Fitch mantiene sin cambios las notas como emisores a largo plazo

La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha decidido mantener sin cambios las notas como emisores a largo plazo tanto de Bankia como de CaixaBank, aunque ha alertado de que sus revisiones no tienen en cuenta el potencial efecto crediticio de la fusión entre ambos, ya que esta todavía no se ha formalizado ni se han definido los términos, según ha informado este miércoles.

Así, Fitch ha decidido mantener el rating de Bankia en ‘BBB’, al tiempo que ha sacado a la entidad de su lista de revisión especial negativa y le ha asignado una perspectiva negativa. En lo que respecta a CaixaBank, Fitch ha dejado sin cambios tanto la nota ‘BBB+’ como la perspectiva, también negativa.

La calificadora ha decidido mantener la nota de Bankia ya que, en su opinión, la nota no está «inmediatamente en riesgo» por el impacto de la ralentización económica provocada por la pandemia gracias a sus colchones de capital, que le han proporcionado «espacio de maniobra» para absorber la «posible» reducción de la rentabilidad y el mayor riesgo crediticio.

No obstante, Fitch ha decidido asignar al banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri una perspectiva negativa porque los riesgos «siguen alineados a la baja a medio plazo, especialmente si la recesión demuestra ser más profunda o si la recuperación es más débil que en nuestras previsiones». Esto podría provocar un alza de los préstamos dudosos, una generación de ingresos más débil o mayores pérdidas crediticias, lo que acabaría provocando una erosión de capital mayor de lo esperado.

De su lado, Fitch ha explicado que el rating de CaixaBank, situado un peldaño por encima del de Bankia, refleja su «sólida» posición en los segmentos de banca minorista, seguros y gestión de activos en España, lo que le ha proporcionado «estabilidad de ingresos» pese a los cambios de signo de la economía. La calificadora de riesgos también considera que la entidad cuenta con una «adecuada capitalización» para absorber una caída «moderada» de la calidad de los activos o de las ganancias, pese al riesgo de mercado procedente de su cartera de inversiones.

Sin embargo, la perspectiva negativa se corresponde con la opinión de Fitch de que el impacto económico en España por la pandemia supone un «riesgo» para el entorno operativo bancario, así como una «amenaza» para la implementación de los objetivos estratégicos y de negocio de la entidad. La perspectiva también refleja las «presiones» sobre el beneficio y la calidad de los activos a medio plazo.

«Si se alcanza un acuerdo de fusión entre Bankia y CaixaBank, tras la publicación de los detalles del acuerdo y tras nuestra valoración de los riesgos de ejecución, incluyendo la recepción de las aprobaciones regulatorias, realizaremos una revisión de los ratings basándonos en las métricas financieras y las expectativas de Fitch para el medio plazo», ha indicado la firma de calificación.

REUNIÓN DE LOS CONSEJOS

Los consejos de ambas entidades bancarias se reunirán finalmente este jueves, 17 de septiembre, una vez disponen de todos los datos de la ‘due diligence’, para dar ‘luz verde’ a la fusión y definir el precio de la operación.

La reunión de mañana dará el pistoletazo de salida a una operación que creará un grupo con activos por importe de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia), lo que propiciaría significativas sinergias.