Karim Benzema siempre ha sido un delantero extraño: realmente parece más feliz lejos del área que dentro de ella, un ‘9’ con alma de ’10’ como dicen muchos. Sin embargo, tras la salida de Cristiano Ronaldo, si bien el Real Madrid redujo en gran medida su cuota goleadora, el francés se hizo con la responsabilidad y ahora la mayoría de los tantos corren por su cuenta.
La felicidad embriaga al atacante galo que ha visto como sus goles no solo dan puntos, sino también son de bella factura, como el último que le anotó al Valencia. Los goles están llegando luego de un leve bajón, pero hubo un tiempo en el que el nombre de Benzema se asociaba más a errores garrafales que a golazos. Mourinho lo apodó como «Gato» para diferenciarlo de un Higuaín que a su entender marcaba más diferencias en ataque y por fallos como los protagonizados antes, el mote le caía como anillo al dedo.
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Un Benzema distinto ante el Valencia
Si esta campaña frente al equipo che marcó uno de los goles más bonitos de su carrera, el ex del Lyon también fue protagonista ante ese mismo equipo hace dos campañas, en la 2017-2018, pero por sus fallos inexplicables. A la memoria de muchos llegará la imagen de un Zidane que golpeó el suelo al ver el enésimo error de su compatriota, que además de este gol cantado, pues erró un par más que nadie fallaría. En fin, una pésima actuación.
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La Champions también vio al Gato
Los errores del francés también se daban en la competición de clubes más importante del mundo: la Champions League. En esta ocasión, en la temporada 2016-2017, el rival fue el Borussia Dortmund y para remordimiento de muchos en aquel momento, el atacante volvería a cometer un nuevo fallo. En este caso la cosa fue peor, porque ni si quiera llegó a errar el tiro… en vez de eso se cayó antes de patear cuando estaba solo ante el portero.
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Sin portero también falla
Benzema ha tenido grandes fallos, pero uno de los que más repite es en el que aún sin portero, la pelota no entraba… y por mucho. En la temporada 2018-2019, el equipo blanco jugó contra el Eibar y pese a que iba ganando pudo marcar un gol más cerca del final del partido, pero cuando ya muchos celebraban el tanto, el delantero la mandó por encima de la portería aún cuando no había portero. Lucas Vázquez optó por reír antes que llorar. Menuda suerte.
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De cabeza tampoco acierta
La cabeza ha sido de gran ayuda para el delantero galo en los últimos tiempos, no solo para crear magistrales jugadas, también para marcar golazos. No obstante, en otros tiempos, Benzema podía errar a centímetros del arco si el gol dependía de su cabeza. El Getafe puede dar fe de ello, porque en el curso 2013-2014 fue cuando el nueve del Madrid falló en empujar un balón que casi entraba solo.
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Frente al Barça no podía faltar
El número de fallos del artillero francés puede que sean muchos, pero si los comete ante su máximo rival, estos se agrandan más. Contra el Barcelona tiene un gran número de goles errados, pero en la temporada 2014-2015 se puede recordar un error en particular en el que, frente a los culés en el Santiago Bernabéu, el Gato tuvo una mala suerte tremenda al pegar el balón del travesaño en dos ocasiones en la misma jugada… definitivamente no fue su día.
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