Por qué escribir a mano te hace más inteligente

Ponte a hacer memoria, e intenta recordar cuándo fue la última vez que escribiste a mano. Seguramente ya ni siquiera escribimos a mano la lista de la lista de la compra. Abrimos una nota en el móvil y allí apuntamos todo lo que necesitamos. No obstante, perder la costumbre de escribir con la mano, como hacíamos en el colegio y muchos aún en la universidad, tiene consecuencias para nuestras capacidades cognitivas más allá de las repercusiones visibles. Esto es, que se nos cansa más la mano al escribir y que la letra nos sale mucho más fea.

Según han ido demostrando sucesivos estudios en los últimos años, mantener la costumbre de escribir a mano está íntimamente ligado a la inteligencia. Aunque los colegios se lanzan cada vez más a instaurar métodos digitales y tecnológicos de escritores, psicólogos y educadores recomiendan hacer exactamente lo contrario. Si no quieres ser cada día un poco menos inteligente, acostúmbrate al menos a escribir a mano la lista de la compra. 

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Investigación con imágenes cerebrales

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Hay países, como Finlandia y otras naciones nórdicas, que ya han renunciado a enseñar a sus niños a escribir a mano. Solo la hacen en un teclado o sobre una pantalla. La caligrafía, antiguamente un arte noble y de gran importancia, está pasando a un segundo o tercer plano y siendo sustituida por la tecnología. Y esta transformación no es en vano, pues el cerebro se ve afectado por la forma en que aprendemos estas habilidades. 

Gracias a las investigaciones y a los experimentos con imágenes cerebrales, en la última década ha sido posible empezar a discernir cuáles son los efectos de aprender a escribir a ordenador o a mano. Y lo que dicen los resultados es que la estructura del cerebro se ve completamente afectada. «Es un hecho bien conocido ahora que aprender a escribir con la mano, al mismo tiempo que aprender a leer facilita la lectura mediante el desarrollo de la motricidad fina», asegura Stanislas Dehaene, director de la Unidad de Neuroimagen Cognitiva de la organización francesa INSERM-CEA.

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Fija la memoria

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Antes nos demorábamos durante varios segundos, tal vez incluso un minuto, en escribir un párrafo o unas pocas frases. Ahora en pocos segundos, y simplemente aporreando un teclado o pulsando una pantalla, podemos escribir el mismo texto. Como es lógico, a menos atención y menos dedicación a una tarea, la memoria que nos queda de la misma será más leve y efímera. Pasamos de tener que trazar las palabras letra por letra a que aparezcan en la pantalla como por arte de magia. 

Investigadores de la Norwegian University of Science and Technology demostraron que escribir a papel y lápiz es mucho más eficiente para fijar el aprendizaje y mejorar la memoria. Tanto los niños como los adultos, aprenden más y recuerdan mejor cuando escriben a mano que cuando lo hacen en un teclado.

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Mayor actividad cerebral

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En nuestro cerebro no pasa lo mismo cuando escribimos a mano que cuando lo hacemos en un ordenador, un móvil o una tableta. En el primer caso, al escribir con lápiz y papel, la actividad cerebral es bastante superior a cuando simplemente estamos aporreando un teclado. Al escribir a mano, es necesario agarrar la mano, llevar a cabo una serie de actividades de motricidad compleja, exige una mayor atención…

Un experimento registró la actividad cerebral de doce adultos jóvenes y doce niños en dos situaciones diferentes. Se les registró lo que pasaba con sus ondas cerebrales cuando escribían en un cuaderno y cuando hacían lo mismo en un teclado de ordenador. Ambos grupos, tanto los jóvenes como los adultos, tenían una actividad cerebral mucho mayor al escribir a mano que al hacerlo con teclado. Audrey van der Meer, una de las autoras del estudio, explica que “el uso de papel y bolígrafo le da a nuestro cerebro muchas más “pistas” para que se nos fije en la memoria. Escribir a mano genera una actividad mucho mayor en las zonas sensoriomotoras del cerebro”. 

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Más sentidos activados

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La misma autora sostiene que “hay muchos sentidos que se activan al presionar el bolígrafo contra el papel, al ver las letras que escribes y escuchar el sonido que se produce al escribir. Estas experiencias sensitivas crean contactos y vínculos entre diferentes partes del cerebro y lo predisponen al aprendizaje. De este modo aprendemos y recordamos mejor”. La propia actividad de escribir a mano es entonces mucho más rica que la de hacerlo por vías tecnológicas.

Al escribir usando el método tradicional ejercitamos de forma simultánea distintas partes del cerebro. Los lóbulos frontales, responsables de las funciones mentales superiores como el reconocimiento de las consecuencias de las acciones y la memoria; los lóbulos parietales que se ocupan de recibir la información sensorial; los temporales con la información auditiva y los occipitales que procesan la información visual de los ojos. Todos ellos coordinados y trabajando al unísono para conseguir una tarea. 

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Escribir y el estado emocional

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Escribir a lápiz y papel, además de hacernos más inteligentes, puede contribuir a mejorar nuestro estado emocional. Al hacer esta actividad, debemos centrarnos y concentrarnos en una única cosa, lo que tiende a amortiguar las tensiones que podamos sentir. Nos olvidamos del mundo exterior por un tiempo, que dedicamos solamente a perfeccionar lo que estamos haciendo. Una especie de mindfulness aplicado. 

De algún modo, escribir a mano es ahora una actividad relajante que nos mantiene a salvo del ajetreo de lucecitas, estímulos y sonidos que es el mundo digital. En resumen, no se trata de dejar de lado las innovaciones tecnológicas, pero sí que conviene mantener la costumbre de usar el bolígrafo y el papel para escribir. Es un ejercicio mental y cognitivo difícilmente parangonable. 

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