Errores que cometes cuando te lavas la cara

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Lavarse la cara parece el paso más sencillo en una rutina de cuidado de la piel. Es algo que todos llevamos haciendo toda la vida, desde bien pequeños. El problema es que si no lo haces bien, puedes estar causando más daño que bien, y eso puede resultar en algunos problemas bastante significativos, como sequedad, irritación y flacidez prematura y arrugas.

La piel del rostro es distinta a la del resto del cuerpo y tiene necesidades específicas, así no lo parezca a simple vista. Por ello, no es correcto pretender brindarle los mismos cuidados. De hacerlo así, solo se consigue alterarla. 

La forma y los productos que utilizamos para limpiarla no deberían ser triviales si queremos prevenir el envejecimiento o la deshidratación de la piel, así que limitarse a los clásicos agua y jabón es hacerse un flaco favor a uno mismo.

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Lavarte solo con agua

cara

Muchas mañanas te levantas y con las prisas porque te tienes que ir corriendo a trabajar, te olvidas de que existe el jabón, ¿a que sí? ¡Error! Para limpiar la cara bien y eliminar todas las impurezas, también hay que utilizar jabón.

Eso sí, ¡no uses el de las manos! El jabón para las manos no es un jabón apto para la piel de la cara y lo único que vas a conseguir si lo empleas para este fin es resecarla.

La mejor opción es ir a una buena tienda de cosméticos, donde puedas comprarte un buen limpiador de rostro indicado para ti. Cada piel tiene sus peculiaridades, así que no vale el mismo para todo el mundo.

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