Sindicatos de Alstom muestran preferencia por CAF frente a la checa Skoda

Los sindicatos de la fábrica de Alstom en Reichshoffen, Alsacia (Francia), han mostrado su preferencia de que sea la española CAF la que finalmente compre estas instalaciones al fabricante francés de material ferroviario, frente a la checa Skoda, la otra empresa aspirante a ejercer la compra antes de julio de 2021.

Según un comunicado emitido esta semana por la Intersindical formada por los sindicatos franceses CGT, FO y CFE-CGC, Alstom preferiría ceder la planta a la checa, ya que es una compañía más pequeña y con menos presencia, lo que le permitiría al gigante francés contar con una menor competencia en el país.

Por el contrario, la española ya cuenta con 28 licitaciones en Francia y se ha comprometido a fabricar en esta planta todos los futuros contratos que gane en el país vecino. Solo el megacontrato para la zona de París para el que ha pujado y cuyos resultados se conocerán el próximo mes de enero, darían una carga de trabajo de hasta nueve años.

Asimismo, ha asumido compromisos posteriores en caso de ganar este proyecto y ha trasladado su intención de crear en Alsacia un centro de desarrollo de hidrógeno, así como el mantenimiento de todos los empleos y todos los beneficios sociales ya adquiridos por los trabajadores.

Frente a los 13.000 empleados de CAF, Skoda Transportation cuenta con 5.000 personas en plantilla y, según los sindicatos «no tiene prácticamente ninguna licitación en Francia ni un nivel óptimo de ventas», por lo que creen que no podrá garantizar la continuidad de la planta.

Esta operación se enmarca dentro del acuerdo alcanzado entre Alstom y la Comisión Europea para adquirir el negocio ferroviario de la francesa Bombardier por 5.300 millones de euros, que planteaba una serie de barreras a la competencia, por lo que la compañía cedió a vender su planta de Alsacia, que cuenta con 780 empleados.

Ante esta situación, los sindicatos piden que, para cumplir con los requisitos de la venta, tanto la dirección Alstom como el organismo regulador y la Comisión Europea tengan en cuenta los mejores proyectos presentados por los potenciales compradores «y no el menos problemático para Alstom».