El turrón más caro y en porciones más pequeñas: así será la Navidad de este año

Se acerca la Navidad y, con ella, la tradición ineludible de llenar las mesas con bandejas de turrón, mazapanes y polvorones. Sin embargo, este año la celebración tendrá un sabor menos dulce para el bolsillo de los consumidores. La campaña navideña de 2025 está marcada por la escalada de costes, que ha obligado a los fabricantes a elevar significativamente el precio del turrón, el rey indiscutible de las fiestas.

La inflación, que ha afectado a prácticamente toda la cadena alimentaria, ha impactado con especial virulencia en los ingredientes esenciales para la elaboración del de Jijona y Alicante. Los precios de las materias primas, la energía y el transporte han creado una tormenta perfecta que se traduce directamente en un producto más caro y, en muchos casos, en formatos reducidos para suavizar el golpe al consumidor.

LA TORMENTA PERFECTA DE LAS MATERIAS PRIMAS DEL TURRÓN ENCARECE EL TURRÓN POR NAVIDAD

La base del turrón de calidad es la almendra, y su precio ha sido uno de los grandes detonantes de la subida. La sequía persistente en las principales zonas de cultivo ha reducido la cosecha, encareciendo el fruto seco hasta niveles récord. Los fabricantes se han encontrado con que el coste de su ingrediente principal es notablemente superior al de años anteriores.

Publicidad

Pero el problema no se limita solo a la almendra. El azúcar, fundamental en cualquier dulce navideño, también ha experimentado subidas significativas en los mercados internacionales. A esto se suma el encarecimiento de la miel, un componente vital para la textura y sabor del turrón blando y duro.

Los turroneros, en un intento por contener la subida final para el consumidor, han absorbido parte de estos incrementos, pero la presión es insostenible. La energía, necesaria para tostar la almendra y mantener las líneas de producción, y el transporte, para llevar el producto desde Jijona hasta el resto del país, han añadido capas adicionales de costes fijos. O lo que es lo mismo, elaborar el turrón de esta temporada es sustancialmente más costoso que el año pasado, y la factura se está trasladando inevitablemente al precio final.

Este fenómeno no es exclusivo de los artesanales ni tampoco exclusivo por Navidad. Un ejemplo claro se observa en marcas industriales populares como Suchard: los últimos análisis demuestran que, en los últimos cinco años, su turrón se ha encarecido aproximadamente un 88%, mientras que el tamaño de la tableta se ha reducido cerca de un 11,5%. Este dato subraya cómo la combinación de inflación pura y la reducción de gramaje impactan incluso en los productos de consumo masivo más tradicionales de la Navidad.

El FORMATO 'REDUCIDO' DEL TURRÓN, UNA ESTRATEGIA PARA DISIMULAR LA INFLACIÓN

Ante la imposibilidad de mantener los precios de antaño, la industria ha adoptado una estrategia común en la era de la inflación. Y han optado por la reduflación o, en este caso, la reducción de gramajes y porciones.

Aunque el precio por tableta puede haber subido, el cambio más sutil y perceptible en los lineales es la aparición masiva de formatos más pequeños. Las tabletas tradicionales de 250 gramos no desaparecen, pero ganan protagonismo las presentaciones de 150 o 180 gramos. Esta reducción permite a las marcas ofrecer un "precio psicológicamente aceptable" que entra dentro del rango que el consumidor está dispuesto a pagar, aunque el precio por kilo se dispare.

El turrón más caro y en porciones más pequeñas: así será la Navidad de este año Fuente: Suchard
Fuente: Suchard

Los consumidores, que ya han aprendido a ser más prudentes con el gasto navideño, están respondiendo a esta tendencia optando por comprar la misma cantidad de producto (o un poco menos), pero repartida en porciones más ajustadas. La idea es no renunciar al dulce, sino controlar el presupuesto. El resultado es que la bandeja de turrones de esta Navidad será, con toda probabilidad, más cara en su conjunto y contará con porciones individuales más discretas.

La subida de precios del dulce tradicional está abriendo una brecha para las alternativas. El consumidor busca ahora opciones más asequibles, lo que beneficia a las marcas blancas de los supermercados y a los productos que utilizan menos cantidad de almendra, como el turrón de chocolate o las variedades de bajo coste.

Publicidad
El turrón más caro y en porciones más pequeñas: así será la Navidad de este año Fuente: Adobe Stock
Fuente: Adobe Stock

Las empresas fabricantes de turrón más exclusivas y artesanas se enfrentan al reto de justificar el precio más alto apelando a la calidad superior y a la diferenciación. Ello lo pasan por recordar al consumidor que el turrón, al igual que el marisco o el cordero, es un producto de consumo esporádico y especial, y que merece la pena invertir un poco más para mantener la tradición de la máxima calidad.

Claro que el factor decisivo será el control del gasto familiar. Las familias ya están notando la presión inflacionaria en la alimentación diaria, y se espera que las compras navideñas sean mucho más meditadas que en años anteriores. La búsqueda de ofertas, la comparación de precios por kilo y la sustitución de productos premium por opciones más económicas serán la norma en estas fiestas. La bandeja de turrones seguirá siendo un símbolo de estas fechas, pero su contenido reflejará la nueva realidad económica del país.

Publicidad