Miedos infantiles más frecuentes y algunos trucos para superarlos

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Tendemos a minimizarlos porque pensamos que igual que llegaron se irán. Muchas veces ocurre eso pero en otras se convierten en verdaderos problemas. La psicóloga infantil y pedagoga Montse Domènechen detalla estrategias para solucionar el entuerto en su libro ‘La vacuna contra el miedo’ (Plaza Janés).

Maldita oscuridad

Oscuridad

Es el más frecuente entre los niños y genera tanta desorientación que en algunas ocasiones puede comportar que el pequeño sufra una especie de ataque de ansiedad cuando llega la hora de irse a dormir.

Detrás del asunto está la imaginación de los niños que llegan a convertir la sillita de su mesa en un monstruo de dos cabezas. Según la autora del libro, «detrás de este temor tan frecuente se esconde en realidad otro: los pequeños tienen miedo de desconectar de los padres, no es que la oscuridad por si misma les provoque terror». La psicóloga propone varias técnicas y juegos que pueden ayudar a evitar este mal trago al niño. Por ejemplo, acompañándolo durante un rato y hacerle ver que la oscuridad es bonita porque invita a imaginar cosas preciosas. Básicamente, acostumbrarse a jugar con la penumbra.

No quiero ir al ‘cole’

Colegio

Y hablando de monstruos, hay veces que le ‘cole’ es el gran mal. Significa, como decíamos antes, la ausencia de los padres. Montse Domènech explica que hay muchos niños que tras vivir una situación difícil, un insulto por parte de algún compañero o un mal recibimiento del profesor desarrollan una fobia. No son casos de bullying, sino producto de la convivencia en un espacio reducido y en un entorno ‘laboral.

Así, la psicóloga infantil propone varias técnicas, como exponer al alumno de forma progresiva a la escuela acompañándolo un rato o bien incentivar su esfuerzo de ir al colegio con un paseo o una golosina que le encante. En casos graves, conviene hablar con su tutor en el cole para acordar una estrategia que suele pasar por que los demás compañeros le demuestren que es querido y bien recibido en el aula. Tu hijo debe saber que es un compañero apreciado.

Miedo a las lesiones y caídas

Lesión

05Las exclamaciones histéricas cuando tu hijo intenta trepar a una altura, aunque ésta sea pequeña, no ayudan. Un niño es pura conquista. Día a día. Tiene que conocer su cuerpo y los límites que comporta. Este temor es muy habitual en familias de padres sobreprotectores. «Al niño hay que dejarlo experimentar y explorar el entorno, aunque siempre vigilándolo de reojo», comenta Domènech. Sin ser temerario debemos acompañarle y a medida que vaya aprendiendo, dejarlo a su aire siempre observándolo.

El médico, el ‘traidor’ de las inyecciones

Médico

05Los médicos infunden miedo a muchos niños. Se asocian al dolor y la enfermedad. A los pinchazos y a tratos desagradables. Es muy recurrente porque, por ejemplo, las vacunas son la primera experiencia aunque sea inconsciente, con una bata blanca. De todos modos, hay que tener en cuenta que la percepción que los menores tienen de su médico tiene que ver también con la habilidad del galeno para relacionarse con los menores.

¿Y los papás? Doménech recomienda preparar las consultas: «No hay que mencionar lo más desagradable, como los pinchazos». El niño debe tener un buen concepto del sanitario. Otro refuerzo positivo es prometerle un obsequio tras la visita. ¿Una trampa que funciona? Contar a tu hijo que si sopla fuerte, el pinchazo no le dolerá. «Los niños se lo creen todo», añade.

Miedo a los animales

Animales

Este es uno de los temores más frecuentes entre los niños y uno de los más perceptibles. Sólo hay que observar la reacción de muchos menores que se asustan cuando ven a un perro que se cruza en su camino por la calle. «El niño tiene miedo a lo desconocido, no sabe si ese perro será feroz, se imagina que el animal le atacará como el monstruo que ha visto en un cuento», explica la pedagoga. ¿Qué pueden hacer los padres? Nuestra reacción ante el perro es fundamental. Si cuando el perro se acerca, la madre dice: ‘¡Mira, qué perro más mono!’, el niño no temerá al animal. Si blinda y protege al niño rodeándole con sus brazos estará reforzando el miedo infantil. Hay que generar seguridad.

Miedo a dormir fuera de casa

Dormir

05A algunos niños les incomoda la idea de salir de acxampada. Le genera incertidumbre. El origen de este temor, según Domènech, está en la inseguridad: «Los niños con mucha protección de sus padres cuando están lejos de ellos se sienten inseguros», asegura. La técnica para tratar este miedo se basa en preparar bien el terreno antes del acontecimiento explicándole al niño lo mucho que va a disfrutar fuera de casa y las ventajas que tienen una acampada.

Otro motivo muy común por lo que los niños no quieren ir de colonias es la micción incontrolada mientras duermen. «Tienen miedo de que sus compañeros descubran que llevan pañales o que se pueden hacer pis». Debemos hacerles entender que eso que les pasa a ellos, les pasa a muchos niños y que no pasa nada.

Miedo a las tormentas y a los fuegos artificiales

Tormentas

05La psicóloga aconseja tratar este temor con pequeños logros y  retos. Por ejemplo, decirle al niño: «Ahora iremos a los fuegos artificiales y contaremos los que son de color azul». Se trata de buscar siempre el enfoque positivo para que disfrute. Si el niño tiene miedo a los petardos, recomienda someterlo a una exposición progresiva a ellos, es decir, ir acercándolo poco a poco a ellos hasta que el niño coja confianza.

Resistencia a hacer cosas nuevas

Cosas Nuevas

Los niños inseguros sienten temor ante lo desconocido y a menudo, según la autora de ‘La vacuna contra el miedo’, son los padres el origen. Por este motivo considera que los adultos que tratan de manera habitual con el pequeño deben vigilar los comentarios que hacen en su presencia:

«Si el niño oye que sus padres tienen miedo a volar, él también tendrá miedo a ir en un avión», dice Domènech a modo de ejemplo. Una recomendación que lanza la psicóloga ante este tipo de temores es hacer creer al niño que es más valiente de la cuenta con comentarios del tipo: «Es tan valiente este niño que se atreve con todo».

Miedo al agua o a nadar

Agua

05Según explica Domènech, este temor aparece tras una experiencia traumática con el medio acuático. Por ejemplo, cuando un adulto fuerza al niño a meterse en el mar o en la piscina lanzándolo en el agua contra su voluntad.

En el libro la autora ofrece una lista de medidas que pueden ayudar a prevenir y superar este temor, como evitar hacer bromas dentro del agua que puedan asustar al pequeño.