Círculo de Empresarios prevé una caída de PIB de entre el 11% y el 14% este año

El Círculo de Empresarios ve «demasiado optimistas» las previsiones económicas del Gobierno, que estiman una caída del PIB del 11,2% en 2020, y en su lugar señala que las previsiones para la caída del PIB de España apuntan a un desplome de entre el 11% y el 14% este año, en tanto que la tasa de paro podría superar el 20%, mientras que sitúa el crecimiento en 2021 entre el 4,1% y el 7,5%, frente a la estimación del 7,2% del Ejecutivo (9,8% con fondos europeos).

Por ello, para acelerar la recuperación pide mejorar reformas estructurales «ambiciosas» e introducir mejoras relativas a la competitividad, como el talento e innovación, calidad institucional, eficiencia de las administraciones, internacionalización e industrialización.

Así lo ha señalado el presidente del Círculo de Empresarios, John de Zulueta, durante la presentación telemática del documento ‘Mejorar la competitividad para acelerar la recuperación’, que analiza la evolución de España y los países de referencia de la OCDE en 41 indicadores del entorno de negocios, revelando que hay un «gran potencial de mejora».

De Zulueta ha cuestionado las «optimistas» previsiones económicas del Gobierno y las ha contrapuestos con las previsiones que auguran un desplome del PIB de entre el 11% y el 14%, con una tasa de paro que podría ser superior al 20% este año.

Además, el Círculo avisa de que los elevados niveles de défici y deuda pública, que el Gobierno estima en un 118,8% del PIB y un 11,3% del PIB, respectivamente, «condicionan la sostenibilidad del Estado de bienestar y el margen de maniobra de la política fiscal», al tiempo que suponen una «elevada carga» a afrontar por las generaciones futuras, que se suma a la incidencia negativa del envejecimiento poblacional en la sostenibildad financiera de la Seguridad Social,

I+D E INDUSTRIA

De Zulueta ha indicado que España invierte en I+D un 1,24% del PIB, frente a la media de la UE del 2,2%, al tiempo que en industria se ha registrado un «deterioro significativo», ya que del 30% del PIB que representaba en los años 70, ha descendido hasta el 16%, lo que supone tres puntos porcentuales menos que el promedio de la UE.

Sobre la industria De Zulueta ha afirmado que «es un sector mucho más sólido que el turismo», por lo que ve «clave» apostar por este sector para impulsar la competitividad.

Tomando como países de referencia EE.UU, Suiza, Alemania, Holanda, Reino Unido, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Israel, Bélgica e Irlanda, el análisis concluye que la situación de España a nivel competitivo está aún alejada de los países con mejor desempeño dentro de la OCDE, especialmente en materias tales como instituciones, capacidad de innovación, dinamismo empresarial, mercado de trabajo y formación.

De hecho, señala que España no ha logrado en los últimos diez años mejorar su posición intermedia en los rankings internacionales de competitividad, algo que solo cree posible con reformas estructurales «ambiciosas», y cita aspectos que influyen en la competitividad de modelo productivo: talento e innovación, calidad de las instituciones, eficiencia de las administraciones públicas, internacionalización e industrialización.

REFORMAS PARA AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD

En concreto, recomienda el desarrollo de un ecosistema innovador y el establecimiento de un diálogo permanente con la comunidad académica y científica para intercambiar reflexiones, compartir análisis, favorecer la divulgación científica de interés económico y estudiar proyectos de interés común a nivel nacional e internacional.

En el terreno de la eficiencia y calidad de las administraciones públicas, pide profesionalizar la gestión de los organismos públicos, con el objetivo de aumentar la estabilidad, la independencia y la visión a largo plazo ante los cambios del ciclo político, así como reformular y racionalizar la estructura de la Administración territorial y aumentar la transparencia y el buen gobierno de las administraciones.

Respecto a la internacionalización recomienda involucrar al sector privado en el diseño de nuevas estrategias y planes, incrementar y consolidar la base de empresas exportadoras regulares y avanzar en la apertura de mercados, la promoción, formación e información comercial, la financiación y la fiscalidad, así como la participación de empresas españolas en la ejecución de proyectos de cooperación.

Para la industria propone fomentar la inversión pública en infraestructuras productivas, establecer políticas industriales activas y transversales, favorecer la colaboración público-privada para la innovación y la digitalización, garantizar la estabilidad, previsibilidad y competitividad de los costes energéticos soportados por la industria e impulsar acciones para el desarrollo de la industria 4.0.

Otras recomendaciones adicionales apuntan a reformar el impuesto de sociedades, modernizar el sistema de contratación, adaptar el modelo educativo a un entorno global y digital, reforzar la unidad de mercado, establecer un nuevo diseño de las cotizaciones a la Seguridad Social, promover el aumento del tamaño de las pequeñas y medianas empresas españolas, el emprendimiento y la extensión de la FP dual, junto a políticas para mejorar la natalidad.