La Diócesis de Coria-Cáceres gestionó en 2019 más de 5,7 millones de euros

La Diócesis de Coria-Cáceres ha gestionado en 2019 un total de 5.750.647 euros, de los que más del 40% ha sido aportado por los fieles y un 35,10% de la asignación tributaria. El resto procede de ingresos corrientes en un 14,47%, mientras que el 6,25% son ingresos de patrimonio y otras actividades, un 2,90% de préstamos, y un 0,91% de ingresos extraordinarios.

En cuanto a los gastos, también de 5,7 millones de euros, el 28,30% se ha destinado a la retribución del clero (la diócesis cuenta con 140 sacerdotes); un 26,14% para conservación de edificios y gastos de funcionamiento; un 16,44% para acciones pastorales y asistenciales; un 15,53% de gastos extraordinarios y un 2,05% de aportación a centro de formación.

Los datos los ha dado a conocer el economista de la diócesis, Ginés Rubio, que ha recordado que muchos de los inmuebles propiedad de la diócesis son templos históricos artísticos, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), en los que hay que invertir «grandes sumas económicas para su conservación y mantenimiento», como en la catedral de Coria, que ha sido reformada con las aportaciones del Ministerio de Fomento, Junta de Extremadura, Ayuntamiento de Coria y Cabildo Catedral.

En cuanto a la necesidad de financiación, ese 2,90% de los ingresos, son algo más de 166.000 euros, un déficit producido por las grandes intervenciones que se han realizado en el 2019 en cuanto a la conservación del patrimonio, con más de 30 intervenciones.

Rubio ha destacado que en este 2020 se ha realizado una gran apuesta por el sostenimiento de las siete residencias de ancianos de la diócesis, por el mantenimiento del empleo sin acceder a los ERTE del Gobierno y por cumplir con las facturas de proveedores.

«Todo ello a pesar de la disminución durante el confinamiento y la ‘nueva normalidad’ de las colectas en las parroquias», ha apuntado este miércoles en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por el administrador diocesano, Diego Zambrano, para presentar la celebración del*Día de la Iglesia Diocesana, que*se conmemora el 8 de noviembre bajo el lema ‘Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo’.

La idea es que detrás de las parroquias, asociaciones, movimientos, grupos, etc… «hay cientos de personas que dedican su tiempo para hacer el bien a los demás», ha dicho Zambrano, que ha recordado que el Fondo de Emergencia que se creó para atender las necesidades de las residencias de ancianos, y a las personas y familias que se han quedado sin empleo, alcanza ya los 93.000 euros.

COMEDOR SOCIAL

Por su parte, Sor Isabel María Rodríguez de las Hijas de la Caridad, que también ha participado en la rueda de prensa, ha contado cómo respondieron a la pandemia desde el comedor social situado en la calle Adarve del Cristo, que tuvo que cerrar durante el confinamiento pero que siguió atendiendo a los más necesitados dando bocadillos al principio pensando que la situación era puntual.

Al ver que se alargaba se decidió repartir comida elaborada y servida en dos tupperwares: un primer y un segundo plato para el almuerzo, además de pan, fruta, leche o zumos y, para la cena, bocadillos. Todo ello preparado por las 18 hermanas de la congregación, algunas de muy avanzada edad.

Actualmente, sirven entre 80 y 90 comidas diarias, así como el mismo número de cenas. Desde el 1 de enero de este año hasta el 30 de septiembre, se han servido un total de 16.933 comidas y el mismo número de cenas. Durante todo el año 2019 se ofrecieron 16.301 comidas con sus respectivas cenas. Por tanto, en los nueve primeros meses de este año ya se han ofrecido más comidas que durante todo el año anterior.

La mayoría de las personas que acuden están solas, no cuentan con empleo ni ingresos, o tienen unos ingresos mínimos que pueden provenir de una Renta Básica o una pensión no contributiva. Sin embargo, durante el confinamiento ha aumentado el número de familias con niños, según ha explicado Sor Isabel, que agradece la colaboración a toda la ciudad y advierte de que el panorama actual «es preocupante».