Hacienda este próximo año 2026 viene con la firme intención de revisar las transacciones bancarias que realizamos, incluso las relacionadas con la familia. ¿Te ha pasado alguna vez, que has prestado dinero a un familiar y no te has planteado si había que declararlo? ¿O has recibido ayuda económica de un familiar sin dejar constancia de nada? Y es que lo que antes parecía un gesto de apoyo familiar (bastante común además), ahora puede convertirse en un quebradero de cabeza con Hacienda. La Agencia Tributaria está siguiendo muy de cerca las transferencias entre familiares, y no solo hablamos de bancos, Bizum y otras plataformas digitales también están bajo la lupa.
El motivo es claro, cualquier envío de dinero puede interpretarse como una donación encubierta si no está debidamente justificado. Padres, hijos, abuelos y hermanos están cada vez más expuestos a inspecciones fiscales si las operaciones superan ciertos límites o carecen de documentación. Por eso, conocer cómo actuar antes de hacer un traspaso puede ahorrarte sanciones que, según la normativa, van del 50% al 150% del importe no declarado.
Además, no es solo un tema de multas. Las familias también se ven afectadas por conflictos internos cuando no hay pruebas de que un préstamo existe o debe devolverse. Por eso, planificar bien y documentar cada transferencia se ha vuelto esencial para mantener la tranquilidad y cumplir con la ley.
Cómo distingue Hacienda entre donación y préstamo familiar

Y es que para lo que no lo sabían, cuando envías dinero a un familiar, Hacienda puede interpretarlo de dos formas, como donación o como préstamo. En el primer caso, se trata de un regalo, y tanto quien da como quien recibe puede tener obligaciones fiscales, el receptor debe declarar el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, mientras el donante puede enfrentarse a ajustes en el IRPF si la operación genera plusvalías, así de simple.
Si en cambio se trata de un préstamo, las reglas cambian, pero solo si está formalizado correctamente. Esto significa redactar un contrato que detalle importe, plazos, forma de devolución y, opcionalmente, tipo de interés, incluso cuando se trata de familiares. Sin documentación, Hacienda puede recalificar la operación como donación, con las consecuencias económicas que eso implica.
Documenta cada transferencia: contrato, modelo 600 y justificantes

Entonces, formalizar un préstamo familiar es más sencillo de lo que parece, pero requiere disciplina y cierta seriedad, algo que no solemos mostrar cuando se trata de la familia. Es clave firmar un contrato privado entre las partes y presentarlo ante Hacienda mediante el modelo 600, incluso si no hay intereses, a ver estamos hablando de cuando sobrepasamos ciertos límites. Guardar todos los justificantes bancarios y transferencias periódicas ayuda a demostrar que la operación es real y que el dinero se devolverá según lo pactado.
En la práctica, esto evita sorpresas desagradables. Muchos contribuyentes creen que un Bizum de 5.000 euros (sí, incluso con este monto tan “pequeño) entre padre e hijo pasa desapercibido, pero la realidad es otra, las plataformas digitales están obligadas a reportar operaciones sospechosas y cualquier movimiento relevante puede activar alertas automáticas. Tener la documentación a mano permite demostrar la legalidad de la transacción y dormir tranquilos.
Riesgos y sanciones si no cumples con la normativa

Ignorar estos pasos no es gratuito. Hacienda puede considerar que el dinero recibido sin contrato es una donación no declarada, lo que implica pagar el impuesto correspondiente más sanciones de entre el 50% y el 150% de la cuota que debió haberse tributado, y esto sólo lo puedes evitar firmando un simple contrato, aunque sea entre hermanos el préstamo, o de padre a hijo. En casos extremos, puede incluso considerarse un delito fiscal.
La recomendación de los expertos es clara, toda transferencia (cuando supere los límites establecidos por Hacienda) debe estar respaldada por contratos y justificantes. Además, formalizar préstamos de manera regular ayuda a mantener la transparencia en la familia y evita conflictos futuros. Así, un gesto que antes era solo ayuda económica se convierte en una operación segura, legal y sin sobresaltos fiscales.
Prestar o recibir dinero dentro de la familia ya no es un trámite informal. Con límites más bajos de alerta y seguimiento digital, la prevención es clave. Documentar correctamente cada operación no solo protege tu bolsillo frente a Hacienda, sino también la armonía familiar. En definitiva, un poco de organización hoy evita grandes problemas mañana.







