Ezeta Gobeeva, de 62 años y originaria de Rusia, ha estado viviendo desde 1996 con un dolor agudo en su abdomen que los médicos atribuían a un problema de hígado. Nada más lejos de la realidad: la mujer tenía dentro de su cuepo unas tijeras de cirujano.
«Sufrí durante muchos años, los dolores fueron terribles», comenta Ezeta. «Tenía que tomar pastillas todas las noches», prosigue.
Sus problemas comenzaron en 1996 cuando los especialistas tuvieron que practicarle una cesárea. Tras años padeciendo dolores insoportables, una radiografía encontró la causa del problema. Durante aquella intervención, una de las tijeras que utilizaron los médicos, quedó olvidada en el interior de Gobeeva por 23 años.
A día de hoy, las tijeras permanecen en su organismo, aunque la mujer ya se está preparando para una nueva operación.
Según ‘Telegrafi‘, para el Ministerio de Salud ruso la noticia supone un escándalo nacional y han asumido personalmente la investigación de los hechos.
También han asegurado que será el propio ministerio quien se haga cargo de las facturas médicas derivadas de la negligencia.
