Antoni Gaudí, Camus y otros famosos que tuvieron una muerte ridícula

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Pareciera que la muerte es lo único que nos iguala a todos los seres humanos, pero hoy vamos a demostrar que no es así. Ni siquiera el hecho de perecer es igual para los hombres. Hay algunos que tienen muertes honrosas, otros que fallecen inesperadamente… Y otros que han fenecido de forma ridícula. Estos últimos son los que nos interesan. Y es que una mala muerte te puede arruinarte una vida de éxito.

Que se lo digan a Antoni Gaudí o al Nobel de Literatura Albert Camus. Ni las estrellas de rock ni los reyes o los papas se libran. Y es que, como decíamos, a veces es mejor una vida humilde y una muerte que no sea recordada. Es mejor a tener una muerte como la de estos personajes y que todo el mundo se ría por la eternidad de cómo falleciste. Aunque también es verdad que estas muertes se recuerdan por que eran personajes famosos. Seguramente haya habido gente que haya muerto de manera más ridícula y no hayamos sabido nada.

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La muerte de Antoni Gaudí

Uno de los exponentes de la arquitectura más relevantes del siglo XIX y XX. Gaudí tuvo una muerte torpe a la que se sumó la mala suerte. Gaudí vivía en Barcelona en los años movidos de la España de la década de los 20.

Era un hombre muy cristiano y siempre iba a rezar a la Iglesia de San Felipe Neri en pleno Barrio Gótico de la Ciudad Condal. Allí acudía también a confesarse con un amigo sacerdote que él tenía.

Fue al cruzar la Gran Vía de las Cortes Catalanas cuando, por un despiste, un tranvía lo atropelló. Gaudí solía vestir desarrapadamente y fue tomado por un mendigo. Nadie acudió a socorrerlo. Murió unos días después del accidente, el 10 de septiembre del 26. Quizás se pudo hacer algo por él, pero nadie le reconoció.

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