El Banco de España pide fomentar la digitalización en zonas rurales

El Banco de España aboga por fomentar la digitalización en aquellas zonas rurales con mayores oportunidades de desarrollo, aprovechando la implantación del teletrabajo, que se ha visto acelerada por el Covid, con el objetivo de atraer empresas y potenciales trabajadores y reducir la desigualdad de rentas con respecto a las zonas urbanas.

En un artículo difundido este miércoles en el que analiza las tendencias recientes de la población en las áreas urbanas y rurales, la institución señala que, en general, las ventajas de la densidad urbana consisten en una mayor productividad e innovación, facilidad de acceso a bienes y servicios, reducción de las distancias, eficiencia energética y servicios e instalaciones disponibles.

En cambio, apunta, los inconvenientes de las zonas urbanas son los precios del suelo o la vivienda, así como la exposición a la contaminación o a distintas enfermedades, como refleja, por ejemplo, la mayor propagación del Covid-19 en las zonas con más densidad de población.

«El análisis y la cuantificación de estos costes y beneficios para el caso de las ciudades españolas representan una estimulante línea de trabajo en la agenda investigadora del Banco de España», subraya la institución.

El Banco de España constata en este informe que en la última década la economía española experimentó un aumento de la tasa de urbanización, que se vio acompañado de «un nuevo episodio de despoblación de las áreas rurales».

Hasta 2010, argumenta, la migración internacional aumentó significativamente el número de habitantes en zonas urbanas y palió el envejecimiento de buena parte del territorio rural español. Sin embargo, a partir de entonces, con la crisis financiera, la reversión de los flujos migratorios contribuyó a la caída de la población rural.

Además, sostiene que en ciertos municipios rurales se ha producido una caída continuada de la población durante los últimos 20 años, superior al 15% en los municipios de menos de 1.000 habitantes. En contraste, los municipios de menos de 10.000 habitantes integrados en un área urbana funcional experimentaron «significativas» ganancias de población en las últimas décadas.

«Una desigual distribución espacial de la población provoca una distribución también desigual de las rentas, ya que las economías de aglomeración justifican una mayor retribución a los factores productivos en las zonas donde se concentran la actividad económica y la población», afirma el organismo.

87% de la población en zonas urbanas

De acuerdo con los datos recogidos en este informe, procedentes de estadísticas del INE, de la Fundación BBVA y del IVIE, entre otras fuentes, la fracción de la población residente en zonas urbanas de España aumentó desde el 65% hasta más del 87% en el periodo 1950-2018.

«En el período transcurrido desde mediados del siglo pasado, España ha sido uno de los países europeos con un mayor aumento de la tasa de urbanización«, convergiendo hacia la observada en los países más urbanizados de Europa, asegura el informe.

El Banco de España precisa que este incremento fue «especialmente intenso» hasta el final de la década de los setenta, durante el período que se ha denominado ‘éxodo rural’, de modo que la tasa de urbanización se situó en el 82% en 1981.

«Desde entonces, el incremento de la tasa de urbanización habría proseguido, si bien a un ritmo significativamente más lento, como resultado de una dinámica poblacional dispar entre las áreas rurales y las urbanas», explica.

Estas últimas habrían experimentado un alto dinamismo demográfico desde finales del siglo pasado hasta 2011, para estancarse posteriormente. Las áreas rurales, por el contrario, aunque aumentaron su población hasta 2010, han registrado «intensas caídas poblacionales» desde entonces, según el informe.

En conjunto, en España existen 6.491 municipios encuadrados en áreas rurales, en los que residiría el 13,5% de la población total. Esta población rural estaría distribuida en municipios de distinto tamaño: algo menos del 20% reside en municipios de menos de 1.000 habitantes, cerca de la mitad en municipios de entre 1.000 y 5.000 habitantes y un 35% en localidades de entre 5.000 y 10.000 habitantes.

El resto de los municipios, en concreto 1.602, se localizan en áreas urbanas y acogen al 86,5% de la población.