La Navidad es el momento perfecto para sacar a relucir esas recetas que hablan de hogar, tradición y buena mesa. Esta sopa de pescado y marisco combina sencillez y resultado vistoso, ideal como entrante en un menú de celebración. Con ingredientes accesibles y una preparación clara paso a paso, cualquier persona con ganas puede animarse a cocinarla. Solo hace falta un poco de organización y cuidar los tiempos de cocción.
En muchas casas, esta sopa acaba convirtiéndose en una costumbre que se repite cada Navidad y que los invitados esperan con ganas. El truco está en preparar un buen fumet, elegir bien el pescado y no sobrecocer el marisco. Además, admite pequeños cambios según el mercado o el presupuesto, por lo que es muy versátil. Verás que, con algunos consejos básicos, quedará sabrosa, ligera y con un caldo lleno de matices.
ELECCIÓN Y PREPARACIÓN DEL PESCADO
Para una sopa equilibrada, lo ideal es combinar pescados blancos de carne firme, como rape, merluza o bacalao desalado. Aportan sabor suave y textura agradable sin soltar demasiada grasa ni romperse en la cocción. Pide al pescadero que reserve las espinas y las cabezas, porque serán oro para el caldo. En casa, limpia bien las piezas, retira espinas gruesas y córtalas en trozos de bocado cómodos de comer.
Conviene secar ligeramente el pescado con papel de cocina antes de usarlo, así se marca mejor si decides saltearlo unos minutos. Salpimenta con moderación, ya que el caldo concentrará sabores y es fácil pasarse de sal al final. Si hay comensales delicados con las espinas, revisa cada trozo con calma, especialmente los de merluza. Ten el pescado preparado y reservado en la nevera, listo para incorporarlo casi al final de la receta.
MARISCO QUE APORTA SABOR Y TEXTURA
El marisco es el alma de esta sopa, por eso interesa mezclar piezas que aporten tanto sabor al caldo como presencia en el plato. Gambones, langostinos, almejas y mejillones funcionan muy bien, porque sueltan jugos intensos y resultan fáciles de limpiar. Si el presupuesto lo permite, puedes añadir algo de calamar o sepia, que dan cuerpo y un toque ligeramente más contundente.
Antes de empezar, lava bien las conchas bajo el grifo y desecha las que estén rotas o no se cierren. Pon las almejas en agua fría con sal durante un rato para que suelten arena. Pela los langostinos o gambones reservando cabezas y cáscaras para el fumet, y deja las colas limpias. Marca brevemente el marisco en una sartén caliente, solo hasta que cambie de color, y resérvalo para añadirlo al final sin que se pase.
UN BUEN FUMET CASERO COMO BASE IMPRESCINDIBLE
La clave de una sopa memorable está en un fumet casero, elaborado con las espinas del pescado y las cabezas del marisco. En una cazuela, sofríe ligeramente verduras aromáticas como cebolla, puerro y zanahoria, cortadas en trozos medianos. Añade las espinas, las cabezas y algunas hierbas suaves, cubre con agua fría y lleva a ebullición, retirando la espuma que se forme en la superficie.
Deja cocer a fuego suave unos veinte o treinta minutos, sin pasarte de tiempo para que el caldo no amargue. Después, cuela bien el fumet, presionando ligeramente los sólidos para aprovechar al máximo el sabor. Prueba de sal, ajusta con cuidado y reserva caliente mientras avanzas con el resto de la receta. Este caldo concentrado será la base que dará profundidad, aroma y carácter marinero a cada cucharada.
SOFRITO A FUEGO LENTO PARA UN SABOR PROFUNDO
Mientras se prepara el fumet, puedes ir trabajando un sofrito lento, que será el corazón de la sopa. En una cazuela amplia, pocha cebolla y puerro muy picados con aceite de oliva, a fuego medio-bajo, hasta que queden tiernos y ligeramente dorados. Añade pimiento rojo cortado fino y deja que se ablande, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.
Cuando las verduras estén bien pochadas, incorpora tomate triturado o rallado, dejando que reduzca hasta concentrar el sabor. En este punto, puedes sumar una pizca de pimentón dulce y, si te gusta, un toque de azafrán para dar color y aroma. Desglosa con un chorrito de vino blanco, dejando que evapore el alcohol. Al final, tritura el sofrito si prefieres un caldo más fino o déjalo tal cual para una textura rústica.
COCCIÓN FINAL Y PUNTO PERFECTO DEL PESCADO
Con el sofrito listo, vierte encima el fumet caliente y remueve para integrar bien todos los sabores. Lleva la mezcla a ebullición suave y deja que hierva unos minutos, de manera que el caldo se perfume y se asiente. En este momento, incorpora los trozos de pescado blanco y baja un poco el fuego para que la cocción sea delicada, evitando que se deshagan.
El pescado suele necesitar pocos minutos; en cuanto veas que cambia de color y se vuelve opaco, estará listo. Añade entonces el marisco que habías marcado previamente, junto con las almejas y mejillones ya abiertos. Cocina apenas unos instantes más, lo justo para que todo se caliente y termine de ligar con el caldo. Ajusta de sal al final y deja reposar unos minutos, porque la sopa gana mucho con ese pequeño descanso.
UNA SOPA ESPECIAL PARA NAVIDAD
Servir esta sopa en una cena de NAVIDAD convierte el inicio del menú en un momento casi ceremonial, lleno de aroma a mar. Llega a la mesa humeante, con sus trozos de pescado y marisco bien visibles, y despierta enseguida el apetito de todos. Puedes presentarla en una sopera al centro o servir directamente en platos hondos, decorando con algo de perejil fresco picado.
Si quieres que la sopa de pescado y marisco sea el sello personal de tus fiestas de Navidad, cuida los pequeños detalles. Prepara el caldo con antelación, congélalo si es necesario y el día señalado céntrate solo en la cocción final. Acompaña con un buen pan para mojar y un vino blanco suave, que no tape el sabor del marisco. Así lograrás un entrante ligero, festivo y perfecto para cualquier comida de Navidad.
TRUCOS FINALES Y ADAPTACIONES A TU GUSTO
Esta receta admite cambios según el número de comensales, el presupuesto y las costumbres de cada casa, algo muy útil en días como la Navidad. Puedes aumentar la cantidad de marisco si quieres un resultado más festivo o mantenerla sencilla para un menú equilibrado. Si prefieres una textura más espesa, añade un poco de pan tostado triturado o una cucharadita de harina al sofrito, tostándola bien.
Para quienes no disfrutan encontrando conchas en la sopa, otra opción es abrir las almejas y mejillones aparte y añadir solo la carne. También puedes desmigar el pescado casi por completo, de manera que quede repartido por todo el caldo. Si sobra, esta sopa se conserva muy bien en la nevera un par de días y se recalienta a fuego suave. Incluso puede convertirse en tu comida favorita durante el descanso posterior a la Navidad.










