miércoles, 17 abril 2024 0:50

Se fueron del Atlético de Madrid para triunfar… y se han pegado un tortazo

Decir adiós nunca es fácil, pero dentro del balompié los jugadores van y vienen de un equipo a otro. Aunque hay unos cuantos históricos que deciden quedarse para siempre en el mismo equipo, la gran mayoría apuesta por buscarse una aventura en otra escuadra que, en algunos casos, puede darles más glorias deportivas y más fama. Pero en el caso del Atlético de Madrid, el despedirse de una afición que te idolatra y de un técnico tan carismático como Simeone, pues cuesta el doble y puede terminar saliendo muy caro.

Muchos futbolistas han salido del conjunto colchonero para triunfar y casi todos han terminado con las tablas en la cabeza, porque la vida en sus nuevos destinos no es nada como ellos esperaban. Lo bien que estaban junto al técnico argentino y sus métodos defensivos ya no les parecen tan descabellados, pero en sus nuevos conjuntos sufren por falta de oportunidades o por no acostumbrase a nuevas formas de jugar. Lo cierto es que salieron del equipo rojiblanco con ganas de comerse al mundo y terminaron en fiascos totales.

Griezmann cambió el Atlético por el Barcelona

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El francés vive horas bajas en Cataluña

La última gran estrella del Atlético fue sin duda Antoine Griezmann, pero poco le importó ser el jugador más querido de la fanaticada y un año después de su famoso documental «La decisión», el francés cambió de aires con destino al club que precisamente había rechazado: el Barcelona.

Aunque es muy pronto para hablar de un fracaso contundente, las actuaciones de Griezmann no están siendo ni la mitad de lo bien que lo hacía con el club de la capital española. Encerrado en una posición que no es la suya, pues es Messi el que está en el centro del ataque y por el que pasa todo el juego, y enfrascado más en tareas defensivas (tal como se sacrificaba con Simeone), el atacante no ha lucido su potencial de azulgrana. Si bien muchos piden su salida, por solo 14 goles en contraste del precio que se pagó por él (120 millones de euros), el galo tiene aún años por delante para revertir la situación.