Detenido por destrozar una máquina de ruleta tras perder 18.000 euros en dos días

La Policía Nacional ha detenido y puesto a disposición judicial en Granada a un varón de 60 años, nacionalidad española y con antecedentes policiales como presunto autor de un delito de daños al haber fracturado la pantalla de una ruleta en un salón de juego de la capital, enfurecido tras haber perdido 18.000 euros en dos jornadas, quien en el momento de su detención no se sintió molesto, entregándose de buen grado y manifestando a los agentes que «le vendría bien estar encerrado en el calabozo porque allí no perdía dineros».

Según relata el Cuerpo Nacional de Policía en una nota de prensa, los hechos tuvieron lugar cerca de las 15,00 horas el 7 de septiembre, cuando un empleado de una conocida cadena de salones de juego con implantación a nivel nacional informaba de la actitud agresiva de un cliente, el cual habría causado daños en el establecimiento.

Los agentes actuantes, tras personarse en la dirección indicada, consiguieron hablar con el empleado del mencionado salón de juego, narrando este como momentos antes uno de los clientes del local, de forma totalmente inesperada y sin aparente razón, había comenzado a golpear la pantalla de una de las ruletas de juego de las que disponía el negocio. Seguidamente los policías pudieron comprobar ‘in situ’ como la violencia de los golpes había fracturado el cristal de una de estas máquinas. En una primera valoración, según se pudo averiguar, los daños alcanzarían un valor en torno a los 1.000 euros.

Cuando el empleado fue preguntado por el paradero del causante de los daños sobre la máquina de juego este señaló a un cliente que todavía permanecía en el local. Tras ser identificado, los agentes detuvieron a un varón de 60 años y nacionalidad española, el cual manifestó que había perdido nada menos que 18.000 euros en tan sólo dos días y que por eso había perdido el control de sus actos emprendiéndola con la máquina del salón. En el momento de su detención, el presunto autor no se sintió molesto, entregándose de buen grado y manifestando a los agentes que «le vendría bien estar encerrado en el calabozo porque allí no perdía dineros».