Un elemento que no puede faltar en nuestros armarios son las zapatillas deportivas. De hecho, las amamos. ¿Cuántas veces has escuchado a tu madre que no te compres unas zapatillas blancas porque al final terminan estando negras? Desde que tenemos uso de razón, hemos venido escuchando esta canción en casa.
Y es que nuestras madres siempre terminan llevándose la razón, porque al final este tipo de calzado terminan siendo de todos los colores menos blancas y limpiarlas no suele ser una tarea nada sencilla, ya que por mucho que nos esforcemos, el resultado no termina de ser todo lo bueno que uno podría desear.
Por qué usamos zapatillas blancas si se ensucian mucho
Las zapatillas blancas de lona son extremadamente versátiles, combinan con todo y no pasan de moda. El defecto de este tipo de calzado es que se manchan rápidamente, así que para preservar su apariencia lo mejor posible, es esencial una buena limpieza.
Pero, ¿sabes limpiarlas adecuadamente? Estamos seguros que con algunos simples consejos, no hay motivo para que este básico de tu closet no esté siempre impecable.
Conforme sea el uso que le das a tus zapatillas blancas, así será el grado de suciedad que se acumulen en las mismas e incluso pueden llegar a ponerse amarillentas con el tiempo.
Por ello te recomendamos que para que no luzcan desaliñadas o sucias, es conveniente lavarlas de vez en cuando. Ahora bien, en la actualidad hay disponibles una gran cantidad de limpiadores que pueden ser útiles para blanquearlos.
Sin embargo, se desaconseja el uso de productos como la lejía, ya que puede deteriorar el material del calzado o dejarles un tono que no es precisamente blanco. Además, de acuerdo con una publicación en National Center for Biotechnology Information, este blanqueador puede irritar las membranas mucosas, la piel y las vías respiratorias.
Por tanto, lo más razonable es buscar alternativas seguras y ecológicas que puedan manipularse de forma segura. Si quieres conocer algunas opciones, en el siguiente espacio te compartimos los mejores trucos infalibles para blanquear tus zapatillas blancas.
Así que si andas buscando trucos caseros para limpiar esas zapatillas blancas que tanto te gustan pero que están llenas de suciedad, no sigas buscando porque te traemos las mejores alternativas para una solución definitiva. Estos remedios que te mostramos a continuación pondrán ayudarte con todos estos problemas.
Sal y leche para blanquear zapatillas
Para limpiar zapatillas amarillas y conseguir que vuelvan a ser blancas, mezcla sal gruesa con un litro de leche y obtendrás una solución blanqueadora para zapatillas de tela.
Añade medio litro de agua y un poco de jabón a la mezcla y procede a blanquear las zapatillas. Este procedimiento es muy sencillo. Solo tienes que verter la leche y el agua en un cubo y añadir media taza de sal gruesa. Sumerge las zapatillas y déjalas en remojo durante unas 3 horas. Por último, frótalas con un cepillo y enjuaga con agua y jabón.
Sal gruesa y jabón
La sal gruesa tiene diferentes usos en el hogar y también se puede aprovechar para limpiar zapatillas blancas de tela. Con sus potentes propiedades ayudan a remover la suciedad adherida y no solo eso, sino que también puede ayudar a realzar los tonos blancos cuando estos empiezan a opacarse.
Puedes emplear los siguientes materiales para conseguir muy buenos resultados: 1 taza y media de sal gruesa (150 g), Jabón o detergente (dos cucharadas), 1 cepillo de cerdas fuertes.
Lo que debes hacer en primer lugar es utilizar el cepillo seco para sacar el exceso de suciedad, por dentro y por fuera, de las zapatillas.
Luego, frota un poco de sal gruesa en el interior y exterior del calzado, y déjalo actuar por una hora, aproximadamente. Una vez pasado este tiempo, enjuágalas con agua fría y tu detergente de uso habitual. Puedes retirar las plantillas y dejarlas en remojo en un recipiente con agua y jabón y luego dejar secar al sol.
Pasta de dientes
La pasta de dientes ha resultado ser muy versátil para muchas cosas en el hogar, pero en este caso te explicaremos cómo puedes usarla para blanquear tus zapatillas. ¡Así que ponle atención!
Lo que utilizaremos para ello será un cepillo de dientes, pasta de dientes blanca y un paño húmedo.
Para obtener el resultado esperado, bastará con tomar el cepillo de dientes y humedecerlo con un poco con agua colocándole una buena cantidad de pasta sobre él.
Con esta emulsión frota sobre las distintas áreas del calzado que quieras blanquear. Según vayas frotando, te irás dando cuenta de que se va formando un poco de espuma con la suciedad acumulada en la zapatilla. Una vez terminado este proceso, con el trapo húmedo limpia toda la superficie.
Bicarbonato y vinagre
Combina una cucharada de bicarbonato de sodio con dos cucharadas de vinagre y luego diluye con una taza de agua tibia. Usa un paño o un cepillo de dientes para frotar tus zapatillas con la pasta. La mezcla de bicarbonato de sodio se seca rápido, y luego puedes cepillar y dejar las zapatillas al aire libre.
Por su poder abrasivo y desodorizante el bicarbonato es usado ampliamente en las tareas domésticas y es muy eficaz para limpiar los objetos de plata.
Con el bicarbonato ayudarás a neutralizar cualquier tipo de malos olores en tus zapatos.
Limpiar las zapatillas con bicarbonato con detergente o con agua oxigenada
En un bol mezcla una parte de bicarbonato sódico y una parte y media de detergente. O si prefieres, puedes sustituir el detergente por agua oxigenada.
Humedece la tela de las zapatillas con agua limpia. Procura que el agua esté fría, del tiempo, ya que el agua caliente puede hacer que se fijen más las manchas al tejido.
En caso de optar por el agua oxigenada, mezcla poco a poco con la cantidad suficiente de bicarbonato hasta obtener una pasta espumosa. ¡Importante! No utilices recipientes o cucharas metálicas para remover.
Ten en cuenta que esta mezcla será más agresiva y tendrás que tener cuidado y limpiar las zapatillas sobre un trapo para no estropear ninguna superficie.
Usa estos limpiadores y blanqueadores caseros al momento de lavar tus zapatillas si quieres conservarlas en buen estado por mucho más tiempo. Deja de lado, en la medida de lo posible, productos agresivos como el blanqueador.
