¡Olvida el conteo de calorías! Alternativas avaladas por la ciencia que superan a la dieta hipocalórica clásica para perder peso

Perder peso es un objetivo común, pero el camino para lograrlo está en constante evolución. Durante años, la recomendación por excelencia ha sido la dieta hipocalórica clásica, aquella que reparte la comida en varias ingestas a lo largo del día reduciendo el total de calorías. 

Un estudio reciente publicado en la revista BMC Medicine sugiere que existen estrategias más efectivas a corto plazo que la dieta hipocalórica clásica. La investigación, liderada por el Dr. Francisco J. Tinahones, director científico del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, indica que enfoques como el ayuno intermitente o la dieta cetogénica pueden lograr una pérdida de peso significativamente mayor en solo tres meses. 

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigadores diseñó un ensayo clínico aleatorizado riguroso. El estudio contó con la participación de 160 adultos con obesidad, quienes fueron seguidos de cerca durante un período de tres meses. El objetivo era comparar, en condiciones controladas, la efectividad de diferentes estrategias dietéticas. Todas las intervenciones compartían una base nutricional de estilo mediterráneo y un control calórico estricto, pero diferían en su enfoque.

Los participantes se dividieron en varios grupos. Uno siguió la dieta hipocalórica clásica, que actuó como grupo de control. Otros se adhirieron a una dieta cetogénica, caracterizada por una ingesta muy reducida de hidratos de carbono. También se evaluaron protocolos de ayuno intermitente, específicamente la alimentación con restricción de horario de ingesta temprana (omitir el desayuno), la restricción tardía (omitir la cena) y el ayuno en días alternos modificado.

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Este último combina días de alimentación normal con otros en los que se reduce significativamente la ingesta calórica. El estudio fue realizado por el equipo del departamento de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, con el respaldo de la Universidad de Málaga, el Instituto de Salud Carlos III y el CIBEROBN.

Más allá de la dieta hipocalórica clásica: Resultados contundentes en la balanza

Más allá de la dieta hipocalórica clásica: Resultados contundentes en la balanza
Más allá de la dieta hipocalórica clásica: Resultados contundentes en la balanza / Fuente: Pexels

Los datos obtenidos después de los tres meses ofrecen un panorama claro. Todos los grupos lograron perder peso, lo que demuestra que las intervenciones fueron efectivas. Sin embargo, las diferencias entre ellas fueron notables. El grupo que siguió la dieta cetogénica fue el que más adelgazó, con una pérdida media de 11,9 kilogramos. Le siguieron los participantes en los protocolos de ayuno intermitente.

Estas cifras contrastan con la reducción promedio de 8,4 kilos observada en el grupo de la dieta hipocalórica clásica. En concreto, la dieta cetogénica consiguió que los participantes perdieran 3,78 kilos más que el grupo de control. De forma similar, el grupo de ayuno en días alternos modificado perdió 3,14 kg más. Estos resultados llevan a los investigadores a afirmar que, para personas con obesidad, “ciertas estrategias dietéticas con enfoque cetogénico o de ayuno intermitente pueden favorecer una pérdida de peso más rápida a corto plazo”.

La importancia de perder grasa

Uno de los aspectos más valiosos del estudio es que no se limitó a medir solo el peso corporal. Los investigadores también evaluaron los cambios en la composición corporal, es decir, cuánta de esa pérdida correspondía a masa grasa. En este campo, las estrategias de ayuno intermitente mostraron una ventaja particular. Todas las intervenciones redujeron la masa grasa, pero el ayuno en días alternos modificado y la alimentación con restricción de tiempo de ingesta tardía destacaron como los enfoques que más disminuyeron la grasa corporal. 

El estudio señala que el ayuno alterno —que combina días de alimentación normal con otros de ingesta muy reducida— mostró el mayor impacto en pérdida de grasa. Esto sugiere que estos protocolos no solo son efectivos para reducir kilos, sino para atacar específicamente el tejido adiposo.

Un arma nueva frente a una epidemia global

La obesidad es una epidemia creciente que, según las estimaciones, podría afectar a casi la mitad de la población mundial entre 2030 y 2035. Esta condición está estrechamente ligada a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras patologías crónicas. La dieta mediterránea tradicional, equilibrada y saludable, sigue siendo una excelente opción con beneficios ampliamente demostrados. No obstante, el estudio plantea que para el objetivo específico de una pérdida de peso significativa y rápida en personas con obesidad, es posible que haya que ampliar el arsenal terapéutico.

La principal conclusión que extraen los investigadores va más allá de declarar un ganador entre dietas. El Dr. Francisco J. Tinahones afirma que estos hallazgos “abren la puerta a una mayor personalización” de los tratamientos contra la obesidad. En lugar de ofrecer un único camino a todos los pacientes, los profesionales de la salud podrían tener en cuenta las preferencias, el estilo de vida y las condiciones específicas de cada persona para recomendar la estrategia que pueda tener mayor adherencia y efectividad.

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“Estos hallazgos son extraordinariamente prometedores y nos brindan nuevas herramientas en la lucha contra la obesidad”, afirma el Dr. Tinahones. Su colega, la Dra. Isabel Moreno-Indias, coinvestigadora principal, añade una nota de precaución esencial: subraya “la importancia de contar con supervisión médica y nutricional ante cualquier cambio dietético, así como la necesidad de realizar estudios a largo plazo que permitan valorar la sostenibilidad y seguridad de estas intervenciones”.

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