Asturias retrasa la ‘vuelta al cole’

La Consejería de Educación del Principado de Asturias ha decidido retrasar el inicio de curso al 22 de septiembre para los alumnos de Infantil y Primaria. Los alumnos que cursen la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) comenzarán las clases el 28 de septiembre y el alumnado de Bachiller lo hará el 29 de septiembre. Los alumnos de Formación Profesional comenzarán el 30 de septiembre y los de idiomas y educación de personas adultas el 5 de octubre.

Así lo ha anunciado la consejera del ramo, Carmen Suárez, quien ha explicado que la medida responde al objetivo de comenzar el curso con garantías de sanidad para alumnado y personal docente, tanto en la educación pública como en la concertada. También ha pesado en la decisión del Ejecutivo la intención de esperar a ver cómo evoluciona la pandemia en los primeros quince días de septiembre, cuando se espera que ya se conozcan los datos de contagios correspondientes al fin de la época estival.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno Suárez ha anunciado que se realizarán pruebas PCR a todo el personal docente, por lo que esta medida es también uno de los principales factores que retrasarán la vuelta a las aulas, junto a la contratación de 860 nuevos profesores. Todas las medidas adoptadas por el Ejecutivo en relación a la vuelta a las aulas suponen un coste extra de 30 millones de euros para las arcas autonómicas.

Este retraso en el inicio, ha precisado Suárez, no implica incumplir el calendario escolar, que estipula que el curso debe tener 175 días. «Tenemos margen sin alterar el periodo vacacional», ha asegurado, mencionando que en junio hay una serie de días que «permiten jugar con ellos» para alcanzar lo 175 de docencia.

El vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, ha explicado que este retraso, «más que un problema», es una manera de aportar «seguridad y tranquilidad» a toda la comunidad educativa para que, cuando lleguen a las aulas «esté todo dispuesto», incluidas las PCR al personal docente. De esta manera, ha justificado, «se asegura la calidad de la enseñanza y la salvaguarda absoluta de la salud de la comunidad educativa».

Bajo la premisa de que es en las escuelas donde «tiene que estar» el alumnado, Educación y Salud han acordado una serie de normas para garantizar la seguridad del personal docente y los estudiantes. En primer lugar, Educación ha determinado extender las ratios de 20 alumnos hasta segundo de la ESO, una medida que en principio iba a afectar a los escolares hasta cuarto de Primaria.

Al hilo de esta decisión, el Principado ha acordado que la docencia sea presencial desde Infantil hasta segundo de la ESO y semi presencial a partir de 3º y hasta segundo de Bachiller. Para garantizar la presencialidad en el primer bloque, se harán grupos más pequeños y se formarán «grupos estables de convivencia», que también compartirán comedor si son usuarios. A partir de tercero de la ESO cada clase se dividirá en dos grupos de alumnos, que acudirán en días alternos a las aulas. Para ello Educación proporcionará el material tecnológico necesario, a fin de que «haya relación» entre lo que los alumnos trabajen en sus casas y en el aula.

A fin de prevenir contagios, la distancia de seguridad, el lavado de manos, la ventilación y el uso generalizado de mascarilla a partir de los 6 años formarán parte de la nueva realidad de colegios e institutos.

Los servicios de comedor y de transporte escolar trabajarán «con normalidad». En los autobuses se asignará un asiento concreto para cada alumno y en el comedor los alumnos que formen un «grupo estable» se sentarán juntos, a una distancia de metro y medio del resto de grupos.

En el caso de los colegios rurales, la consejera ha explicado que algunos no necesitarán acudir a la semi presencialidad, ya que no llegan a tener 20 alumnos por aula.

NO SE CONTEMPLA EL CIERRE DE CENTROS SALVO QUE SEA «IMPRESCINDIBLE»

Preguntada sobre la posibilidad de cerrar centros si se dan casos de COVID-19, la titular de Educación ha dicho que será la Consejería de Salud la que determine si hay que «llegar al extremo» de cerrar centros.

No obstante, ha subrayado que la intención del Gobierno es «no cerrar centros salvo que sea una cuestión imprescindible». «Queremos los centros abiertos todo el tiempo que se pueda», ha insistido.

Suárez ha explicado que la presencialidad «estará condicionada por los contagios» que se puedan detectar. «No será lo mismo un positivo en un grupo estable, cerrado sobre sí mismo, que en aquellos grupos que puedan tener un contacto distinto», ha agregado.

En el caso de que un alumno contagiado tenga hermanos en el mismo centro escolar, Suárez ha explicado que la unidad familiar en su conjunto «se verá afectada» por las medidas que Salud determine adoptar. Educación, por su parte, «acompañará» a los alumnos en los procesos de cuarentena o enfermedad a través de medios tecnológicos y la encomienda de tareas.