Escapada de ensueño a Tarragona y la Costa Dorada

La Costa Dorada se extiende alrededor de 90 kilómetros de costa, albergando no solo sol y mar sino cientos de lugares esperando a ser descubiertos por los miles de turistas que se decantan por este lugar. No es de extrañar, sin embargo, que con sus playas de arena fina y dorada así como aquellas calas vírgenes y escondidas a la vista del mundo, los visitantes se sientan atraídas por este lugar de ensueño para disfrutar de unas merecidas vacaciones.

Su capital se encuentra situada en Tarragona, donde se asientan los mejores Resort Costa Dorada de obra nueva, gracias a los colores predominantes de la zona: dorados, marrones y anaranjados que se entremezclan con el azul del mar y el verde de los parajes naturales. Son estos los que otorgan el nombre a una de las costas más populares de Cataluña.

Qué ver en Tarragona

Aunque la Costa Dorada es conocida por sus kilométricas zonas de costa, lo cierto es que en su interior destacan auténticos tesoros dignos de ser visitados. Un ejemplo de ello es la provincia de Tarragona, en la cual es posible encontrar un admirable patrimonio romano y numerosos museos abiertos al público. Entre los lugares de obligada visita se encuentra el conjunto arqueológico romano donde se diferencian el Anfiteatro, el Teatro, las Murallas y los restos del Foro colonial con sus torres, entre otras cosas.

La llamada Cueva Urbana, redescubierta en 1996, también se ha establecido como uno de los lugares perfectos para ser visitado dentro de la ciudad al estar envuelto en un aura de misterio. Por toda la Costa Dorada se distribuyen castillos, los cuales habían sido utilizados como refugios tanto para los templarios como para los musulmanes. Uno de ellos es del Miravet, encuadrado en la parte más alta de la montaña; otro es el Castillo de Tamarit, situado junto al mar que servía como fortaleza contra los piratas.

Para los amantes del deporte, existen numerosas rutas de senderismo a través de las montañas. Estos discurren por lugares de gran relevancia histórica o de enorme valor cultural, pudiendo encontrarse pueblo abandonados. La naturaleza también es un factor clave en la zona de la Costa Dorada. En Tarragona se localizan dos parques naturales dignos de ser visitados por todos los viajeros, dada la maravilla del paisaje. Uno de ellos es el Parque Natural del Delta del Ebro. Para los que buscan diversión, visitar PortAventura se ha convertido en un lugar ideal para pasar un día de risas con la familia o amigos.

Dónde alojarse en Tarragona

La Costa Dorada ha sufrido un enorme crecimiento turístico, lo que ha impulsado la proliferación de hoteles y espacios de descanso por toda la costa. Tarragona, al ser la zona con más relevancia de la Costa Dorada, cuenta con incontables lugares de hospedaje pensados para todos los bolsillos. Es posible encontrar desde alojamientos de alto standing hasta otros con carácter más familiar, destinados a hacer los momentos de ocio mucho más especiales.

Si se quiere vivir unos días rodeados de naturaleza al mismo tiempo que se tiene a mano todas las posibilidades que ofrece una ciudad como Tarragona, lo mejor es buscar una promoción como la que ofrece Resort Costa Dorada, la cual aúna todo lo mencionado anteriormente. Esta promoción brinda a los veraneantes la oportunidad de vivir en un lugar con vistas al bosque y al mar, simplemente alquilando confortables viviendas dentro de un complejo residencial único.

De hecho, es posible elegir entre apartamentos, dúplex y unifamiliares con jardín y garaje, todos ellos con dimensiones muy diferenciadas que los hacen perfectos para todo tipo de viajeros. Además, cada grupo de edificios cuenta con diversas piscinas comunitarias que permiten una relajación total sin necesidad de salir del complejo residencial. Asimismo, todo el resort posee múltiples servicios para todos los públicos, desde supermercados, campo de golf, rutas de senderismo, colegios bilingües y guarderías, gimnasio con piscina, así como seguridad y vigilancia las 24 horas del día. Sin duda, un espacio idóneo para deleitarse de unas merecidas vacaciones.