viernes, 19 abril 2024 20:59

Sin discusión: por qué Maradona es el mejor jugador de fútbol de la historia

No es una pregunta figurada. El debate ha llenado páginas y páginas de la historia del fútbol contemporáneo. La cuestión atravesó la plenitud de Maradona y le acompañó por siempre cuando décadas después otros futbolistas, especialmente Leo Messi, acreditaron los suficientes méritos como para plantarle cara. Pero ahora, tras su repentino fallecimiento, se hace aún más palpable: como El Diego no habrá.

Su muerte detiene un torbellino alucinante de hechos, de una existencia que se irradió hasta los rincones más escondidos del planeta. Ser Diego Armando Maradona fue algo único, incomparable, inimitable. Endiosado, virtuoso y enviciado. Entrañable y pendenciero. El hombre de una época, referencia de las mayores glorias deportivas y símbolo de algunos fracasos personales. Repasamos el por qué de todo ello, de por qué nuestro Maradona. Ese deslenguado carismático del viejo mundo; ese Diego de trampitas mágicas en el vivir.

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Maradona, la zurda mágica, y su influencia en el título de 1986

Maradona 1986

Para casi todos los argentinos, sí; para casi todos los brasileños, no. La razón no es otra que la disputa de Maradona con otro de los nombres propios más valorados, Edson Pelé. Aunque en los años más recientes dejaron atrás sus diferencias, durante mucho tiempo se enfrascaron en críticas públicas.

Sin embargo, ambos sabían que son el uno y dos de la historia. Para muchos, lo es el ‘Pelusa’, y lo es por dos principales razones: su influencia en el título mundial de 1986 y lo que logró con el Nápoli. Dueño de una zurda tan mágica como él era irreverente, el argentino tuvo una de las actuaciones más sobresalientes en la historia de las Copas del Mundo.

En esa edición, Argentina marcó 14 goles y en 10 influyó Maradona, con cinco goles y cinco asistencias. Su capítulo estelar fueron los cuartos de final, ante Inglaterra en el Estadio Azteca. Hizo aquel tanto de tal belleza que fue nombrado como el Gol del Siglo, pero también aquel acto de heroicidad, de reveldía, de pillo: La mano de Dios. Probablemente hoy no sería posible, pero entonces se hizo. Y entró. Sólo Maradona.

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Hizo al Nápoles un nombre de peso para el fútbol y para Italia

Maradona Nápoles

Otro motivo que nos lleva a catalogarlo (con diferencia) como el Mejor de la historia del fúbtol tiene que ver con Nápoles. Porque Nápoles es Maradona y Maradona es Nápoles. Es así. En su presentación, el ‘Barrilete Cósmico’ dijo que quería ser el ídolo de los niños pobres en la ciudad de Italia.

Lo consiguió. Le dio a ese club los únicos dos títulos de Liga que ha ganado (1986-87 y 1989-90), además del único campeonato europeo que tiene: la Copa UEFA de la campaña 1988-89. Con solo 23 años, Maradona llegaba como un héroe a una ciudad pobre y desesperanzada que le recordaba a su Argentina natal.

Donde buscaba alguna alegría a la que agarrarse para olvidar las penurias. El 10 de mayo de 1987, el Nápoles se proclamaba campeón de Italia después de acabar primero con 42 puntos, tres más que la Juventus. “Nápoles es mi casa”, admitía ya entonces un emocionado Maradona que llegó a rechazar poco después al Milan del todopoderoso Silvio Berlusconi por amor a la camiseta celeste.

Y es que Maradona fue un santo napolitano a pleno derecho. Porque el verano de 1984 empezó a sonar el nombre del argentino y la ciudad se dio cuenta enseguida de que era el elegido para cambiar la historia. Hubo manifestaciones, cortes de calles e incendio de contenedores frente a la casa del presidente del club. La ciudad estaba en crisis, el banco de Nápoles, al borde de la quiebra y la Camorra desataba su mayor tormenta de plomo. Pero llegaba El Diego. El 5 de julio de 1984 puso el primer pie en el San Paolo. Cambiaba la historia del fútbol. Siempre a mejor.

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Sin el mejor palmarés, Maradona se conjugó a la perfección con su carisma

Maradona Carisma

Algo muy a destacar de Maradona, y de por qué no hay nadie que se le pueda acercar en la historia, es que el ’10’ no fue el jugador con el mejor palmarés. Pero lo cierto es que dejó una huella imborrable tanto en el campo como fuera de los estadios.

Desde su debut con 15 años, su fútbol se conjugó a la perfección con su carisma y personalidad dentro de los terrenos de juego para convertirle en un fenómeno, un icono en todo el mundo pero sobre todo en Argentina y Nápoles, donde fue elevado a divinidad. Maradona fue uno de esos futbolistas que desprendía magia con cada gambeta, cada cambio de ritmo o cada gol, muchos de ellos de bella factura.

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Maradona: pionero para todo

Con todo, Diego Armando Maradona fue pionero para todo. Hasta para prepararse los partidos entre bailes y ritmos. Es lo que pasó con el que está llamado a ser el mejor calentamiento de la hisotira. Hasta para esto, ‘El Diego’.

Hablamos del calentamiento que estuvo practicando el argentino para hacer frente a uno de los partidos del año 1989, aquí con el Nápoles. Un calentamiento que pasó a la historia por la forma en la que Maradona, distendido, relajado y con los cordones de las botas desatadas, se preparaba para una semifinal europea. Cualquiera diría que estaba en juego la disputa de una final de Copa de la UEFA.

En el caso del Nápoles, se trataba de un partido fundamental para seguir persiguiendo el que era el torneo más importante de su historia. Pero Maradona quiso olvidarlo, aunque fuese solo por un rato. Sn nervios. Así, Maradona.

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La Copa de México 86, ‘su mundial’

México 86

Maradona fue y es el mejor por un cúmulo de razones. Y nos apartamos del tema personal. Hablamos de Maradona jugador de fútbol. Él y el balón. Él y su equipo. Él y los compañeros. Él y los rivales. Él y sus logros… que van más allá de los registros.

Hizo brillar a un equipo de minúsculas dimensiones como lo era Argentinos Juniors, con el que fue subcampeón. Jugó en el equipo de sus sueños, Boca Juniors, al que hizo campeón muy bien rodeado. Fue ahí cuando marchó hacia Europa. La historia ya la conocen: su primera aventura fue Barcelona para poner pronto destino al Nápoles origen de todas las cosas (las bellas y las no tanto) que sacudieron al gran Maradona.

Por lo tanto, vamos a irnos más lejos; Argentina, su selección. Con gloria y decepción incluida. Diego necesitó prepararse especialmente para el mundial de México, en 1986 porque ya eran tiempos complicados en su plano personal. Fue ahí cuando aprovechó con creces el que es ‘su mundial’, a los 26 años, una edad justa. Aunque antes mostró que era muy humano. Tanto, que si bien Argentina mantenía un lugar importante como plantilla, su clasificación corrió peligro. Finalmente Passarella y Gareca completar el primer paso de aquella Copa del Mundo.

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El deleite de los aficionados

Maradona Deleite

El hechizo que transmitió desde los terrenos de juego fue inmediato, desde que debutó con menos de 16 años en la primera plantilla de Argentinos Juniors. Por todo, ya con un peso significativo en el fútbol, Argentina tenía con él toda su declaración de intenciones, sus sueños más brillantes, sus canciones mejor cantadas. Era Diego, el de todos.

Era el deleite de los aficionados en los descansos de los partidos de primera, cuando se disponía (casi cada partido) a hacer malabarismo con un balón que obedecía cada toque de las distintas partes de su cuerpo. Ahí había alguien especial, un encantador de multitudes. Quintaesencia del potrero.

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El irrepetible Gol del Siglo

Uno de los goles más famosos de todos los tiempos del fútbol tiene el sello de Maradona. O mejor dicho; el mejor gol de la historia fue de Maradona. Claramente habalamos del segundo que le hizo a Inglaterra, precisamente en aquel 22 de junio de 1986, en los cuartos de final del Mundial de México.

Este vino pocos minutos después de que Maradona marcara también aquel gol archiconocido, anteriormente mencionado, y que marcó un antes y un después. Ahí, Inglaterra, era máxima rival de Argentina fuera de los campos de fútbol y del deporte: el ’10’ se cobró, por segunda vez, la derrota de las Malvinas. 

Fue entonces cuando después del primer envite hacia los rivales, Maradona se sacó de sus pies el segundo gol, el número 1 de los que les hace ser recordados. El Pelusa lo logró con una jugada que traspasó rivalidades. Tras recibir un balón en el centro del campo, se dio la vuelta y burló a cinco defensas y al portero ante la mirada atónita de los 115.000 espectadores que abarrotaban el Estadio Azteca.

La contienda culmina con la entrada de Maradona en el Olimpo y la sublime narración del periodista Víctor Hugo Morales ante el segundo gol: «¡Quiero llorar! Dios santo… ¡Viva el fútbol! Maradona (…) en la jugada de todos los tiempos, Barrilete Cósmico, ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés? Para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina«.

Maradona no resucitó a los caídos en las Islas, pero sí dio motivo para que los argentinos volvieran a levantar la mirada. El partido es relevante por la victoria de Argentina sobre Inglaterra, pero sobresalió él, el jugador, que llevó, más allá del trabajo en equipo, la victoria en sus hombros. Por esto Maradona es el Mejor jugador de la historia del fúbtol.

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