Según Miguel Arrufat, las universidades que no definan una estrategia de integración de la IA corren el riesgo de quedarse rezagadas

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en la educación superior con una fuerza que pocos podían anticipar. Lo que hace apenas unos años era visto como una herramienta experimental, hoy se ha convertido en un elemento decisivo para el futuro de las universidades.

En este contexto, surge una cuestión inevitable: ¿están las instituciones de educación superior preparadas para aprovechar la IA de forma estratégica y responsable?

La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), referente en enseñanza online, está trabajando activamente para responder a este desafío. Su profesorado, junto con investigadores y equipos técnicos, juega un papel vital en la adopción de metodologías y prácticas que la integren en la docencia, la investigación y la gestión universitaria.

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¿Quién es Miguel Arrufat y por qué su visión importa?

El debate sobre el impacto de la IA en la universidad está liderado, entre otros, por Miguel Arrufat Pujol, director general de UNIR. Sus reflexiones ponen de relieve una advertencia clara: aquellas instituciones que no definan un plan estratégico sólido para la integración de la inteligencia artificial quedarán en desventaja frente a las que sí lo hagan.

Su perspectiva no surge en el vacío. UNIR lleva más de 16 años transformando la educación superior a través de la enseñanza online, un modelo que ya nació como respuesta a una necesidad social. Hoy, con el auge de la IA, el reto es aún mayor: formar a egresados capaces de desenvolverse profesionalmente en un mundo digitalizado, ético y competitivo.

La estrategia de integración de la IA en UNIR: ejemplos y avances

La Universidad Internacional de La Rioja no se ha limitado a observar el fenómeno. Desde su claustro y órganos de gobierno se están impulsando iniciativas concretas para garantizar un uso responsable y formativo de la inteligencia artificial.

  • Manifiesto sobre IA responsable: en febrero de 2024, el centro publicó un documento que establece principios éticos y académicos para el empleo de esta tecnología en la educación superior.
  • Redes internacionales: UNIR se ha unido a grupos de trabajo globales que abordan el uso de la inteligencia artificial con criterios éticos, estratégicos y de autoría académica.
  • Formación del profesorado: existen programas, seminarios y recursos específicos para que docentes y técnicos conozcan las herramientas disponibles, aprendan a aplicarlas en su día a día y adquieran competencias digitales avanzadas.
  • Proyectos académicos: la creación de “lagos de contenidos” curados, como describió el propio Arrufat, demuestra cómo el centro apuesta por estructurar información de calidad antes de integrar IA generativa en sus procesos.

Estas acciones reflejan que el papel del profesorado es insustituible: son los encargados de transformar la tecnología en aprendizaje significativo.

Beneficios para el profesorado al adoptar la IA con estrategia

Para muchos docentes, la IA puede generar incertidumbre. Sin embargo, cuando se integra con sentido pedagógico, los beneficios son claros:

  • Eficiencia administrativa: automatización de tareas repetitivas como corrección preliminar de ejercicios, organización de recursos o elaboración de informes.
  • Personalización del aprendizaje: adaptación de contenidos y rutas de estudio a las necesidades de cada alumno, ofreciendo experiencias educativas más inclusivas y efectivas.
  • Innovación en la docencia: uso de chatbots, simulaciones y análisis de datos que amplían las posibilidades metodológicas en el aula virtual.
  • Mayor alcance investigador: acceso a fuentes, patrones y conexiones imposibles de identificar sin el apoyo de algoritmos avanzados.

En definitiva, la inteligencia artificial no sustituye al profesorado, sino que amplifica su capacidad de enseñanza e investigación, siempre que se utilice con criterio ético y académico.

Riesgos de no definir una estrategia clara

El entusiasmo tecnológico no debe ocultar los riesgos. UNIR, consciente de ello, ha planteado protocolos y formaciones que buscan minimizar problemas como:

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  • Brechas digitales: sin capacitación adecuada, parte del profesorado puede quedar rezagado frente a quienes ya utilizan la IA con soltura.
  • Problemas éticos y de autoría: el uso indiscriminado de herramientas generativas puede generar plagio, pérdida de credibilidad o falta de transparencia.
  • Dependencia tecnológica: confiar ciegamente en los resultados de la IA, olvidando que no es infalible y que siempre comete errores.
  • Competencia internacional: universidades que no adopten planes estratégicos verán reducida su capacidad de atraer estudiantes y proyectos de investigación.

El mensaje es claro: no se trata de usar la IA porque está de moda, sino de integrarla de manera planificada, prudente y coherente con la misión académica.

Claves para que el profesorado lidere el cambio en UNIR

El éxito de la estrategia institucional depende en gran medida del compromiso y la actitud de los docentes. Algunas claves ya están marcando la diferencia:

  • Formación continua: conocer las herramientas, metodologías y riesgos asociados a la IA.
  • Curiosidad activa: explorar aplicaciones sin miedo, evaluando qué aporta realmente a su docencia o investigación.
  • Colaboración: trabajar junto a otros profesores, técnicos y académicos para compartir experiencias y buenas prácticas.
  • Pensamiento crítico y juicio ético: enseñar a los estudiantes no solo a usarla, sino también a comprender sus limitaciones y dilemas.
  • Planes estratégicos: alinear la labor docente con la visión institucional, contribuyendo al desarrollo de protocolos comunes y marcos éticos.

La inteligencia artificial no es una moda pasajera, sino una herramienta transformadora que está redefiniendo la educación superior. Tal como señala Miguel Arrufat, el riesgo de no contar con una estrategia clara es quedarse atrás.

El profesorado de UNIR tiene en sus manos la oportunidad de liderar esta integración, convirtiéndose en modelo de referencia internacional. La clave no es solo utilizar la tecnología, sino hacerlo con propósito académico, visión ética y compromiso formativo.

En definitiva, la universidad del futuro será aquella que combine la innovación tecnológica con la excelencia docente. Y en este camino, la comunidad académica de UNIR ya está demostrando que la integración estratégica de la IA no es una opción, sino una necesidad para mantenerse a la vanguardia.

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