Consejos para afrontar el cambio de hora y no morir en el intento

Esta madrugada que va del sábado al domingo tendrá lugar el cambio de hora. Entramos de lleno en el horario de invierno. Esto constituye toda una frontera psicológica, porque los días cambian radicalmente. Amanece antes, sí, pero también se hace de noche muy temprano y disminuyen las horas de luz. No nos queda otro remedio que adaptarnos, más que bien, a este nuevo ritmo que cogen los días con el cambio de hora.

Dos veces al año tenemos que tragar con esta broma de mal gusto que trastoca del todo nuestro tiempo, nuestro sueño y que nos descoloca psicológicamente. Generalmente, los efectos que nos deja este cambio de hora no suelen ir más allá del mismo día en que este tiene lugar. Poco a poco, y mal que bien, nos adaptamos al nuevo horario como nos adaptamos a esa “nueva normalidad”. De todos modos, aquí van unos consejos por si resulta que eres de esos que sufren de verdad el cambio de hora.

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¿Efectos en la salud?

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El cambio de hora tiene lugar en plena madrugada, para interferir lo menos posible en la vida de los habitantes. Cuando, en la madrugada de este domingo, el reloj dé las tres de la madrugada, habrá que atrasar las manecillas hasta las dos.

Según cuentan los que saben, este cambio de hora tiene repercusiones en nuestra salud. La mayoría, dicen, son para bien. Pero algunos de ellos son negativos y afectan sobre todo a los bebés lactantes, a las personas que sufren alguna enfermedad y también a las mascotas. 

Irremediablemente, el cambio de hora produce una alteración de los ritmos vitales que puede descolocar a nuestro organismo. No obstante, insistimos, la cosa no es grave y en poco tiempo se recupera de nuevo la normalidad.

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Una hora más de sueño

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Todo hay que decirlo,y lo cierto es que este cambio de hora nos es algo más favorable que el cambio de hora veraniego. Esta madrugada tendremos una hora más para dormir, como si el mundo quisiera compensarnos de alguna forma la faena que nos hace con el frío y las lluvias del invierno. 

Cuando vamos hacia el verano, en cambio, pasa todo lo contrario. Dormimos una hora menos, como si entonces el universo quisiese darnos una de cal y una de arena. Sí, ahora llega el verano y la playa y los días largos, pero esta noche dormiréis una hora menos. Ajo y agua.

En cualquier caso, la mejor forma de encarar este nuevo horario es despertarse el domingo bien descansado. Aprovechar esa hora extra que nos concede la noche para reponer fuerzas y evitar que el cambio de hora nos pille con el pie cambiado.

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Un poco de ejercicio físico

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No hace falta repetir una vez más lo sanísimo y muy conveniente que es el ejercicio físico para el organismo. Y, ya lo habrás oído, no solo es adecuado para nuestro cuerpo, nuestros músculos y sistema cardiorrespiratorio.

El ejercicio físico, en su justa medida y sin excesos, es también una vía para  mejorar nuestro estado de ánimo y salud mental. El domingo por la mañana puedes dedicarle un rato, una hora aproximadamente, a hacer ejercicio. De este modo te sentirás mejor y más relajado y afrontarás de buen humor el nuevo horario.

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Vitamina C

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Un pequeño cambio en la dieta también puede ser una forma de entrar con relativa normalidad en el nuevo horario de invierno. A este efecto, nada como subir un poco la dosis habitual de vitamina C que, en general, es una de las que más nos ayudará a pasar el invierno debido a sus propiedades.

La vitamina C es decisiva para mantener en buena forma el sistema inmunitario. De cara al invierno, la vitamina C ayuda a evitar que nos contagiemos de la gripe o pillemos un resfriado. Los alimentos cítricos tienen un alto contenido en vitamina C, así como los pimientos, los kiwis, los arándanos y, en general, las verduras verdes.

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Cuidado con los horarios

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Para no desacoplarnos más de la cuenta, los expertos sugieren dos formas de cuidar y controlar nuestros horarios para evitar que entremos con mal pie en el cambio de hora. En primer lugar, recomiendan seguir cenando a la hora en que lo hacíamos, y no adelantar la cena ni retrasarla una hora. Si hacemos eso, se alterará también nuestro horario de sueño y echaremos todo a perder.

El otro punto delicado son las siestas. Cuidado con ellas, porque pueden hacer que se te descoloque más aún el horario. Si no eres un siestero habitual, más te vale no empezar ahora con el cambio de hora. Puede hacer que te sientas aún más cansado o que no seas capaz de conciliar el sueño cuando llegue la noche. Avisado estás.

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La melatonina

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Al alterarse las horas de sueño también se altera nuestro nivel de melatonina, la hormona que controla nuestros ritmos de vigilia y descanso. Esto acarrea, a modo de efecto secundario, una mayor sequedad en la piel. Por ello, es conveniente en estos próximos días hidratarse bien la piel.

Algunos expertos recomiendan ingerir alimentos con alto porcentaje de melatonina para pasar el bache. Puede ser el caso de los tomates, las nueces o la avena. 

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