La princesa Leonor rompe la tradición real y podría reinar con un nombre inédito

La monarquía española se prepara para un capítulo inédito en sus libros de historia. No es solo que una mujer, la princesa Leonor, está llamada a reinar en el futuro. El hecho que realmente marca un antes y un después es la forma en la que lo hará.

Lo que ha llamado la atención sobre el nombre que elegirá la princesa Leonor, es que cuando llegue ese momento, todo apunta a que lo hará como Leonor I de España. Y esa decisión, que parece un simple detalle protocolario, es en realidad un pequeño sacudón en la tradición. Lo curioso es que ya hubo una reina con ese nombre, pero la heredera actual no será la segunda. Será la primera. ¿Por qué? La respuesta encierra una lección de historia y derecho.

La elección del nombre de la princesa Leonor no fue una cuestión de gusto personal. Era el año 2005 cuando los entonces Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, esperaban a su primera hija. El nombre que elegirían para su primogénita necesitaba cumplir con varios factores: tener resonancia histórica, ofrecer una proyección institucional sólida y, al mismo tiempo, poseer una identidad propia y reconocible.

Según reveló en su momento el conocido periodista Jaime Peñafiel, una de las opciones que se barajó en un primer instante fue Sofía, en un claro guiño a la entonces reina consorte. Sin embargo, Letizia no se sintió cómoda con esa alternativa. Así las cosas, terminarían decantándose por Leonor. Más allá de que “les gustaba”, como explicó hace un tiempo el propio Felipe de Borbón, esa elección sugería ya una toma de posición respecto al futuro que le esperaba a la primera hija de los ahora Reyes de España. Optaron por un nombre sin apellidos, sin compuestos, algo que no es tan común en la tradición borbónica. Con esa intención, dejaron una pista bastante evidente sobre su intención: llegado el día, su hija reinaría bajo el nombre de Leonor I.

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La clave histórica de Leonor I: ¿Por qué no será Leonor II?

Qué hay detrás de la silenciosa estrategia de la Casa Real que mantiene a la princesa Leonor alejada del bullicio mediático desde su ingreso a San Javier
Qué hay detrás de la silenciosa estrategia de la Casa Real que mantiene a la princesa Leonor alejada del bullicio mediático desde su ingreso a San Javier | Fuente: Europa Press

Si en la historia ya existió una reina llamada Leonor, la lógica dictaría que la princesa de Asturias debería ser Leonor II cuando ascienda al trono. Pero la realidad se encuentra en un detalle jurídico e histórico. La anterior Leonor I fue reina de Navarra. Eso es esencial aquí. No lo fue de la Corona de Castilla, ni mucho menos de España como entidad política unificada, que no existía tal y como la conocemos ahora.

Su reinado, además, fue breve y su jurisdicción se limitó estrictamente al ámbito del reino pirenaico en el año 1479. Por ese motivo concreto, los expertos y juristas que asesoran a la Casa Real han determinado que aquel reinado no computa dentro de la numeración oficial de los monarcas españoles. Esta interpretación, rigurosa desde el punto de vista histórico, es la que abre la puerta de par en par a que la princesa Leonor pueda inaugurar su propio ordinal como jefa del Estado.

Podría pensarse en la posibilidad de que, como hicieron otros reyes, eligiera un nombre de reinado distinto al de pila. Pero en el caso de la princesa Leonor esa opción prácticamente no existe, según expertos en monarquía. La heredera ni siquiera posee un segundo nombre que ofrezca una alternativa viable. Así que todo, absolutamente todo, indica que su decisión está tomada desde hace años y no parece que eso vaya a cambiar. Quiere ser, y será, Leonor I de España. 

La Leonor que reinó

"Podría experimentar un poco más": La recomendación unánime que expertos en Casa Real han hecho a Leonor
La Leonor que reinó | Fuente: Casa de S.M el Rey

Leonor I de Navarra fue hija de la reina Blanca I y de Juan II de Aragón. Su historia es, sobre todo, un reflejo de las turbulentas luchas dinásticas del siglo XV. De hecho, su reinado es considerado uno de los más cortos de la historia. Ascendió al trono navarro en enero de 1479 y falleció apenas unas semanas después, en febrero del mismo año.

Su autoridad, además, estaba seriamente comprometida por la pugna constante con su propio padre, Juan II, quien retenía de facto el poder. Su legado, por tanto, quedó circunscrito a un territorio muy concreto y a un periodo de tiempo casi testimonial. Esta circunstancia es la que los expertos esgrimen para afirmar que no se puede considerar un reinado dentro de la línea sucesoria de la monarquía española actual. Esa distancia histórica y territorial es la que permite el "reseteo" de la numeración. No se trata de borrar a aquella reina del pasado, sino de aplicar un criterio estricto sobre qué reinados forman parte de la secuencia de la España unificada. Y en ese criterio, la Leonor del siglo XV no entra.

La preparación de una futura Leonor I

La princesa Leonor y la formación militar que la distancian de otras princesas
La preparación de una futura Leonor I | Fuente: Casa de S.M el Rey en X

Mientras llega el momento de la proclamación, la princesa Leonor no se limita a esperar. Va acumulando experiencia institucional y asumiendo las responsabilidades asociadas a los títulos que ya ostenta. La mayoría la conoce como princesa de Asturias, pero ese es solo el más destacado. También es princesa de Girona y de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer.

Cada uno de estos títulos la vincula con una región histórica distinta del país, en un símbolo de unidad y representación. Sus apariciones públicas, sus discursos –como el que pronunció al recibir el Premio Cervantes– y su formación académica y militar son pasos metódicos en su camino de preparación.

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