de mí, solo pensaba en lo bonito que iba a ser. Es la primera vez que lo digo en voz alta, y se me genera un nudo. No pensé en nada negativo. ¿Qué podía pasar? Que me desapareciera el Códice Calixtino, a lo más”, dice.

El primer problema, añade Màxim llegó a los pocos minutos de su nombramiento cuando muchos se lo tomaron «a burla», incluidas «algunas televisiones que van de progresistas y maestras del periodismo (…) llegué a sentir que preferían a Wert, mi antecesor en el cargo. Se satanizaba de dónde venía, que para casi todo el mundo no era otro sitio que el sofá de Ana Rosa, del que me siento muy orgulloso y en el que aprendí muchísimo. Pero nadie destacaba los años de informativos en Canal 9, cuando salté a presentar las ediciones nocturna y matinal de Telecinco o la cobertura del 11-S.

Asegura que uno de los mejores momentos de su paso por el ministerio fue cuando protagonizó su primer acto con el Rey en la despedida de la selección española de fútbol que ponía rumbo al mundial de Rusia.

Durante la entrevista en ‘El País’, Huerta también explica cómo fue su problema con Hacienda.

«Hice la declaración de la Renta a través de una sociedad, algo que en su momento mi asesor dijo que era completamente legal, Hacienda llegó años después, dijo que estaba mal así y me envió una notificación. Yo pagué, pero como no estaba conforme puse un recurso, pero perdí el recurso y pagué la multa. No hubo más».

Confiesa que tras ver el titular en la prensa, y el daño que le hacía a Pedro Sánchez tomó la decisión de dimitir, aunque ahora lanza un dardo a sus excompañeros del Gobierno.

«Reconozco que con un poco de apoyo por parte del Gobierno me habría quedado, pero unos años atrás Pedro Sánchez ya dijo que no tendría a nadie con sociedades en su Gobierno. Y fui consciente de que me había convertido en un problema para él. Luego se ha visto que las varas de medir las tenemos de diferentes tamaños, pero yo a las doce de la mañana ya tenía claro que se había acabado (…) cuando salió lo de Pedro Duque  tuve una crisis muy gorda. Vi la diferencia de trato, tanto de los medios como del Gobierno. Y fui consciente de que debía seguir callado y secando la herida»

Tras aceptar la «hostia gigantesca, me quedé solo en el despacho, y sí que lloré. Estaba roto. El momento de soledad ahí, a puerta cerrada, fue fuerte. Llegó un amigo para ayudarme a recoger los trastos, las fotos de mis padres y mis sobrinas. Y para mi madre creo que fue un alivio. Uno de los momentos más bonitos que he tenido con ella fue aquella noche, los dos solos. Me quité el traje, apagamos la tele y cenamos frente a frente, sin sonido en el móvil. Luego me rompí algunas veces más, pero como mi madre siempre dice que hay que salir llorado de casa, me iba a la playa, donde no me viera», confiesa.