Después de una gala cargada de tensión en ‘Gran Hermano 20’, Aroa se convertía en la primera concursante en abandonar la casa, tras un ajustado duelo con su rival, Patricia. Sin embargo, lo que parecía una despedida definitiva se transformó en cuestión de minutos en un vuelco total. Jorge Javier Vázquez anunció un cambio de normas que nadie esperaba, demostrando que en esta edición las reglas pueden cambiar en cualquier momento.
La segunda gala de ‘Gran Hermano 20’ llegó cargada de novedades importantes. Después del estreno, los concursantes se enfrentaban por primera vez a la incertidumbre de una expulsión real. La tensión estaba presente con cuatro nombres sobre la mesa: Aroa, Lorena, Patricia y Raúl. Estos eran los nominados finales tras un proceso de salvación que había involucrado también a los habitantes de La Pajarera y El Oasis, además del voto del público.
La primera gran expulsión de ‘Gran Hermano 20’

Jorge Javier Vázquez fue anunciando uno a uno los nombres de los salvados en 'Gran Hermano 20'. Lorena fue la primera en respirar aliviada, seguida muy de cerca por Raúl. Eso dejó el duelo final entre Aroa y Patricia, dos concursantes que habían mantenido un claro enfrentamiento durante sus primeros días de convivencia. Finalmente, y tras un resultado muy ajustado, Aroa se convertía en la primera expulsada de esta edición.
La emoción no terminó cuando Aroa cruzó la puerta de la casa. Su llegada a las instalaciones de Telecinco marcó el comienzo del verdadero giro de los acontecimientos. Jorge Javier Vázquez fue a recibirla y la concursante no pudo evitar mostrar su decepción nada más bajarse del coche. “Qué pringada, he sido la primera expulsada”, le dijo al presentador.
Una vez en el plató, y a pesar de la tristeza lógica por ser la primera en abandonar ‘Gran Hermano 20’, su estado de ánimo cambió radicalmente en cuestión de segundos. Jorge Javier le comunicó una noticia que ni ella ni los espectadores esperaban: Aroa no abandonaba el concurso. Su aventura en ‘GH 20’ no había terminado, sino que daba un cambio radical al ser destinada a El Oasis, la zona secreta de la casa donde conviven otros concursantes a espaldas del grupo principal.
El inicio de las nominaciones con una regla sorpresa
Poco después de la expulsión de Aroa, y a pesar de que en la gala inaugural se había anunciado que no habría nominaciones en las primeras semanas, el programa decidió sorprender a todos con la primera ronda oficial de votaciones. Los concursantes tuvieron que dirigirse al confesionario, pero no para nominar de forma individual y privada como es habitual.
La mecánica esta vez en 'Gran Hermano 20' fue diferente y obligó a los participantes a nominar por parejas. Esto significaba que tenían que ponerse de acuerdo con otro compañero para dar sus votos. Fue la primera vez que los concursantes experimentaron la presión de tener que nominar cara a cara.
Tras la ronda de votaciones por parejas, tres nombres surgieron como los más votados por los propios concursantes: Mamadou, Belén y Diego. Sin embargo, esta lista no fue definitiva. Mientras esto ocurría en la casa principal, los habitantes de El Oasis, el espacio oculto, recibían una caja con una sorpresa en su interior.
Al abrirla, descubrieron que tenían en sus manos el “poder del intercambio”. Este poder les permitía sacar a un concursante de la lista de nominados y meter a otro en su lugar. La recién llegada Aroa, que acababa de unirse a ellos, tuvo un peso importante en la decisión al ser la que había convivido recientemente con el grupo principal. El equipo de El Oasis decidió salvar a Mamadou de la nominación y, en su lugar, introdujeron a José Manuel en la terna final.
La Pajarera de 'Gran Hermano 20' estrena nuevos inquilinos

La gala también trajo cambios en otra de las zonas de la casa, La Pajarera. Íñigo y Edurne, después de una semana viviendo en ese espacio reducido y con condiciones especiales, por fin pudieron abandonarlo y regresar a la casa principal.
Su salida dejaba La Pajarera vacía, pero no por mucho tiempo. Las nuevas inquilinas designadas para ocupar su lugar fueron Patricia y Paula. Ambas tendrán que pasar esta semana alejadas del grupo, vistiendo el traje de pollo y enfrentándose a la posibilidad de comer insectos si quieren mantener su inmunidad. Como recordó Ion Aramendi, abandonar La Pajarera de forma voluntaria supondría la eliminación directa del concurso.







