Una sola frase bastó para que Juana descartara a Juan durante la cena en el dating show, ‘First Dates’, de Cuatro. Una cena que parecía dejar resultados positivos, acabó por dar un giro dramático en ‘First Dates’. Juana, profesora jubilada de Málaga, asistió al programa con la idea de buscar un hombre educado, que supiera tratar bien a una mujer y sobre todo que le inspirara tranquilidad.
Después de 24 años siendo viuda, decidió participar en el popular dating show de Mediaset para volver a abrir su corazón, y tenía muy claro lo que no estaba dispuesta a tolerar o negociar. Y no tardó en exponerlo cuando un simple gesto de su cita le hizo ver que aquel hombre no era lo que ella estaba buscando.
Las expectativas de Juana eran claras en ‘First Dates’

Desde el inicio, Juana dejó claro cuáles eran sus expectativas: «Tiene que saber tratar a una mujer. Me gusta que digan las cosas con buenos modales para que no me hagan sufrir», explicó al presentador Carlos Sobera, al llegar al restaurante. Su argumento fue directo y sin adornos. No esperaba milagros, pero sí respeto y buenos tratos. El programa le emparejó con Juan, un pensionista granadino que también fue en busca de compañía y una nueva ilusión. Todo parecía encajar, pero, para Juana, había un pequeño detalle que no pasó por alto: el estilo de vestir de su cita.
«Un poco antigua», fue la expresión que utilizó al referirse a la ropa de Juan. Sin embargo, decidió no sacar conclusiones rápidas y optó por conocerle mejor. Ambos comenzaron a conversar, manteniendo cierta fluidez, compartiendo experiencias de vida y comentando su situación actual. Todo fluía hasta que ocurrió un detalle que cortó la armonía de la velada: Juan se dirigió a una camarera del programa de una forma que a Juana no toleró.
El «nena» que lo cambió todo

Durante la velada de ‘First Dates’, ahora en Telecinco, Juan percibió que su copa de vino estaba vacía. En lugar de esperar o pedirlo con cortesía, se dirigió a la camarera con un tono que, según Juana, fue impropio: «Nena, por favor», dijo el granadino recordando al equipo que aún no le habían traído el vino. Para él fue una frase sin importancia. Para Juana, impropio.
La malagueña reaccionó de inmediato. «No se lo digas enfadado. Tienes que darte cuenta de que no nos atiende solo a nosotros», le cuestionó, evidentemente molesta con la actitud de su acompañante en la velada. Juana continuó diciendo: «A mí me gusta la gente alegre, la gente que no se enfada tan pronto», agregó, imponiendo los límites de lo que para ella sería el compañero ideal.
Juan, sorprendido por la reacción de Juana ante una acción que consideraba sin relevancia, intentó justificarse, pero la conversación ya había cambiado de tono. Juana no permitió que solo fuera un malentendido. «Tranquilízate. He visto que te enfadas y en la vida no se puede ser tan exigente. Las cosas hay que decirlas con amabilidad y no enfadado», insistió.
En el confesionario, Juana no se calló nada y fue todavía más tajante. «Me he sentido de nuevo como una profesora, estaba reeducándolo», confesó. Su expresión reflejaba lo que acababa de vivir durante la cena de ‘First Dates’.
Juan no entendió el problema

La cita de Juana en ‘First Dates’ de Telecinco, Juan, no consideró que su forma de hacer la petición a la camarera fuera ofensiva. Desde su punto de vista, Juana había exagerado la situación. Así lo expresó ante las cámaras, afirmando que no había tenido intención de ofender y que la acción no era para tanta cosa. Sin embargo, ese pequeño momento dinamitó toda posibilidad de avanzar en la cita.
Juana, además de quedarse con esa impresión, después de analizar la situación, explicó que, aunque físicamente Juan no le desagradaba, su carácter no era lo que ella buscaba. «De cuerpo no me ha disgustado, pero hay que reeducarlo. Yo quiero un hombre espabilado, que sea simpático y que tenga iniciativa», afirmó.
La decisión final de esta cita en ‘First Dates’ fue más que obvia. Juan expresó su deseo de volver a verla en un segundo encuentro, pero Juana se negó. No quiso tener una segunda cita porque no le gustó la manera en que Juan trató al personal del programa, razón suficiente para no continuar viéndolo.