Estos son los bollos industriales que más triunfaban en tu infancia

Con la llegada de la modernidad se han perdido muchas de las cosas buenas que había en el colegio. Las normas de salud han hecho que desaparezcan poco a poco los bollos industriales que tomábamos en el recreo. De fabricación industrial, te daban la energía necesaria para poder asistir a tu clase de educación física y no desfallecer con el Test de Cooper. Reconocemos que ahora tu hijo come más sano, pero no sabrá lo que son las palmeras de chocolate o los pepitos de crema con los que tú tanto disfrutaste en su día.

Estos bollos llegaban a la cafetería de nuestro colegio o instituto directamente desde las grandes marcas. Normalmente era Bimbo quien las servía. Llegaban en cajas de cartón o anteriormente en unas bandejas de plástico amarillas tan características. Y llegaba una remesa, si no llegabas pronto, se acababa lo más rico rápido. Vamos a recordar algunos de aquellos bollos que hoy en día alguna marca ha intentado emular, pero sin todo el sabor y el chocolate que los originales tenían.

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Bollos: Palmeras

Palmera Chocolate

Las palmeras se pueden encontrar fácilmente en cualquier pastelería. De hecho, en las grandes ciudades hay concursos por hacerse con el galardón de la mejor palmera de chocolate. Aunque nosotros las comíamos gigantes, en su origen no eran así.

Las palmeras son unas pastas que pueden estar cubiertas de chocolate o de azúcar. Están realizadas con hojaldre doblado entre sí y cortado. Son de los bollos más sencillos de hacer. También son de los que más gustan a todo el mundo.

Las palmeras en el cole podían ser de chocolate, que eran las que más rápido se acababan y de azúcar, que eran las que solían sobrar. Pero la palmera suprema era la que estaba rellena de crema y cubierta de chocolate. Manjar de dioses.

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Pepitos

Pepito

Otro de esos bollos tanto industriales como de pastelería que triunfan. También nacieron como un pastelito de un bocado pero que, gracias a alguna mente genial, han multiplicado su tamaño para poder saciarse.

Estos bollos no son sencillos de hacer, así que en casa es complicada su elaboración, pero en cualquier pastelería casera que se preste, se pueden encontrar sus dos variedades. Los pepitos podían ser de crema o de nata.

Los pepitos de crema tenían este rico relleno, pero por encima tenían una ligera capa de chocolate que hacía un increíble contraste. Para los más golosos estaban los pepitos de nata. Estos tenían nata como relleno y el bollo entero estaba azucarado.

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Bollos: Napolitanas

Napolitana

Las napolitanas también son de los bollos que hoy en día se pueden encontrar muy fácilmente. Aunque están más ricas si son de pastelería, tampoco están mal las que se pueden encontrar en los grandes supermercados.

Las napolitanas más habituales son las de chocolate y crema. La napolitana de chocolate está rellena de esta salsa y por encima tiene virutas de chocolate que le dan el toque completo. Son las más consumidas.

Los que tenían el morro más fino y no eran tan chocolateros, optaban por las napos de crema. Esta napolitana tiene crema por dentro y almendra tostada sobre la capa superior del hojaldre. También estaban las napolitanas saladas, pero esas no las vendían en los colegios.

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Cuñas

Cuña

Las cuñas eran uno bollos inmensos de forma triangular que están rellenos de chocolate o de crema. Eso ya era sorpresa y dependiendo del colegio, traían de unas o de otras. sin embargo, lo que no cambiaba era la parte exterior.

La cuña normalmente estaba mojada en chocolate negro enteramente y tenía rayas de chocolate blanco que le daban ese toque tan particular. Estos bollos no eran muy habituales y solo llegaban en ocasiones especiales.

Sin embargo, cuando te comprabas uno y te lo comías a partir de las 12, te quedabas el resto de la tarde sin hambre. A ver cómo le explicabas a tu madre que no ibas a comer porque te habías metido una cuña de estas entre pecho y espalda.

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Bollos: Cañas

Caña

Las cañas también son bollos que se encuentran muy fácilmente en las bollerías y pastelerías de hoy en día. Estos bollos también tienen diversas formas. Están las cañas que son muy largas y finitas y las que son menos largas y finitas.

En el colegio había dos tipos de niños: Los que comían las cañas y los que preferían las napolitanas. Las cañas eran como una napolitana, pero más finita y con la parte de arriba con hendiduras.

Estas hendiduras permitían ver el relleno de chocolate o de crema. No tenían pepitas de chocolate ni almendra tostada, sin embrago, cuando te la comías, tenías la impresión de que te llenabas más que con una napolitana. En realidad, ambos, aunque con formas diferentes, te llenaban de igual manera.

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Cuernos

Cuerno1

Uno de los bollos estrella de los colegios. Estos cuernos estaban recubiertos de chocolate por fuera. A veces tenían rayas de chocolate blanco como las cuñas. Estos bollos tenían la forma de un cuerno, es decir, algo así como un cruasán, pero más gordito.

Lo maravilloso del cuerno era que estaba relleno de rico chocolate. Aquí no había medias tintas ni más elecciones. El cuerno era de chocolate y solo para valientes. El resto podía comprarse una napolitana o una caña.

Al morder el cuerno, se te llenaba la boca de chocolate y rico bollo. Una explosión de sabor que a día de hoy los niños no conocen. Pero tenía el peligro de que el chocolate, fundido, podía caérsete en la camiseta y andarías con la señal del cuerno durante todo el día.

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Bollos: Donuts de chocolate

Donut

Los más clásicos pero los más ricos. Los que se vendían en el colegio tenían un fondant que ni los que se pueden comprar hoy en día tienen. Un chocolate que tenía alto grado de azúcar y que te explotaba en la boca al morderlo.

Lo malo del donut era que rápidamente se acababa. Llegabas con hambre y no te daba tiempo ni a degustarlo. Había que comprar otro para poder saborearlo. Aparte de los donuts de chocolate con rica fondant, también estaba la versión sin chocolate.

El azúcar de los donuts normales también estaba muy rico. Era azúcar glas mojado con esencia que le daba un toque especial. Ya el culmen era mojarlo en el Cola cao o en el café con leche. Ese sí que era el desayuno de los campeones y no otras cosas que nos quieren vender.

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