Según los últimos estudios de la Universidad de Nebrija sobre percepción mediática, más del 60% de los españoles confía en la información que proviene de la televisión y de los periódicos tradicionales. Estas fuentes conservan una ventaja clara gracias a su historial de rigor, a la regulación más estricta y a su compromiso con la verificación de hechos.
La experiencia y la reputación juegan un papel clave. Los consultados valoran que estas instituciones cuenten con equipos de periodistas especializados y procedimientos claros para garantizar la veracidad de sus contenidos. Esto se traduce en una sensación de seguridad que no siempre encuentran en los medios digitales.
LAS REDES SOCIALES NO SE CONSIDERAN FIABLES PARA OBTENER INFORMACIÓN
Las redes sociales siguen siendo herramientas populares para informarse, sobre todo entre los jóvenes, pero la confianza en ellas es significativamente menor. Apenas un 30% de los encuestados considera fiables los contenidos que circulan en estas plataformas. La inmediatez y la facilidad para viralizar noticias son atractivas, pero también incrementan el riesgo de desinformación.
La saturación de información y la dificultad para distinguir fuentes fiables son los principales problemas. Muchos usuarios reconocen que los algoritmos priorizan la popularidad de los contenidos por encima de su veracidad, lo que aumenta la circulación de rumores, medias verdades y bulos.
YOUTUBE, ENTRE LA UTILIDAD Y LAS DUDAS PARA INFORMARSE
YouTube ocupa una posición intermedia. Los espectadores reconocen que algunos canales ofrecen contenidos interesantes, educativos o especializados, pero al mismo tiempo cuestionan la fiabilidad de los vídeos relacionados con noticias o información política y económica.
La plataforma se ha consolidado como un espacio de referencia para tutoriales, entretenimiento y análisis de nicho, pero todavía enfrenta desafíos para posicionarse como fuente confiable de información general. La ausencia de controles editoriales estrictos comparables a los de prensa o televisión limita su autoridad ante la opinión pública.
El estudio de Nebrija también muestra que la confianza en los medios depende del tipo de contenido. La televisión y la prensa lideran en información política, económica y de salud, mientras que redes sociales y YouTube son más consultados para entretenimiento, noticias deportivas, tutoriales o información práctica.
Este patrón indica que, aunque las plataformas digitales son cada vez más relevantes, la autoridad informativa sigue residiendo en los medios tradicionales. Los usuarios parecen diferenciar entre rapidez y confiabilidad: buscan inmediatez en Internet, pero recurren a la televisión y a la prensa para estar seguros de la veracidad de la información.
LA DIFICULTAD DE LAS PLATAFORMAS DIGITALES ANTE LA TELEVISIÓN
Las redes sociales y YouTube se enfrentan a un desafío evidente: ganar credibilidad sin perder su esencia de inmediatez y accesibilidad. Para mejorar la confianza, deben reforzar la verificación de contenidos, reducir la propagación de bulos y ofrecer señales claras de fiabilidad a los usuarios.
Algunos expertos destacan la necesidad de educación mediática: enseñar a los ciudadanos a identificar fuentes fiables y a contrastar información. La combinación de alfabetización digital y medidas de control más estrictas podría equilibrar la balanza entre los medios tradicionales y los digitales.
Con todo, la batalla por la confianza informativa en España tiene ganadores y perdedores claros. La televisión y la prensa mantienen su posición de privilegio gracias a su trayectoria y sus estándares profesionales. Las redes sociales y YouTube, aunque imprescindibles en el día a día de muchos usuarios, todavía deben demostrar que pueden ofrecer información tan fiable como la de los medios tradicionales.
En un entorno mediático cada vez más fragmentado, la credibilidad sigue siendo el factor diferenciador que marca la elección de los ciudadanos a la hora de informarse. La tendencia indica que la confianza en los canales convencionales se mantendrá, mientras que las plataformas digitales tendrán que adaptarse y reforzar su autoridad si quieren competir en igualdad de condiciones.
