Las dietas nos traen por la calle de la amargura con más frecuencia de la que deberían. Son prácticamente infinitas las ofertas, los métodos y las estrategias para perder kilos y mejorar nuestra figura. Pero nos asaltan muchas dudas por cada dieta que se nos ofrece. ¿Qué contraindicaciones tiene?, ¿cuál es su efectividad?, ¿cuánto tiempo hay que seguirla para empezar a notar resultados? Quizás esta dieta, la bautizada como “del tomate”, te pueda resultar interesante.
Lo importante ante todo, sugieren los expertos, es la precaución. No lanzarse a la primera dieta que veamos, sino medir bien qué vamos a hacer y, si es posible, consultarlo con un especialista. En cualquier caso, esta dieta del tomate es de las más nutritivas y saludables de cuantas estemos pensando en implementar. Además, al ser el tomate un alimento de gran versatilidad, podemos cocinarlo de muchas formas diferentes y no aburrirnos nunca.
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¿Qué nos aporta el tomate?
Son numerosas las propiedades y los beneficios que nos reporta el tomate. Podríamos estar prácticamente durante horas hablando sobre ellas, pues atañen a buena parte de los órganos del cuerpo humano. Gracias a su alto contenido en vitaminas y minerales es capaz de ayudarnos lo mismo a prevenir enfermedades cardiovasculares que a proteger nuestros ojos de infecciones.
Pero aquí lo que nos interesa es conocer su eficacia y propiedades a la hora de perder peso. El tomate es un producto diurético, y eso implica que ayuda al organismo a eliminar toxinas y líquidos sobrantes. Nos depura los órganos de aquellas sustancias que nos hacen ganar peso. También es capaz de hacerse cargo de las grasas debido a que contiene licopeno, que es el ingrediente del tomate que le da su color rojo y que quema dicha sustancia.
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Muy pocas calorías en el tomate
Para completar el combo de propiedades adelgazantes, el tomate tiene un alto contenido en vitamina C. Esta clase de vitamina cumple fundamentalmente dos tareas en nuestro cuerpo: aumenta y acelera el metabolismo por un lado y, por el otro, evita que se nos acumule la grasa y por tanto que engordemos. De alguna forma, el tomate es un alimento que actúa en nuestro organismo potenciando distintos procesos que confluyen todos en un punto: perder peso y quemar grasa.
Y hay más todavía. El tomate es un alimento altamente saciante, pues tiene un alto contenido en agua. Esto significa que, al comer tomate, tenemos una sensación de saciedad y de estar llenos que impide que nos entre el hambre antes de tiempo y tengamos que picar entre horas. Para rematar, el tomate solamente tiene 23 calorías por cada 100 gramos. Casi nada.
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No más de tres días
Debido precisamente a las escasas calorías que tiene este alimento, lo vuelve ideal para perder kilos de forma rápida en poco tiempo. No es una dieta que pueda mantenerse durante mucho tiempo, por semanas o meses, sino que se trata más bien de una intervención puntual y localizada en el tiempo. El resultado de la dieta puede ser bajar 2 kilos en 3 días, teniendo en cuenta que se deben ingerir dos litros de líquido al día. No la alargues durante más de tres días, pues además de perder efectividad puede hacerte daño en tu organismo.
Los expertos en el tema recomiendan que se beba agua natural, sin ningún colorante añadido, sabor artificial ni azúcar o mezclado con alguna fruta. Además, para que la dieta funcione y notes los resultados es muy importante que los tomates que comas estén bien maduros. La dieta del tomate es saludable en líneas generales. No obstante, no es recomendable para personas que tienen problemas con el ácido úrico o diverticulitis o que sufren de estreñimiento.
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Zumo de tomate y ensalada
Como habrás podido adivinar, la dieta del tomate consiste en tomar únicamente tomate para el desayuno, la comida y la cena. Eso sí, de diferentes formas y aderezado con distintos complementos. Aquí la imaginación de cada uno juega un papel importante, y hay numerosas opciones para tomarnos nuestra ración de tomate. Para el desayuno puedes tomarte un zumo de tomate, un tomate entero en rodajas con un poco de sal o dos tomates hervidos con un poco de romero.
Para la hora de la comida las opciones se reducen un poco y habremos de optar por la clásica ensalada de tomate y lechuga. Podemos añadirle también un poco de soya, algo de pimiento morrón, limón y aceite de oliva. A media tarde, si te entra el gusanillo, puedes tomarte otro zumo de tomate. Para la cena, una vez más repetimos: zumo de tomate o ensalada de tomate y lechuga.
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Beneficios de la dieta
La dieta del tomate no se agota solamente en perder peso y quemar grasa. Sus beneficios van más allá, siempre y cuando no la mantengamos durante más de tres días. La dieta del tomate, por ejemplo, protege nuestra piel contra los rayos UV y ayuda a la conservación y fortalecimiento de la dentadura, huesos y pelo. Asimismo, una dieta rica en tomate es ideal para prevenir la aparición de cálculos biliares.
El tomate también ayuda a que el sistema digestivo se mantenga estable y previene el estreñimiento. Además, el tomate es excelente para reducir la hipertensión y tiene incluso propiedades calmantes y para prevenir y remediar las crisis nerviosas.
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