Esta es una de las cuestiones que quizás nunca ha rondado nuestra mente hasta que nos damos cuenta. En el supermercado, los huevos están en los estantes normales a temperatura ambiente. Pero nosotros nada más llegar a casa, los guardamos en la nevera. Lo que está claro es que son dos formas diferentes de conservar este alimento. Quizás una puede estar bien y otra mal, vamos a intentar verlo.
El caso es que los huevos son uno de los ingredientes que no deben faltar en ninguna casa de España. Tienen múltiples usos. Desde unos ricos huevos fritos con patatas, una tortilla española o de patatas hasta cosas más sofisticadas. Huevos benedictinos, mayonesa, huevos escalfados o huevos hervidos. Pero la duda es: ¿Quién está actuando mal a la hora de almacenar los huevos, los que los meten en la nevera o los que los dejan a temperatura ambiente?
Ni buenos ni malos
La cuestión es que ninguno de los dos, ni supermercados ni en casa lo hacemos mal. Este alimento se puede conservar perfectamente tanto a temperatura ambiente como en frío en la nevera. Así que tranquilidad en este sentido.
Es un mito eso de que los huevos se estropean antes si los dejamos en la despensa. Otros creen que este producto en la nevera puede aguantar más. Lo cierto es que la temperatura da igual siempre que no sobrepasen la fecha de consumición.
Así que cuando hagas la compra, no tengas prisa por llegar a casa para meter los huevos en la nevera. No van a perder ningún tipo de capacidad nutricional. Tampoco se van a echar a perder. Luego en casa, decide ya si los dejas a temperatura ambiente o en la nevera.
La cáscara del huevo es el secreto
Que el huevo pueda conservarse perfectamente a temperatura ambiente es debido a la cáscara. La protección que tiene por fuera el huevo es porosa. Sin embargo, el alimento cuenta por dentro con una fina capa que se llama cutícula.
Esta cutícula es la que protege el contenido del huevo. De esta manera, aunque la legionela se encuentre en el exterior de la cáscara, nunca va a entrar dentro del huevo. Siempre lo mantendrá a salvo.
Eso sí, tanto la cutícula debe permanecer en perfectas condiciones como la temperatura no debe sobrepasar ciertos grados. A partir de 25 grados centígrados, es necesario meter los huevos en la nevera para que no se estropeen ni contaminen.
Evitar cambios bruscos de temperatura
La temperatura es bastante importante para la protección del huevo. A una temperatura ambiente que no varíe demasiado, no va a pasar nada, el producto aguanta perfectamente. No olvidemos que las gallinas no tienen neveras.
Sin embargo, el cambio brusco de temperaturas si puede afectar al contenido, tanto a la yema como a la clara. Y eso es debido a que la cutícula se puede quebrar. En caso de que esto suceda, no habrá nada de protección.
En los supermercados los huevos se conservan fuera de la cámara frigorífica para evitar estos cambios de temperatura bruscos. Por eso mismo se almacenan en las estanterías, ya que estos lugares normalmente están bien acondicionados térmicamente.
Qué produce el frío en los huevos
Si los huevos se conservan perfectamente a temperatura ambiente y hasta los 25 grados centígrados la duda es el porqué de introducir los huevos dentro de la nevera. Es una cuestión que vamos a intentar resolver.
Al introducir a baja temperatura los huevos, se consigue que la yema esté menos densa. Y es que a medida que pasan los días, se va introduciendo el aire dentro del huevo y la este elemento va siendo más ligero.
De hecho, muchos panaderos y pasteleros prefieren montar la clara del huevo que esté fuera de la nevera y la yema vieja antes que una nueva y refrigerada porque requiere mucho menos trabajo en este sentido.
Experimento con huevos
Para comprobar la diferencia entre un huevo frío y otro a temperatura ambiente bastará con introducir un huevo en la nevera durante unas horas y dejar otro huevo a temperatura normal sin refrigerar.
Ahora freiremos ambos huevos en dos sartenes diferentes y durante el mismo tiempo. Ya al echar los huevos en la sartén vamos a ver que el huevo refrigerado tendrá una yema más centrada y una clara más espesa.
Sin embargo, el huevo que no ha estado refrigerado tendrá un aspecto más desparramado y menos consistente. La yema no estará centrada y vamos a notar que los componentes no son tan ligeros. Esto es debido al aire que ha permitido la porosidad de la cáscara entrar.
Dónde guardar los huevos
Entonces si ya tenemos claro que no se estropean los huevos a la hora de refrigerarlos o de mantenerlos a temperatura ambiente, vamos a ver dónde debemos guardar el alimento para su mejor conservación.
En España tenemos mucho cambio de temperaturas entre verano e invierno. En nuestra cocina es muy probable que en la época estival se alcancen temperaturas de más de 25 grados. Esto comprometerá la seguridad alimentaria.
En verano debemos guardar los huevos en el refrigerador. Sin embargo, en invierno podremos colocar los huevos a temperatura ambiente. Sobre todo, cuando empieza a llegar el frío. Lo importante es que el alimento mantenga una temperatura constante y no sufra cambios bruscos que puedan hacer que la cutícula de la cáscara se rompa.
Cómo guardar los huevos
Si decidimos introducirlos en el frigorífico, debemos tener en cuenta varios factores. Normalmente las neveras colocan hueveras en la puerta para que coloquemos ahí el producto. Sin embargo, no nos debemos dejar guiar por eso.
Si dejamos los huevos en esas hueveras en la puerta, el producto va a sufrir cambios bruscos porque la puerta, al abrirla, gana temperatura de forma muy rápida. Esta es la parte de la nevera más débil a la hora de sufrir los cambios de temperatura. Otro factor a tener en cuenta es en qué lugar, descargando la puerta, deberemos colocar el producto.
Las recomendaciones que hacen los expertos son que los huevos nunca deben colocarse en la parte alta. Esto es aplicable a todos los productos crudos y sucios como los huevos. Por eso mismo es mejor colocar este ingrediente en la parte baja y consumirlos antes de su fecha de caducidad para que no pueda contaminarse con enfermedades.
