Ya hemos visto anteriormente el uso que debemos hacer de las mascarillas. También vimos cómo distribuye el uso de las mascarillas el Ministerio de Sanidad dependiendo de los tipos de mascarillas, ya que cada una se adecua mejor a unos propósitos que a otro. Recordemos que las personas sanas deben usar las mascarillas higiénicas. Las personas enfermas deberán llevar las mascarillas quirúrgicas, aunque también pueden usarlas las personas sanas. La única diferencia es que el ministerio las considera prioritarias para personas sintomáticas o asintomáticas positivas. Por otro lado, las personas en contacto con el virus deberán llevar mascarillas FFP2. En este artículo vamos a centrarnos en las ventajas de usar mascarillas desechables.
Esta mascarilla desechable, cuando cubre bien nariz y boca, funciona como barrera de protección frente a las gotas respiratorias de las personas infectadas, que son las que propagan el virus. Funciona únicamente durante unas horas, de ahí el término desechable, ya que es el fabricante el que estipula las horas de funcionamiento de la mascarilla en su etiqueta informativa. Una vez cumplido este tiempo debemos cambiarla por otra nueva. Recordemos que la mascarilla es una de las medidas más importantes contra el Covid-19, pero el mantenimiento de la distancia social es también igual de importante.
Veamos un poco más sobre las mascarillas desechables:
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Mascarillas desechables
Las mascarillas desechables están dividas en varios tipos, que veremos más adelante, según su finalidad. Pueden ser de varios materiales, ya sea de goma o de cinta, pero su deber es que siempre deben funcionar de dentro hacia fuera, es decir, deben impedir que la persona que la lleve contagie a los demás. Filtran el aire que exhalamos evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o incluso hablar. Son también las que solemos ver en los enfermeros de los hospitales.
Existen diferentes modelos y colores, aunque las más comunes son la de color azul, la verde o la blanca.
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Tipos de mascarillas desechables
Las mascarillas desechables se dividen por norma general en mascarillas quirúrgicas y mascarillas filtrantes, y dentro de cada una existen diferentes tipos que vamos a ver a continuación.
Las mascarillas quirúrgicas se clasifican siguiendo la norma de la Eficacia de Filtración Bacteriana (EFB), y estos son los tipos que existen:
- Mascarillas quirúrgicas Tipo I: este tipo cuenta con una eficacia de más del 95%.
- Mascarilla quirúrgicas Tipo II: estas cuentan con una eficacia de más del 98%, y además existen algunas que son resistentes a las salpicaduras de algunos líquidos biológicos.
- Mascarillas quirúrgicas homologadas: estas deben cumplir con el sello CE, contar con la referencia UNE EN 14683, e indicar si es una mascarilla quirúrgica Tipo I o Tipo II.
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Mascarillas filtrantes
Las mascarillas filtrantes son aquellas mascarillas que conocemos como FFP. Estos son los distintos tipos que podemos encontrar:
- Mascarilla FFP1: Estas mascarillas cuentan con una eficacia de filtración mínima del 78% y su porcentaje de fuga hacia el interior es de un máximo del 22%.
- Mascarilla FFP2: Este tipo de mascarilla es el más extendido y la más recomendable ante la situación actual. Su eficacia de filtración mínima es del 92%, y su porcentaje de fuga hacia el interior es de un máximo del 8%.
- Mascarilla FFP3: Esta mascarilla tiene una eficacia de filtración mínima del 98% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 2%.
La mascarillas filtrantes homologadas deben incluir el marcado CE, la referencia a la norma UNE EN-149, el marcaje NR que indica que no es reutilizable y el tipo de mascarilla que es. Las mascarillas FFP1 y FFP3 están más dirigidas a la industria y por ello no las encontramos recomendadas para el uso contra el Covid-19.
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Ventajas de las mascarillas desechables
Las mascarillas recomendadas, como hemos visto, son diferentes dependiendo del caso que tenga cada persona, como hemos visto al inicio de este artículo. Es cierto que las más cómodas son las desechables, pero vamos a ver cuáles son las ventajas de estas mascarillas aparte de la comodidad:
- La mascarilla quirúrgica es resistente a los fluidos, por lo que nos protege del Covid-19.
- Puede usarse de cuatro a seis horas seguidas como máximo, dependiendo del fabricante y siempre que esté limpia y seca. Una mascarilla mojada pierde capacidad de filtración y por tanto no nos protege del todo.
- Al ser un producto desechable, no hace falta que lo lavemos o que la guardemos en ningún sitio. Suelen venir varias en un paquete, por lo que supone mayor ahorro.
- Es fácil de poner y más cómoda que la FFP2. Solo tenemos que ponernos las gomillas alrededor de las orejas y ajustarnos el metal superior a nuestra nariz.
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Uso de forma segura
Lo principal que debemos tapar con nuestra mascarilla es nariz y boca. Debe quedar ajustada a la cara pero no debe hacernos daño, no debe quedar 100% pegada a la piel. No debemos tocarla mientras la llevamos puesta, ya que en caso de tener virus en la mascarilla nos lo llevaríamos en la mano al tocarla. El hecho de estar bajándonosla y subiéndonosla no es recomendable ya que estiraremos la gomilla y se romperá más fácilmente.
Como dijimos anteriormente, en caso de que se moje por agua o por sudor debemos cambiárnosla, ya que esto repercute en la capacidad de filtrado de la mascarilla y no nos protegería al 100%.
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¿Dónde guardar una mascarilla desechable?
Para que las mascarillas desechables estén siempre en perfecto estado para cuando necesitemos ponérnosla, debemos llevarlas guardadas de forma que no afecten a su composición:
- No debemos guardarla en el bolso, mochila o bolsillo directamente.
- No debemos guardarla en una bolsa que no transpire, ya que puede producirse humedad.
- Lo mejor es guardarla en una bolsa transpirable, ya sea de papel o incluso un sobre.
- Si tenemos que quitárnosla en algún momento, hagámoslo por las gomillas y no por la parte frontal.
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