Hay discos que, desde su lanzamiento cambian el destino de un artista o de una banda, es lo que ha ocurrido con Siloé y su 'Santa Trinidad', que ha servido para dispararlos a las primeras líneas del indie español. Ha sido una etapa que les ha hecho girar alrededor de España por dos años, y ser el grupo que cierra las giras de Vibra Mahou en 2025 en La Riviera con dos conciertos que sirvieron como argumento a favor de la música como mecanismo para crear conexiones, y para recordar que estamos ante un trío que se muestra como uno de los grupos más puramente talentosos de su generación.
Sus canciones, herederas al mismo tiempo de la poesía de Sabina y del rock de estadios de U2 o The Killers han ido conectando cada día con más fieles. No es casual que hayan agotado sus dos fechas de cierre del año en La Riviera, y que además prometen desde ya que su próximo disco y su próxima gira serán más grandes y elaborados, aunque desde el principio demuestran que pueden crear teatralidad con pocas herramientas.
Es que tras encender las luces del escenario un par de minutos más tarde, parte del día a día para cualquier banda de rock, el vocalista de la banda, Fito Robles, se paraba junto a su violinista para interpretar 'La Verdad' y 'Sangre' en modo acústico. Solo acompañado por la guitarra, el violín y las voces de un público entregado del todo a la banda y su vocalista desde la primera canción, y que por dos horas de concierto seguirán sus indicaciones con las voces y las palmas.

Cuando los tres miembros del grupo, que además del propio Robles incluyen al multiinstrumentista Xavi Road, que en vivo se encarga del bajo, los sintetizadores y el baterista Jaco Betanzos, tomaron juntos el escenario para una ametralladora de himnos indie, que incluye canciones como 'Si me necesitas llámame', 'Reza por mi' o 'La oposición' ya era evidente que se trataba de un momento clave en la historia del grupo. El cartel de agotado de las dos Rivieras y la gira que agotaron a nivel internacional empieza a pedir un Movistar Arena, y lo que adelantaron del próximo disco.
ENTRE ACÚSTICOS, INVITADOS Y ELECTRÓNICA
El siguiente tramo del concierto, con el vocalista sentado en una silla con su guitarra acústica, sirvió para crear un momento más íntimo con el público. Allí dejaron pasear canciones como 'Súbeme al cielo' e 'Invisible', cambiando el sonido y la sensación del concierto. Allí fue que Robles empezó a pedir al público que dejaran sus teléfonos en el bolsillo. Durante el concierto insistió una y otra vez, según él 4 veces, en la necesidad de usar este tipo de eventos para generar conexiones, no solo con el grupo, sino entre el público.
Al mismo tiempo, la presencia de invitados como el bajista Pablo Cebrián, productor de 'Santa Trinidad' y el DJ y productor, David Van Bylen quien no solo encabezó su remix de 'Si me necesitas, llámame' sino que la convirtió en una versión en clave de festival de electrónica del clásico 'Personal Jesus' de Depeche Mode. Es uno de los momentos claves del set, y recuerda la variedad musical de la que es capaz el trío.
La disposición a transformar sus canciones en el escenario no es tan común en el mundo del indie y el pop actuales. La apuesta en vivo de Siloé ya les da un lugar propio dentro de la escena actual, y es una buena señal también para la nueva etapa que el trío ya está abriendo.
SILOÉ ABRE LA SIGUIENTE ETAPA EN EL CIERRE DE SU GIRA
Aunque era la despedida de lo que es su etapa más comercialmente exitosa hasta el momento el trío ya está listo para lo que viene. Durante el concierto le dieron vida a sus sencillos más recientes, 'Las Palabras' y 'Si Te Pones De Mi Parte', y avisaron de que seguirán estrenando canciones los 5 primeros meses de 2026. Son parte de un nuevo disco que prometen presentar en los escenarios antes de su lanzamiento.
El éxito de su último disco sumado a una reputación envidiable en tarima deja claro que estamos frente a un grupo clave de su generación. Siguen teniendo espacio para crecer, pero su reciente concierto en La Riviera es una prueba de que ya estamos ante un grupo dispuesto a comerse el mundo, solo tienen que dar la siguiente mordida.







