El almacenamiento de CO2 en el subsuelo puede ser una alternativa contra el cambio climático

Benito Navarrete, catedrático del departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad de Sevilla, ha señalado este martes que «la única alternativa para evitar que el CO2 termine en la atmósfera es almacenarlo en el subsuelo».

Navarrete dirige el curso que se celebra esta semana en la sede onubense de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) bajo el título ‘La tecnología contra el cambio climático: captura, usos y almacenamiento de CO2’.

Esta formación pretende estudiar las tecnologías punteras de captura, uso y almacenamiento de CO2 necesarias para la lucha contra el cambio climático. Muchas de ellas se encuentran aún en vías de desarrollo, pero «será necesario implantarlas en los próximos años», ha afirmado el experto.

En una entrevista para Europa Press, el director ha explicado la importancia de dar a conocer estas técnicas que permiten descarbonizar la producción de energía con el fin de convertirla en un proceso más limpio y sin emisiones.

El experto ha explicado que algunas técnicas para la separación y uso del CO2 pasan por reutilizarlo industrialmente en productos como los refrescos o la cerveza. No obstante, estas aplicaciones terminan igualmente devolviendo el CO2 a la atmósfera. Por ello, Benito ha defendido el almacenamiento en el subsuelo de este gas, que, además, en el caso de los yacimientos de petróleo o gas natural facilita el proceso de extracción de estos.

En el caso de España, su almacenamiento en formaciones geológicas como acuíferos salinos profundos permite la disolución del gas y su posterior mineralización, consiguiendo así evitar que llegue a la atmósfera.

En este sentido, el experto ha diferenciado entre tecnologías de postcombustión, oxicombustión y precombustión. Todas ellas serán tratadas a lo largo del curso con el fin de formar a profesionales en un sector «incipiente en el que la demanda del mercado no es aún suficiente para instalar comercialmente estas técnicas».

No obstante, Benito ha asegurado que, gracias al objetivo de la Comisión Europea para 2050, que pretende alcanzar una economía libre de emisiones, «en diez o quince años, cuando las tecnologías dejen de estar en proceso de investigación, alcanzarán su madurez comercial».

A este respecto, Navarrete ha indicado que «ahora mismo, aún no estamos cerca de cumplir este objetivo, pues a nivel mundial dependemos de un 80 por ciento de combustibles fósiles en producción de energía».

Asimismo, el director ha señalado el desconocimiento de la población sobre estas tecnologías como uno de los frenos para su implantación. A pesar de que ha asegurado que los ciudadanos están concienciados contra el cambio climático, estos muestran en ocasiones «reticencia a ciertas actuaciones industriales como el almacenamiento de CO2».

El catedrático relaciona este rechazo al desconocimiento de la población acerca de estas tecnologías, pues «el CO2 es un gas inocuo que no va a producir ningún problema grave almacenado». Por todo ello, el catedrático aboga por su divulgación con cursos como estos para poder hacer frente al cambio climático.