Por qué no deberías mirar los correos del trabajo más allá de la jornada laboral

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La desconexión digital lleva ya unos años siendo uno de los caballos de batalla de los derechos laborales. Las nuevas tecnologías permiten una conexión y comunicación constante entre el trabajador y la empresa. Correos electrónicos, mensajes, llamadas, consultas…El trabajador debe de estar permanentemente colgado de su trabajo, del teléfono o del ordenador para atender imprevistos. 

La legislación laboral empieza poco a poco a actualizarse para proteger a los trabajadores. Pues no se trata solamente de su derecho a la desconexión, sino de su salud. Numerosos estudios advierten de los problemas de estrés, insomnio o ansiedad que conlleva la conexión permanente, los mails a deshora y todas las servidumbres del trabajo en el siglo XXI.

El derecho a la desconexión en la ley del teletrabajo

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Esta misma semana ha sido aprobada la ley del teletrabajo después de meses de negociaciones entre gobierno y agentes sociales. Y uno de los puntos más novedosos es precisamente el relacionado con la desconexión digital. La ley es muy clara al respecto. Las personas que se acogen al teletrabajo “tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo”, lo cual se establecerá mediante negociación colectiva.

“El deber empresarial de garantizar la desconexión conlleva una limitación del uso de los medios tecnológicos de comunicación empresarial y de trabajo durante los periodos de descanso, así como el respeto a la duración máxima de la jornada y a cualesquiera límites y precauciones en materia de jornada que dispongan la normativa legal o convencional aplicables”, se lee en el texto.

Los efectos de los mails fuera de hora

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Los mails de trabajo fuera de hora y de tono maleducado son ya, por desgracia, parte insoslayable del mundo moderno. Y, según un reciente estudio, estos mensajes podrían tener consecuencias negativas a largo plazo para su receptor. Según esta investigación, hay dos formas posibles de agresividad vía mail.

La primera sería la “activa”, que incluye palabras amenazantes o degradantes por parte del emisor. La segunda la han bautizado como “pasiva”, y consiste en ignorar o despreciar la opinión del interlocutor. Sea como sea, los malos modales en los mails de trabajo dejan al receptor con un sentimiento de incertidumbre que genera emociones negativas.

Insomnio y baja productividad

Insomnio

Este estudio fue llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Illinois. Según los investigadores, la agresividad en los correos electrónicos se disparó durante los meses de confinamiento por coronavirus, cuando la gente teletrabajaba. La comunicación digital, sostienen los investigadores, es con frecuencia maleducada y poco delicada.

El estudio demuestra cómo recibir un mail agresivo del trabajo puede producir un efecto inmediato en el receptor. Ese efecto implica un descenso de la productividad, insomnio y emociones negativas. “A la vista del creciente uso de emails en el trabajo, es razonable concluir que este problema cada vez será más preocupante”, dice Zhenyu Yuan, uno de los autores del estudio.

Metodología del estudio

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Para llegar a estas conclusiones, los investigadores entrevistaron a 233 trabajadores sobre sus experiencias con correos electrónicos agresivos. Se les solicitó a los participantes que llevasen un diario en el que recogiesen sus emociones relativas a este tipo de mensajes. 

El profesor Yuan explica que “dado que los mails se conservan para siempre, las personas podemos tener la tendencia a releer un mail desconcertante una y otra vez para pensar cómo responder. Eso no hace más que agravar el estrés”.

Desconectar tras el trabajo

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Para acabar con este estrés y malestar, los investigadores recomiendan a los empleados que desconecten. Una vez terminada la jornada de trabajo, por más estresante que haya sido, hay que alejarse de las preocupaciones laborales. En la medida de lo posible, apuntan, los jefes deberían usar de forma responsable y respetuosa los correos electrónicos. 

En la investigación, publicada en la revista Journal of Occupational Health Psychology, el profesor Yuan introduce varios matices a la cuestión. “Los esfuerzos para reducir la mala educación en los correos electrónicos no debería convertirse en presión para que los trabajadores estén constantemente pendientes de responder a un mail”.

Más bien todo lo contrario, defiende el psicólogo: “Establecer normas claras y razonables acerca de las comunicaciones sería la medida más efectiva”.

Los datos en España

Datos

En el año 2017 la Comunidad Laboral Trabajando.com –Universia realizó una encuesta sobre esta cuestión. En ella participaron 1.720 para contar en qué medida los españoles disfrutan de su tiempo libre y cómo las nuevas tecnologías afectan a la capacidad de desconexión. 

Entre los resultados destaca que el 45% de los españoles afirma que en la era digital es más complicado desconectar del trabajo, mientras que el 35% asegura que es “cuestión de aprender”. Por el contrario, el 17% de los participantes cree que no es más complejo que antes. Del total de encuestados, el 39% afirma que sí desconecta durante sus vacaciones, siendo un 31% los que confirman que no, y el 30% restante que comenta hacerlo “a medias”.

Para poder disfrutar del tiempo de ocio sin que la sombra del trabajo esté presente, los participantes que sí desconectan explican que para poder desconectar abandonan su residencia habitual (28%), apagan el móvil (21%), o que no revisan el correo electrónico corporativo (19%), siendo un 32% los usuarios que aplican todas las medidas anteriormente mencionadas.

Según los resultados, el 50% de los participantes apunta como principal motivo para no desconectar su alta responsabilidad profesional, el 42% confiesa cierto grado de adicción al trabajo, y el 8% asegura no sentir confianza en la persona que le sustituye.

Empresas concienciadas

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Algunas empresas empiezan a darse cuenta de las ventajas de respetar el derecho a la desconexión digital de sus trabajadores. GoodHabitz, líder europeo en e-learning corporativo que tiene entre sus clientes a empresas como Deloitte, PWC o Vodafone, ha lanzado el primer curso sobre Detox digital para empresas en el que se trata de formar y fomentar la desconexión digital de los empleados: claves, consejos, trucos y beneficios.