Hay cierta parte de la población que prefiere el agua con gas al agua normal. Muchos piensan que el agua con burbujitas, al tener ese gas, es mucho más sana. Ayuda al estómago a digerir más fácilmente y aporta muchos beneficios. sin embargo, si tomas agua con gas frecuentemente podrías provocarte problemas muy graves. Hay que beber un mínimo de agua al día para mantener el cuerpo hidratado. Nuestro organismo es como una balanza, debemos tenerla en equilibrio.
Si bebemos demasiada agua podríamos provocarnos problemas por exceso. No nos interesa. Pero si no bebemos lo suficiente, podríamos hacernos igual de daño o más aún. La deshidratación es una causa de muerte. Así que vamos a ver qué efectos puede tener en el organismo consumir frecuentemente agua con gas. Vamos a intentar convencerte de que la dejes y vuelvas al agua normal, a la que no tiene burbujitas. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Dióxido de carbono
El agua con gas tiene agua con un añadido de dióxido de carbono. Es decir, las burbujitas que tomas con el agua y que te explotan en la garganta y en la boca no son otra cosa que CO2. El dióxido de carbono tiene algunos efectos perjudiciales en el cuerpo.
El dióxido de carbono puede hacer que aumentes tu peso de forma drástica. Al consumir agua carbonatada, este gas hace que segregues una hormona que aumenta el apetito. Esto quiere decir que vas a estar hambriento cuando consumas el agua.
Aparte de esta hormona que aumenta el apetito, también ayuda a segregar otras que hacen que no tardes más en saciarte. Es decir, puedes comer más sin notar que estás lleno. Esto hará que cojas peso de forma muy rápida.
