Los episodios de estreno de ‘La Encrucijada’, la nueva serie de Antena 3, nos ha dejado pegados a la pantalla con una mezcla de tensión, romance y venganza dosificada. La entrada de César en la mansión de los Oramas ha alterado por completo el equilibrio de poder y sentimientos dentro de la trama. Pero, hay más.
Ha sido un gesto, aunque aparentemente sencillo, el que ha encendido todas las alarmas y tocado la fibra más íntima de Amanda: un regalo lleno de simbolismo que ha dejado a todos preguntándonos si detrás hay una intención honesta o una jugada calculada para echar a andar sus planes de venganza.
2César entra en la casa… y en la cabeza de todos

Tras el incendio en El Pinar, que dejó su casa en condiciones inhabitables, César es acogido por los Oramas en la mansión familiar. Octavio ha tenido este gesto en gratitud porque el joven le salvó la vida durante el siniestro, además porque le parece sincero, pero no todos lo ven igual. Álvaro, en especial, ya ha comenzado a sospechar que detrás de su presencia puede haber una estrategia oculta. Intenta convencer a su suegro de que el incendio pudo haber sido provocado por el propio César, pero Octavio sigue agradecido por salvarle la vida, así que desestima la idea de Álvaro.
César, por su parte, mantienen una actitud serena, pero siempre observando. Ha comenzado a compartir con Amanda momentos de cercanía emocional e incluso físicos, como cuando ella le cura las heridas. «Hay heridas que duelen más», le suelta él, dejando una frase marcada por el doble sentido que Amanda no ignora. Es evidente que entre ambos ya existe una atracción que ninguno se atreve a nombrar aún.
David, por otro lado, sospecha de la generosidad de Octavio. Plantea que tener a César cerca puede ser una forma de controlarlo o de obtener algo de él. Pero lo nadie intuye —al menos todavía— es que el mexicano tiene sus propios planes.