La digitalización se está convirtiendo en el pan nuestro de cada día. A raíz de la pandemia del coronavirus y de la necesidad de distancia social, hemos empezado a tele-hacer todo. Ya antes podíamos hacer casi cualquier cosa sin movernos de casa, desde el teclado del ordenador o del móvil. Ahora esa tendencia se ha acelerado en poquísimos meses, y se han digitalizado aspectos de la vida que pensábamos que solo tenían sentido de forma presencial. Por ejemplo, ir a terapia al psicólogo.
Para muchas personas, ir a terapia psicológica implicaba ir a un lugar determinado fuera de casa. Sentarse frente al terapeuta, mirarle a los ojos, escucharle a viva voz y no a través de unos auriculares...Podría pensarse que una terapia, si se lleva a cabo virtualmente, pierde su sentido y no conseguirá lo que se propone. Según investigaciones recientes, parece que no es así.
Terapia cognitivo conductual
Una terapia es un muy momento especialmente personal y privado que queda entre el paciente y el terapeuta. Dado lo especial y delicado de la situación, se pensaría que llevarla a cabo a través de una pantalla le haría perder toda su efectividad. Pues la realidad, parece, es totalmente distinta.
Según la investigación de un grupo de psicólogos y psiquiatras de la Universidad de McMaster, en Canadá, así lo indica. Los científicos han concluido que la terapia cognitivo-conductual contra la depresión es más efectiva de forma electrónica que en su modalidad presencial. Sorpresas te da la vida.
La terapia cognitivo conductual es una de las más habituales en psicología y de las que cuentan con mayor respaldo científico. Esta teoría se basa en la idea de que cualquiera puede desarrollar patrones “sanos” de pensamiento y deshacerse de las ideas autodestructivas y negativas propias de la depresión.
Garantía de calidad
El equipo de investigadores analizó una serie de pruebas de control aleatorias. Tras ese análisis, los científicos se dieron cuenta de que los pacientes que contactaban con sus terapeutas únicamente a través de aplicaciones, videollamadas, correos electrónicos o textos escritos sentían un alivio en la depresión.
Una mejoría que era más elevada que entre los pacientes que acudían a terapia cara a cara. Para medir adecuadamente estos parámetros, los autores estandarizaron los síntomas anímicos en una escala de la depresión.
“Pese a que este estudio empezó antes de la actual pandemia de coronavirus, es muy pertinente para esta época”, cuenta Zena Samaan, una de las autoras de la investigación. “Esto demuestra que el tratamiento a través de dispositivos electrónicos funciona tan bien, incluso mejor, que la terapia en persona. Nos tranquiliza saber que esto no compromete la calidad de la atención a las personas que lo necesitan en esta situación tan estresante”.
Desmontando algunos mitos
En total, el equipo canadiense revisó 17 muestras estandarizadas que comparaban las terapias cognitivo conductuales vía virtual y en persona. Todas esas intervenciones habían tenido lugar entre 2003 y 2018. Los datos no eran exclusivamente canadienses, sino que incluían a países como Reino Unido, Suiza, Australia, Suecia, Países Bajos y Reino Unido.
Los autores del estudio aseguran que sus descubrimientos desmontan algunas de las creencias más extendidas acerca de la efectividad de las terapias online.
“El sentido común creía que las terapias cara a cara tenían la ventaja de la conexión con el terapeuta”, explica Samaan, profesora de psiquiatría y neurociencia conductual en la universidad, “y se pensaba que era esa conexión la que explicaba la efectividad de la terapia”. Las cosas, asegura, son algo distintas.
Facilitar la accesibilidad
“Sin embargo, no es sorprendente que las intervenciones vía digital sean también eficaces. Las terapias por esta vía ofrecen flexibilidad, privacidad y el paciente no pierde tiempo yendo a la clínica ni gasta dinero en transporte o aparcamiento. La accesibilidad que tenga un tratamiento importa, muy especialmente en salud mental”.
Hay otro factor que Samaan considera relevante para explicar la eficacia de las terapias por ordenador o teléfono: “Los clientes necesitan su propio espacio, que les resulte cómodo”. Y ningún sitio más cómodo que la propia casa de uno.
Bajo su punto de vista, debería haber una mayor disponibilidad de terapias cognitivas conductuales a través de dispositivos electrónicos. El estudio de los canadienses se titula “A comparison of electronically-delivered and face to face cognitive behavioural therapies in depressive disorders: A systematic review and meta-analysis”, y fue publicado en la revista EClinical Medicine.
Ventajas incuestionables
“Estas opciones electrónicas deberían ser implementadas para acercar la terapia los pacientes”, concluye la psiquiatra. “Esto podría mejorar enormemente el acceso de los pacientes, especialmente de aquellos en áreas rurales y zonas aisladas. También facilitaría las cosas en caso de una nueva pandemia”.
En nuestro país lleva tiempo investigándose acerca de las terapias online. Numerosas clínicas ofrecen este servicio, y las ventajas son incuestionables. Las más reseñables son las relacionadas con la comodidad que ofrece. Es más sencillo encontrar una compatibilidad horaria y le ahorra tiempo tanto al paciente como al terapeuta.
También se ha valorado el extra de anonimato que ofrece esta fórmula. Al no tener que desplazarse, el paciente evita momentos incómodos en la clínica o en la sala de espera. Del mismo modo, el flujo de comunicación puede ser constante y mucho más ágil que en el caso presencial. Por último, y no menos importante, es reseñable que las terapias online tienden a ser notablemente más baratas que las intervenciones cara a cara.
