'De Viernes' se ha sincerado sobre su ruptura con Irene Rosales y ha confesado que hay cosas que no le cuadran en la nueva relación de su exmujer. El DJ asegura sentirse en paz, pero reconoce que algunos detalles de su separación le han dejado dudas. Kiko Rivera ha vuelto. Después de cinco años sin pisar un plató de televisión, el DJ ha decidido romper su silencio ayer en 'De Viernes'.
La entrevista no ha sido una másHa sido como abrir un baúl lleno de verdades y confesiones que llevaba tiempo guardando. El cambio en Kiko se nota desde el primer momento. Habla con una calma que antes no tenía, con un tono más pausado. Estos años fuera de los medios le han servido para trabajar en sí mismo, para hacer terapia y para mirar su vida desde otra perspectiva.
El regreso de Kiko Rivera televisión tras cinco años ausente

Kiko lo deja claro desde el principio: "Han sido tres o cuatro años sin salir en ningún medio de comunicación, de desconexión para mí. Reconoce que ha habido momentos duros, pero quizá lo más difícil fue ver cómo su matrimonio se iba desgastando día a día. También menciona la ausencia de su madre y su hermana, pero insiste en que da esta entrevista para demostrar que las personas pueden cambiar. "Para que vea la gente que también se puede cambiar y que nunca es tarde para hacer las cosas bien", explica.
Aunque solo han pasado tres meses desde la separación, asegura sentirse en paz: "Me siento un tipo afortunado, no estoy cerrado al amor, pero no tengo ganas. Tengo ganas de estar con mis hijos, conmigo mismo, de quedar conmigo mismo".
La nueva relación de Irene y las dudas de Kiko

Una parte importante de la conversación gira alrededor de Irene Rosales y cómo ha recompuesto su vida tan rápido. Kiko se muestra generoso: "Yo a Irene Rosales la quiero con locura y deseo que sea feliz". Pero hay algo que no termina de encajar.
Resulta que Kiko ya conocía a Guillermo, el nuevo novio de Irene. "Hace unos años, él vino a poner el césped a nuestra casa, y la verdad que era un tío simpático, aunque no hablé mucho él". Lo que le choca es el timing de todo.
Cuando empezaron los rumores sobre Irene, Kiko le preguntó directamente. "Ella me dijo que era un amigo. Pero claro, yo pensaba 'ese amigo en 11 años que hemos estado juntos, no lo he visto nunca'". Al final, se supo que estaban juntos, y ahí es donde las cosas no le cuadran del todo.
La reacción ante lo que considera un engaño

Santi Millán no se anda con rodeos y le pregunta directamente si le molestó ese supuesto engaño. Kiko responde con honestidad: "Hombre, algo siempre molesta. Ella ya está con otra persona, contenta, feliz, por lo que eso te hace pensar que viene de antes porque sino, no se entiende".
Añade que no está en posición de reprocharle nada y que, al final, lo que le importa es el bienestar de sus hijas. "Verla sonriente, activa en redes sociales, y contenta con otra persona, a mi me reconforta. Siendo egoísta, si ella está bien, mis hijas están bien".
Kiko habla con Teléfo de cómo su matrimonio llegó a su fin. Coincide con Irene en que fue un desgaste progresivo lo que terminó por acabar con la relación. "Los últimos años han sido muy complicados porque he ido viendo cómo mi matrimonio se desgastaba, hasta el punto de que parecíamos más compañeros de piso… o incluso, mi madre antes que mi mujer".
Recuerda un momento clave en Menorca: "En las vacaciones de Menorca yo me di cuenta ahí que la relación estaba completamente muerta… Ese deseo y esas ganas por estar con la otra persona ya no estaban, incluso llega un punto en el que te molesta. Entonces, dices '¿para qué estoy con ella?'".
Aunque fue una decisión mutua, Kiko reconoce que fue él quien tomó la iniciativa: "No pude más, yo tuve la iniciativa. Al final fue mutuo porque ella también lo veía bien, pero no se había atrevido a decirlo".
Lo que sí le llama la atención es la velocidad con que Irene ha seguido adelante. "El que dio el primer paso fui yo, lo que pasa es que luego ella ha dado quince pasos más que yo. Porque ella al poco tiempo ya estaba con otra persona, por lo tanto, imagino que ella también notaba que nuestra relación estaba muerta desde hace tiempo".
Estos cinco años de alejamiento mediático han servido para que Kiko se reinvente. Habla de terapia, de trabajo personal, de aprender a mirarse por dentro. Se nota que ha aprovechado este tiempo para crecer y para entender muchas cosas de su vida.






