Después del shock del capítulo especial navideño de 'La Promesa', la serie no da respiro. Curro se ha transformado en un extraño, el servicio transita entre rencillas, secretos y la salida de Lope, y los romances navegan entre la mentira y la desesperación.
El drama más intenso se vive lejos del palacio. En la cabaña, Curro ha encerrado a Ángela y a sí mismo en una burbuja de paranoia. Su estado es tal que la propia Ángela, que poco a poco mejora, lo observa con angustia. Ya no reconoce al hombre del que se enamoró. Este encierro forzado ha sacado lo peor de él, y las visitas solo empeoran las cosas.
Primero fue Alonso, su padre, que salió escaldado tras un enfrentamiento que casi termina en tragedia. Ahora le toca el turno a Manuel. Pero el heredero no llega con súplicas esta vez. Llega con un ultimátum. Le promete a Curro que no se va a detener y que va a llegar hasta Ángela pase lo que pase. Si Curro quiere impedírselo, esta vez tendrá que matarlo, según adelanta RTVE. Manuel, el hermano racional y protector, está dispuesto a arriesgar su vida porque sabe que Curro, en su locura, está poniendo a Ángela en peligro.
En el servicio de ‘La Promesa’: un nuevo lacayo y un secreto a punto de estallar
La gran noticia será el regreso de Carlo al servicio de ‘La Promesa’. Samuel había intercedido ante Cristóbal para que lo contratara como nuevo lacayo, aunque el mayordomo se mostraba reacio. Finalmente, Cristóbal cederá, pero con una condición: Carlo trabajará bajo la estricta supervisión de Santos. No se fía de él.
Este regreso tiene una implicación enorme para María Fernández. Cuando lo ve aparecer de nuevo en ‘La Promesa’, no podrá ocultar su sorpresa y su pánico. Ella le confesó a Pía que no quiere revelarle que él es el padre del hijo que espera. Ahora, tenerlo día a día a su lado, trabajando bajo el mismo techo, hace que ese secreto sea insostenible.
Pero este no es el único conflicto en el servicio. Vera, dolida y humillada por el castigo de Cristóbal –mandarla sola a limpiar los peligrosos torreones–, se enfrenta al mayordomo. Ella lo verá como una represalia injusta, no como una orden laboral. Teresa y Simona observan preocupadas, sabiendo que esa actitud está haciendo la grieta más grande.
Amores, dudas y preguntas incómodas
En la planta noble de ‘La Promesa’, Martina, seguirá cargada de culpa por el beso con Adriano, así que ha entrado en modo “esposa perfecta”, según adelanta RTVE. Instará a Jacobo, su prometido, a hacer más planes juntos, incluso pospondrá una reunión importante para ir al teatro con él.
Pero la intuición de Jacobo le sugerirá que algo no cuadra. La hiperactividad de Martina le preocupará. Tanto, que recurrirá a Adriano para buscar respuestas. Le pregunta si sabe el motivo de ese comportamiento. Adriano, por supuesto, lo intuye. Sabe que es culpa. Pero no puede decírselo a Jacobo.
Margarita, por su parte, comenzará a hacer preguntas incómodas. Le preguntará a su hija Martina por qué, si están tan bien, aún no se ha casado con Jacobo. Una interrogante que podría forzar a Martina a confesar la verdad a su madre. Además, Margarita mostrará en voz alta su preocupación por la deriva de Alonso, el marqués, bajo la influencia de Leocadia. Y Alonso, casualmente, la escuchará.
Las tramas secundarias tampoco se detienen en ‘La Promesa’. Samuel tendrá malas noticias para Petra: el refugio que gestionan tendrá que cerrar “más pronto que tarde” por falta de recursos. Mientras, Toño, con el apoyo de las cocineras, se armará de valor y le abrirá el corazón a Enora. Le confesará su mayor temor: que su tío, una figura de gran influencia, nunca acepte su relación.
