El artista puertorriqueño Mora dio inicio a su esperada gira española con un arranque inmejorable: un concierto con todas las entradas agotadas en el Palau Sant Jordi, que reunió a 18.000 personas en una noche cargada de emoción, música y energía desbordante.
Con todo vendido en Barcelona y prácticamente en toda España –tan solo quedan unas pocas entradas para sus actuaciones en Tenerife, Zaragoza y A Coruña–, el cantante convirtió el pabellón olímpico catalán en una auténtica pista de baile gracias a las canciones de Lo mismo de siempre, su último trabajo, pero también con tantos otros himnos que suenan en discotecas de ambos lados del Atlántico.
De este modo, Gabriel Armando Mora Quintero (Puerto Rico, 1996) entró en el escenario barcelonés poniéndose a sí mismo en el centro de la industria con una versión guitarrera de Lo mismo de siempre, corte que da inicio tanto al disco como al show, para luego adentrarse de pleno en los patrones del 3-3-2 con Bandida y Aurora, esta última mientras la pista vociferaba las líneas de su compatriota De la Rose.

El público vibró con cada uno de los éxitos de Mora, consolidado ya como uno de los artistas urbanos más seguidos en España. Con su inconfundible estilo, su carisma en el escenario y su capacidad para escribir canciones que conectan directamente con las emociones, Mora logró cautivar a un público mayoritariamente joven, que coreó de principio a fin los temas de su repertorio.
No es ninguna novedad que la música latina se pegue en España, pero este curso la capital catalana ha sido testigo de un auténtico boom de conciertos con el reguetón, la salsa o el pop-rock latino como protagonistas. Así, este martes Mora ha escrito su nombre junto al de Carlos Santana, Jennifer Lopez, Rauw Alejandro, Paulo Londra o Milo J, antes de que en los próximos meses agranden la lista figuras como Duki o Bad Bunny, el rey de todo esto.
La velada confirmó el impacto del artista en nuestro país, donde su música se ha convertido en un fenómeno generacional. El éxito arrollador del concierto de Barcelona marca solo el inicio de una gira que promete repetir este ambiente en cada ciudad, con una conexión única entre Mora y sus seguidores.