En este artículo no vamos a hablar de cuántas veces hay que ducharse al día. Tampoco a la semana. Pero sí que vamos a tratar aspectos físicos de lo que sucede en tu cuerpo si estás 48 horas sin lavarte. Hay gente que cree que hay que ducharse una vez al día. Hay otras personas que, en verano, creen que mínimo, dos veces. Otras personas prefieren ducharse cada varios días. Esto es lo que sucede si no te duchas
Según un informe realizado por expertos, se concluyó que el 42 de los encuestados se duchaba diariamente. Fue una encuesta realizada a hombres y mujeres entre 18 y 55 años. Lo primero que va a salir a la luz si no te duchas en dos días son los malos olores. Al no ir aseados, las bacterias van a hacer su labor. En nuestra piel no solo hay bacterias malas, también hay bacterias buenas, pero son las primeras las que debemos eliminar.
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Las bacterias y las infecciones
Como decíamos, en nuestro cuerpo hay bacterias de todo tipo. Desde las que nos ayudan con nuestra piel hasta otras que nos pueden causar graves daños. Si no te duchas, lo que va a suceder es que tendrás una gran cantidad de estos microorganismos.
Esto puede provocarnos infecciones bacterianas en la piel. Si no las tratamos, se pueden extender a otros órganos. Es por eso que es imprescindible lavarnos para eliminar las bacterias dañinas antes de 48 horas.
Pasado ese tiempo, las bacterias aumentan y pueden provocar infecciones debido a una insuficiente higiene. Y a medida que más pase el tiempo, más van a subir las probabilidades. Además, se va a notar pronto el olor corporal.
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Las glándulas apocrinas y el mal olor
Otro de los síntomas de no ducharnos durante 2 días, va a ser el mal olor. Esto va a depender de cada persona, pero lo normal es que, a partir de las 24 horas sin lavarnos, comiencen a aparecer distintos olores corporales desagradables.
Las causantes del mal olor en nuestro cuerpo son las glándulas apocrinas que están en nuestro cuerpo. Estas glándulas se encuentran en las ingles, las axilas y en otros lugares del cuerpo y producen sudoración.
Esta sudoración es mucho más grasa que la de otras zonas del cuerpo. En contacto con las bacterias perjudiciales generan ácidos grasos volátiles que generan olores fuertes y desagradables. Según la persona, hay más o menos glándulas y más o menos olor.
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No son buenas demasiadas duchas
Si el defecto es malo, el exceso lo puede ser más. No es conveniente si te duchas con mucha asiduidad. Si utilizamos la ducha mucho y nos lavamos con jabones y geles, vamos a perjudicar a nuestra piel.
La piel tiene una capa de protección que se regenera pasado un tiempo. Si estamos retirándola con productos químicos, va a hacer que quede desprotegida. El ambiente está lleno de factores irritantes.
Nos podemos generar en la piel una dermatitis y una descamación que se nos puede agravar si no la tratamos a tiempo. Así que ducharse más de 1 vez al día nos va a perjudicar a la larga.
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Acumular sudor no es bueno
Volvemos a la parte las duchas durante 2 días. Esto va a generar que se acumule grasa y sudor en la dermis. Esto es generado por nuestro propio cuerpo y no retirado al limpiarnos y lavarnos con geles y jabón.
Esta acumulación podría favorecer la generación de irritaciones e infecciones de piel. Si esto nos sucediera, deberíamos usar crema hidratante y no agua. Si utilizamos crema hidratante en vez de agua conseguiremos mayor hidratación.
También evitaremos eccemas y picores. Si dejamos que continúe la acumulación de sudor tras los primeros síntomas de resecamiento de la piel, vamos a generar hongos. Los hongos crecen en los ambientes adecuados como axilas, ingles y región submamaria. Las personas obesas tienen más predisposición a esto.
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Duchas en la medida justa
Ya hemos visto que ducharse en exceso puede ser tan malo como si te duchas en defecto. Es por eso que hay que nivelar los niveles de lavado del cuerpo. Los especialistas recomiendan que nos duchemos cada día una vez al día.
Pero hay veces que no podemos ducharnos completamente. En esos casos que debamos de saltarnos una ducha, deberemos lavar bien ciertas zonas. Estas zonas son las más predispuestas a retener bacterias, hongos y restos celulares. Y nos estamos refiriendo a zonas de flexión, axilas y entre los dedos de los pies.
También se recomienda cambiarnos de ropa cada día. Sobre todo, hay que cambiar la ropa interior, que está más en contacto con la propia piel. El tejido puede retener bacterias y, si está sucia, puede provocarnos un agravamiento de la infección.
Al ducharnos, debemos secarnos bien la piel y mantenernos hidratados. Con esto vamos a evitar que se propaguen las infecciones y se curen las pequeñas escamas y costras que tengamos. Y así mantengamos el cuerpo limpio y sin problemas de infecciones ni olores.
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