viernes, 19 abril 2024 17:03

Cuando el fútbol se tiñe de negro: agresiones que causaron vergüenza

El fútbol es sin duda el deporte más seguido a nivel mundial, un hecho más que relevante si se tiene en cuenta que cualquier acción realizada dentro del campo tiene una repercusión enrome fuera de él. En ese sentido, no solo los goles alcanzan millones de visualizaciones, también las faltas suelen recibir una atención descomunal, algo que coloca a los agresores a un nivel casi de criminal, que aumenta o disminuye según termine de adolorida su víctima.

Las agresiones en el fútbol han existido desde tiempos inmemoriales, pero lo cierto es que algunas han pasado a la historia por su rudeza, sus consecuencias y, en algunos casos, sorprenden mucho más porque los árbitros no las llegan ni a considerar como merecedoras de amonestación.

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Goikoetxea-Maradona: la madre de las agresiones

Para Andoni Goikoetxea una cosa común y corriente era cazar jugadores azulgranas. Si en 1981 dejó fuera a Shuster casi un año al romperle el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, en 1983 la tomó contra el nuevo crack del Barcelona: Diego Armando Maradona. Con el duelo ya definido (ganaba el Barcelona 4-0), el central cazó y rompió al argentino con una dura entrada que le destrozó el tobillo. A Goikoetxea ni amarilla le sacaron, aunque después le cayeron siete partidos de sanción.

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De Jong casi deja fuera a Xabi Alonso de la final

En la final de Sudáfrica 2010 entre España y Países Bajos, las cosas comenzaron muy fuerte. Rápidamente los neerlandeses impusieron sus condiciones con duras faltas, pero ninguna del calibre de la que De Jong le hizo a Xabi Alonso. En un balón aéreo, el español saltó para cabecear de la forma más normal posible y lo que se encontró fue una patada estilo karateka en todo el pecho. La falta se resolvió con una simple amarilla por parte de Webb, que no vio la acción de frente, pero al final admitió que tuvo que haber sacado roja.

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Un cabezazo para la historia

Durante el Mundial las agresiones se recuerdan por mucho más tiempo, pero si estas las comete un jugador histórico, pues quedan grabadas para siempre. Ese fue el caso del famoso cabezazo de Zinedine Zidane contra Marco Materazzi en la final de Alemania 2006. Unas palabras de más y el resultado fue un golpe para la posteridad y una expulsión que dejó a Francia sin su mejor hombre. Nadie sabrá lo que hubiera sucedido si el galo hubiera terminado el partido y cobrado su penal en la tanda definitiva, pero muchos dicen que Materazzi ganó esa final con su gol del empate y al recibir ese cabezazo.

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Luis Suárez mordió con todo

La Copa del Mundo sigue dejando agresiones para el recuerdo y de las más coloridas que se puedan imaginar. Patadas, golpes o jalones suelen suceder, más lo que hizo Luis Suárez a Chiellini en el Mundial de Brasil 2014 fue realmente épico. El uruguayo corrió al área y en un forcejeo con el italiano no se lo ocurrió hacer nada mejor que morderlo. La acción al final quedó en nada y las quejas del central, que mostró el mordisco que le habían dado, quedaron en el aire. Lo peor es que no era la primera vez que el charrúa mordía y al ser reincidente recibió una sanción de nueve partidos y cuatro meses.

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Cantona no perdonó a nadie

Polémico y figura en partes iguales, Eric Cantona hizo de las suyas con el Manchester United. En un duelo ante el Crystal Palace, en 1995, el delantero fue expulsado tras una fea falta al defensor Richard Shaw; sin embargo, todo se descontrolo después de eso. Cuando iba saliendo del terreno de juego un fanático lo insultó y lo mandó a devolverse a su país, al francés no se le ocurrió nada mejor que patearlo fuertemente. Los años pasan y Cantona no se arrepiente de una acción que quedó para el libro de los recuerdos de Premier League.

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