Los tiempos están cambiando, y muy rápido. Si ahora nos trasladasen de improviso al mundo del año 2010, ¿lo reconoceríamos?, ¿qué cosas nos sorprendería?, ¿qué ha cambiado desde entonces y qué sigue igual? En esta época tan acelerada, diez años son muchísimo tiempo, y puede pasar cualquier cosa. Una pandemia mundial, por ejemplo. Todo cambia y seguirá haciéndolo, y parece que la comida será una de esas cosas.
Recientemente, científicos de todo el mundo han compartido sus pronósticos y predicciones sobre cómo será la comida en el año 2030. Fue en el marco de un evento online, el Oxfordshire Science Festival, que coincidió con el Día Mundial de la Comida. Hubo opiniones de todo tipo y para todos los gustos.
¿Hacia dónde vamos?
“La comida va a cambiar más en los próximos diez años que en los últimos 10.000. Eso se debe a las nuevas aplicaciones tecnológicas y a la biotecnología”, aseguró Ryan Bethencourt, director ejecutivo de la empresa alimentaria Wild Earth.
“Creo que vamos a ver muchas compañías entrando en este negocio. Es muy posible que el cambio climático y la devastación fuercen un cambio cultural en nuestros estilos de vida respecto a los recursos del planeta. Aprenderemos a respetarlos en lugar de explotarlos”, continuó Bethencourt.
En esa misma línea, teniendo muy presente nuestra situación medioambiental, un científico australiano dijo que deberíamos acostumbrarnos a darles a las mascotas comida vegana. Un psicólogo de la Universidad de Oxford, más ambicioso, cree que en 2030 habrá “cenas sensoriales” que hoy solo pueden conseguirse en restaurantes de máximo lujo.
En cualquier caso, estas que siguen son algunas de las tendencias que irán a más en los próximos años.
Carne de laboratorio
La carne producida en laboratorio se volverá mucho más común en los próximos diez años. Pasará de ser un producto de nicho y muy exclusivo a convertirse en algo de lo más corriente en nuestras neveras.
La primera hamburguesa hecha en laboratorio se produjo en el año 2013. Fue Mark Post, de la Universidad de Maastricht, quien lo consiguió con células de músculo vacuno crecidas en laboratorio.
Él mismo es ahora uno de los promotores más activos de esta carne “limpia”. Su empresa, llamada Mosa Meat, es la primera del mundo en producir hamburguesas sin necesidad de recurrir a un matadero de animales. “Las nuevas tecnologías, como las desarrolladas en la agricultura celular, son parte de la solución”, asegura Post, “de esa forma conseguiremos reducir el gasto de comida y cambiar nuestros hábitos consumidores”.
Condimentos sónicos
Suena a película de ciencia ficción distópica, sí. Esto de los condimentos sónicos es un término relativamente nuevo. Se utiliza para referirse al uso de estímulos auditivos para resaltar la experiencia que tenemos al comer. Ya hay algunos chefs, con estrella Michelín incluida, que ofrecen esta posibilidad en sus restaurantes.
El profesor Charles Spence, psicólogo de la Universidad de Oxford, que esta tecnología digital empezará a ser mucho más frecuente en todos los sitios. No solamente en los restaurantes caros. La comida irá “mano a mano” con dispositivos de este tipo, y los condimentos sónicos nos envolverán en música y paisajes de sonido que enriquecerán la experiencia.
“Sea como sea el futuro de la comida, seguro que será más experiencial y multisensorial”, afirma Spence. “Ha habido una gran expansión en esto de combinar música con sabores, como parte de nuestro interés en equiparar y combinar sensaciones”. De acuerdo con HGEM, una empresa de hostelería, las bajas frecuencias estimulan la percepción del amargo y las altas frecuencias de los sabores dulces.
Insectos a la carta
Henry Dimbleby, cofundador de una cadena de restaurantes, dijo el año pasado que los insectos comestibles deberían incluirse en las estrategias alimenticias de las naciones desarrolladas. En el año 2018, el supermercado Sansbury se convirtió en el primero en vender insectos en sus establecimientos.
Los brillos, gusanos y hormigas son ecológicamente sostenibles. Apenas consumen recursos naturales y son una alternativa saludable a la carne. Se les empieza ya a conocer como “el próximo superalimento”, pues contienen altas dosis de proteínas, nutrientes, potasio, magnesio y tres veces más ácidos grasos que el salmón.
Existen en el mundo más de 1000 especies de insectos que son perfectamente comestibles. Un estudio reciente de Barclays aseguraba que el mercado de los insectos comestibles estallará más pronto que tarde. El volumen de mercado podría ascender a 8000 millones de dólares, cuando en 2019 apenas llegaba a los mil.
Comida vegana para las mascotas
Esta es otra de las tendencias que busca adaptar nuestra dieta a las exigencias medioambientales. De acuerdo con las conclusiones de un reciente estudio, la carne destinada a gatos y perros genera el equivalente a 64 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año. Ese es exactamente el mismo impacto que tienen durante un año 13,6 millones de coches.
Perros y gatos son también responsables de entre el 25 y el 30% del impacto medioambiental generado por el consumo de carne en Estados Unidos. Andrew Knight, un profesor australiano de la Universidad de Winchester, cree que es necesario cambiar la forma en la que alimentamos a nuestras mascotas.
“Solo empezamos ahora a darnos cuenta del impacto que tiene la alimentación de nuestras mascotas”, lamenta el profesor. “Además, cada vez hay más mascotas a las que se alimenta con carne. Debemos explorar alternativas más sostenibles y éticas, basadas en plantas, levadura, algas y carne creada en laboratorio”.
