Escapar de la rutina y el estrés en Santiago de Compostela es increíblemente sencillo cuando tienes joyas ocultas en la provincia de A Coruña tan accesibles por carretera. De hecho, este pueblo ofrece la desconexión total que tu mente necesita para resetearse por completo. Es un trayecto corto, de menos de una hora, que transforma el paisaje urbano en un horizonte azul infinito capaz de curar cualquier cansancio acumulado durante la semana laboral en la ciudad.
Al llegar, lo primero que notarás es cómo el ritmo frenético se detiene de golpe frente al Atlántico en este rincón especial de A Coruña. Aquí, el silencio solo se rompe por las olas y el sonido lejano de las gaviotas sobre los barcos. Es el escenario ideal para olvidar el reloj, apagar el teléfono móvil y dejarse llevar por el ritmo pausado que marcan las mareas en uno de los litorales más bellos del norte.
MUROS, LA VILLA DE PIEDRA Y AGUA
Este enclave histórico es, sin lugar a dudas, uno de los tesoros mejor conservados y más admirados de toda la costa de A Coruña. Sus fachadas nobles demuestran que, la historia se respira en cada callejuela del conjunto monumental con una intensidad única. Pasear por aquí es viajar al pasado glorioso de la pesca gallega, donde cada piedra y cada escudo heráldico tienen una leyenda fascinante que contar al viajero curioso.
El centro neurálgico de la villa late con fuerza en plazas llenas de vida y tradición como la emblemática Curro da Praza, una de las más bonitas de A Coruña. Sin duda, sentarse a observar el vaivén de los barcos es una terapia gratuita para el alma que no tiene precio. No hay prisa alguna, solo el disfrute pausado de lo auténtico, rodeado de vecinos hospitalarios que mantienen viva la esencia de un pueblo que vive por y para el mar.
SOPORTALES CON ACENTO MARINERO
Lo más distintivo y fotogénico de su arquitectura son los famosos soportales que miran directamente a la ría, un rasgo identitario en el sur de A Coruña. Antiguamente, los pescadores arreglaban sus aparejos bajo estos arcos de piedra protegidos de la lluvia gallega y el viento. Hoy son el símbolo indiscutible de la identidad de la villa, ofreciendo un paseo resguardado y lleno de encanto que conecta las viviendas marineras con la actividad portuaria diaria.
Estas estructuras de granito crean un juego de luces y sombras absolutamente fascinante cuando cae la tarde sobre esta zona de A Coruña. Realmente, la luz dorada transforma las fachadas de granito en un espectáculo visual cálido digno de las mejores fotografías. Es imposible no detenerse cada pocos metros a admirar la maestría de los canteros locales que supieron unir funcionalidad y belleza en una construcción que ha resistido el paso de los siglos.
GASTRONOMÍA CON SABOR A RÍA
Ninguna escapada de fin de semana por el litoral de A Coruña estaría completa sin sentarse a probar el producto local más fresco y sabroso. Aquí, el pulpo y las navajas saben a gloria gracias a la calidad excepcional de las aguas que bañan estas costas. La lonja surte diariamente a los restaurantes y tabernas con lo mejor de la captura del día, garantizando una experiencia culinaria que respeta el producto y conquista a los paladares más exigentes.
Las terrazas del puerto son el lugar perfecto para disfrutar del aperitivo al sol o una comida larga de sobremesa con vistas a la ría de A Coruña. Te aseguro que, disfrutar de un albariño frente al mar eleva la experiencia gastronómica a otro nivel de placer y relajación. El paladar también viaja y aquí encuentra su destino soñado, entre platos de marisco abundante, pescados a la brasa y empanadas caseras que saben a tradición.
NATURALEZA SALVAJE A UN PASO
Si lo que buscas es caminar sobre arena fina, las playas cercanas como la de San Francisco son referentes absolutos en la provincia de A Coruña por su belleza virgen. Además, caminar descalzo por la orilla kilométrica renueva la energía de cualquiera al instante, limpiando el estrés con cada paso. El entorno natural se mantiene respetuoso con el paisaje, ofreciendo dunas protegidas y aguas cristalinas, aunque refrescantes, que invitan a los más valientes a un baño revitalizante.
Mención aparte merece el imponente Monte Louro, que vigila la entrada de la ría como un gigante dormido y es un hito geográfico en A Coruña. Desde su base, la laguna de Xalfas ofrece una postal única donde las dunas se funden mágicamente con el agua dulce. Es un rincón de biodiversidad excepcional que enamora a los amantes de la naturaleza, perfecto para una ruta de senderismo suave antes de volver a disfrutar de la gastronomía del pueblo.
EL ATARDECER COMO BROCHE DE ORO
Cuando cae el sol, el cielo de esta zona privilegiada de A Coruña se tiñe de violetas, rosas y naranjas intensos que se reflejan en el agua. Es el momento en que, el sol se esconde tras el horizonte atlántico, regalando un final de película para un día perfecto. No existe mejor manera de cerrar un día de exploración costera que viendo cómo el día se despide desde el puerto o desde algún mirador cercano en total calma.
Regresar a Santiago después de esta inmersión profunda de salitre y cultura marinera se hace mucho más llevadero tras haber respirado aire puro en A Coruña. Definitivamente, volver a casa con las pilas cargadas es el mejor souvenir que puedes llevarte de Muros tras esta visita. La costa gallega tiene ese poder magnético de renovación que siempre te deja con ganas de planear la siguiente escapada antes incluso de haber deshecho la maleta.










